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Los frikis del 'procés' se quedan desnudos (ideológicamente hablando) en un libro
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Los frikis del 'procés' se quedan desnudos (ideológicamente hablando) en un libro

El socialista Joan Ferran recopila los principales episodios de la política catalana de la última década sacando los colores al independentismo

Foto: Foto: Reuters/Albert Gea.
Foto: Reuters/Albert Gea.

El procés catalán alumbró una ristra de personajes curiosos, histriónicos, incluso grotescos, que han creado una nueva fauna política. Son los frikis del procés, a los que el exdiputado Joan Ferran ha puesto cara y ojos en un pequeño libro, un manual para entender la transición catalana del último decenio: El brazo friki del procés y del posprocés. El subtítulo remata esa idea: Miscelánea incompleta de independentistas frikis, obtusos, oportunistas y subvencionados (Ediciones Hildy). Ferran fue diputado durante 20 años y líder del PSC en Barcelona, además de portavoz adjunto parlamentario. Algunos de los personajes retratados en su libro andaban en pantalones cortos cuando él ya era un político bregado. Y cuando el franquismo le encarceló siendo poco más que adolescente, algunos de esos nuevos protagonistas de la Cataluña del siglo XXI no habían nacido.

El socialista desgrana sin grandes aspavientos y sin pelos en la lengua las veleidades de muchos de estos personajes alumbrados bajo la luz de la revolución de las sonrisas. Todo lo que explica está documentado. Otra cosa es el impacto que las conductas de los protagonistas puedan provocar en el lector. Lo que hace Ferran es poner a los dirigentes y algunos de los principales activistas del procés frente a un espejo, que les devuelve una imagen en la mayoría de los casos inquietante. De ahí que enumere situaciones y episodios rocambolescos, grotescos, pintorescos e incluso divertidos.

Foto: Clara Ponsatí. (EFE/EPA OLIVIER)

"La aparición de estos personajes obedece a la creación de un clímax basado en elementos puramente subjetivosdice Joan Ferran a El Confidencial—. Aparecen porque desde las cúpulas de los partidos independentistas se genera un estado de opinión basado en elementos patrióticos o sentimentales que provocan un estado de ánimo colectivo. Es lo que se llama psicología de masas, que estimula sentimientos poco razonables, primitivos incluso, y en ese caso los individuos adoptan actitudes poco comunes. Porque, ¿qué padre en su sano juicio, encierra su cabeza en una jaula amarilla para subir a Montserrat?".

El brazo friki del procés no es ficción, sino realidad. Nadie se salva, ni siquiera el expresident Quim Torra, para Ferran "el peor presidente que ha tenido el Govern de la Generalitat (…), se tiró al monte proponiendo la Vía Esloneva. Ramón de España, con ironía, le bautizó como El Chistorra y hasta sus colegas de partido rieron la gracia. El expresident ha conseguido por méritos propios el título de friki, se ha graduado con matrícula cum laude". El socialista le cita con el mote de El Pedorrín, que tiene un trasfondo real: "Durante una comida en Bescanó, un pueblo de Girona, el entonces presidente de la Generalitat insinuó que iba a ametrallar con cuescos al juez en el momento de prestar declaración. Se explayó diciendo: "He comido un plato de butifarra con judías bastante contundente y, según las preguntas que me hagan en el juicio, la cosa puede salir por un lado o por otro". Luego dijo que sus palabras habían sido sacadas de contexto (…) Pero lo realmente pestilente que ha sido capaz de producir la factoría mental de Quim Torra está contenido en sus tuits y artículos en diarios digitales".

Una milonga desafinada

Hay otros personajes no menos curiosos: el actual diputado de Junts y expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona Joan Canadell es uno de ellos. La monja sor Lucía Caram es puesta como ejemplo de un frikismo contradictorio entre lo que hace y lo que predica. "Lo de esta mujer es de tango porteño. No, mejor dicho, de milonga desafinada, hecha con retazos de amores imposibles y fobia a lo hispano (…) disfruta participando en actos electorales, arremetiendo sin piedad cristiana contra los adversarios del independentismo. No le duelen prendas a la hora de calificar a España como una maltratadora de Cataluña". De ella subraya que "presume de amar a Dios sobre todas las cosas, pero confiesa estar enamorada de Artur Mas".

Dos de los personajes típicos de este procés son Rai López Calvet y Joan Bonanit. El primero recorrió 1.300 kilómetros desde su pueblo a Waterloo con una urna del 1-O a sus espaldas. Volvió "con un puñado de tierra del chalet del prófugo", participó en acciones de Tsunami Democràtic en primera fila y "medró para que Junts le incluyera en las listas electorales autonómicas como cabeza de lista por Tarragona, pero solo consiguió ir en noveno lugar. Se quedó sin escaño". Bonanit dio las buenas noches a los presos que durante los 800 días estuvieron en la cárcel de Lledoners, como si fuese un muecín. Llegó a escribir un libro "sobre sus hazañas nocturnas en las puertas de la prisión", obra cuyo epílogo escribieron las esposas de Jordi Turull y Josep Rull.

Foto: La eurodiputada de JxCAT Clara Ponsatí. (EFE/Quique García) Opinión

Del otro lado del Ebro, el frikismo importó dos nombres: Beatriz Talegón y Ramón Cotarelo. La primera "va de sobrada, no tiene abuela, doctor ni confesor". Talegón "ha verbalizado en más de una ocasión un discurso malicioso cargado de supremacismo (…) Sus detractores cuentan que esta señora es una fabricante compulsiva de fake news y bulos. Dicen que fue ella quien explicó el caso de los dos supuestos guardias civiles que habían intentado entrar en el chalet de Puigdemont en Waterloo (…) Puigdemont la ha mimado y sugerido su nombre como integrante de las listas electorales de su partido". Cotarelo, que transitó por parajes cercanos al PSOE en los años 90, se afilió luego al PCE, fue el mentor de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón y terminó en brazos del independentismo: primero ERC, luego JxCAT y ahora por libre. "Hoy, la galaxia procesista se arrepiente de haber compartido lecho con Cotarelo", escribe Ferran.

Hay frikis de todos los plumajes. Desde Jordi Bilbeny, director del Institut Nova Història (INH), la fábrica de desinformación sobre la historia, hasta Albert Donaire, mosso d’Esquadra con decenas de pleitos abiertos y radical hasta la médula, pero, sobre todo, hispanófobo. "Buscó consuelo y apoyo en el regazo de la reina de los trapis, Laura Borràs. El premio a su todo por la patria consistió en ocupar el número 39 en las listas electorales de JxCAT", recuerda Joan Ferran.

La frikidecadencia

Muy vistoso es el cómico Toni Albà, a quien compara con Nicolasito Pertusato, el último bufón de la Corte española. "Es el prototipo del malasombra agrio, maleducado y carente de afabilidad. Entre sus hazañas de incombustible patriota se hallan un conjunto de tuits ofensivos y groseros dirigidos a la jueza Carmen Lamela (…) Merecen mención especial por su contenido machista los tuis contra Inés Arrimadas (…) en ellos conminó a la diputada naranja a acogerse a los derechos laborales de los que gozan las prostitutas". La actriz porno María Lapiedra, que incluso optó a alcaldesa de Les Borges Blanques, fue otro experimento fallido de crear una Cicciolina catalana.

Foto: El cómico Toni Albà imitando al rey Juan Carlos (TV3)

La periodista Pilar Rahola, para Ferran, "es el prototipo de la frikidecadencia, en la que han caído algunos pseudointelectuales subvencionados por el secesionismo". Señala, no obstante, que "la Pilar Rahola del último lustro no tiene nada que ver con la concejala de la época maragalliana, ni con la articulista progresista que intentó ser a finales del siglo XX". Al lado de otros personajes similares, como Karmele Marchante, Empar Moliner o el actor Joel Joan, el exdiputado socialista destaca de ella que "a su favor, hay que reconocer que el frikismo que gasta esta señora es ocasional, de conveniencia. Culta y leída, sabe administrar su vertiente histriónica con inteligencia (…) Ahora ya es una chica PP, la periodista que todos los veranos en Cadaqués obsequia a sus amigos con paella y piscina".

El bloguero Mark Serra "transitó de ERC al chalet de Carles Puigdemont tras detenerse en Solidaritat y el PDeCAT. Está considerado como uno de los influencers más seguidos. Se caracteriza este hombre por una radicalidad ultraconservadora preñada de violencia verbal". Cita insultos e invectivas de Serra y recuerda: "Ha devenido el típico jabalí furioso que, tras oler sangre, arremete contra todo lo que se cruza en su camino. Las fuerzas le abandonaron cuando alguien —la CUP— descubrió y filmó que regentaba ilegalmente pisos turísticos en el Barrio Gótico de Barcelona. Este radical lleva fango maloliente en el zapato".

Pone luz también sobre personajes como el exportavoz de JxCAT Eduard Pujol, que, aunque defenestrado injustamente por falsas acusaciones de acoso sexual, es presentado como un "bocazas incontinente" abonado a teorías conspiranoicas. Su delirio alcanzó el summum cuando denunció que le perseguía un hombre de mediana edad en un patinete. Y Pilar Carracelas, la "tertuliana independentista procaz, despiadada y dura, que no duda en usar toda la bazofia que encuentra contra sus adversarios". Le afea que "es autora de frases como putísima España y que os follen, dirigidas a quienes no piensan como ella".

Rupturas familiares

Hay muchos más, como los presentadores Jair Domínguez y Lluís Jutglar, Peyu, dinamizadores de consignas hispanofóbicas en TV3 y Catalunya Ràdio."El ciudadano está solo ante los peligros que genera el humor estúpido y la manipulación ideológica", critica Ferran. En el frontispicio del belicismo frikista, sitúa a la exconsejera Clara Ponsatí, que reclama derramamiento de sangre en la lucha por la independencia, el "hiperventilado Germà Bel, que para garantizar las estructuras de Estado sugiere que Cataluña cuente con milicias armadas" o el fugado Toni Comin, "campeón de las astracanadas. Este tránsfuga lenguaraz (…) de tanto hacerle gracietas a Puigdemont lleva camino de convertirse en un Jan Lakosta del siglo XXI. Lakosta, descendiente de unos judeoconversos que huyeron de Portugal, llegó a convertirse en el bufón preferido por el emperador Pedro el Grande de Rusia. Como premio a sus servicios y fidelidad, recibió el título honorífico de Rey Judío de los Samoyedos".

"Son la versión catalana del trumpismo, que tiene en Laura Borràs su mascarón de proa y en la ANC la fanfarria"

No se olvida del cantante Lluís Llach, el exlíder de la CUP Antonio Baños, o el republicano Lluís Salvadó, hoy presidente del Puerto de Barcelona, que hace unos años aconsejaba elegir como consejera de Educación a la candidata de las tetas más grandes. Pero tampoco de personajes como el jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay; el senador Jami Matamala, que acompañó día y noche a Puigdemont los primeros meses de su fuga; David Torrents, un exmosso d’Esquadra ubicado a la izquierda de Laura Borràs en JxCAT; o la propia Laura Borràs. "Son la versión catalana del trumpismo, que tiene en Laura Borràs su mascarón de proa y en la ANC la fanfarria", recalca Ferran.

"A todos ellos, el procés les cambió la realidad. Desde las cúpulas indepes se les hizo creer que era posible otra realidad que en realidad no podía ser. Y así se llegan a situaciones tensas, violentas y dramáticas. Este procés llegó al extremo de provocar rupturas familiares por algo intangible, por un tema emocional. Lo malo es que los que promovieron todo esto no han pedido perdón", zanja Joan Ferran a este diario.

El procés catalán alumbró una ristra de personajes curiosos, histriónicos, incluso grotescos, que han creado una nueva fauna política. Son los frikis del procés, a los que el exdiputado Joan Ferran ha puesto cara y ojos en un pequeño libro, un manual para entender la transición catalana del último decenio: El brazo friki del procés y del posprocés. El subtítulo remata esa idea: Miscelánea incompleta de independentistas frikis, obtusos, oportunistas y subvencionados (Ediciones Hildy). Ferran fue diputado durante 20 años y líder del PSC en Barcelona, además de portavoz adjunto parlamentario. Algunos de los personajes retratados en su libro andaban en pantalones cortos cuando él ya era un político bregado. Y cuando el franquismo le encarceló siendo poco más que adolescente, algunos de esos nuevos protagonistas de la Cataluña del siglo XXI no habían nacido.

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