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ERC y la CUP sentencian a Borràs: será desalojada de la presidencia del Parlament
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Ella tiene intención de aferrarse al cargo

ERC y la CUP sentencian a Borràs: será desalojada de la presidencia del Parlament

Los republicanos y los anticapitalistas votarán en la Mesa del Parlament su cese porque su juicio es por corrupción y no por persecución política. No habrá compadreo independentista

Foto: La presidenta del Parlament, Laura Borràs. (EFE/Marta Pérez)
La presidenta del Parlament, Laura Borràs. (EFE/Marta Pérez)

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, tiene los días contados. Su intención de aferrarse a la presidencia y provocar un conflicto institucional, aún a costa de desprestigiar a la institución, tiene todos los números para naufragar estrepitosamente. Ni siquiera los restantes partidos independentistas de la Cámara están de acuerdo con ella y se muestran dispuestos a desalojarla de la presidencia a golpe de votaciones. “Democráticamente”, recalcan.

La decisión del cese ha de tomarla la Mesa del Parlament en cuanto el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dicte auto de apertura de juicio oral. Así lo dice el reglamento de la Cámara. Borràs intentó cambiar el artículo que regula esta medida, pero no pudo porque nadie la secundó en el empeño. Lo hizo en su partido: el pasado fin de semana, cambió la ponencia organizativa para que no puedan cesarla como presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT) tras la apertura de juicio oral, como preveía la normativa interna. El fin de semana forzó el cambio de reglas en su formación y se aseguró la permanencia. Pero en el Parlament no puede manipular las reglas de funcionamiento tan fácilmente.

Foto: La presidenta del Parlament, Laura Borràs. (EFE/Quique García)

La Mesa del Parlament está compuesta por dos miembros del PSC, dos de ERC, dos de JxCAT y uno de la CUP. Borràs, previsiblemente, se quedará solo con los dos votos de su partido: el suyo y el de Aurora Madaula, a quien ella puso ahí en sustitución de Jaume Alonso-Cuevillas, a quien, por su parte, situó como presidente de la comisión del Estatuto de los Diputados. Los demás partidos no están por desgastar más a la institución y se posicionarán en contra de su continuidad al frente de la Cámara.

Los socialistas ya han pedido públicamente que se aparte. Y tanto ERC como la CUP se lo han hecho saber también. En las filas de ERC, hay duras palabras para Borràs por su estrategia. Los republicanos evitan el choque directo con Borràs para que no afecte a su relación en el Govern, pero tarde o temprano deberán tomar una decisión. Y la más plausible, según ha podido sondear El Confidencial, es que se cumpla con el reglamento del Parlament, que es la norma votada mayoritariamente. Mayor democracia, imposible, ese es el mensaje.

Foto: La presidenta del Parlament, Laura Borràs. (EFE/Quique García)
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El ‘president’ Pere Aragonès ya lanzó la pasada semana un dardo envenenado a su colega: “Lo que le puedo decir es lo que haríamos en ERC. Se pondría la institución por delante y se la apartaría. Se defendería su inocencia y, si se resolviera de manera favorable, se la restauraría en las responsabilidades”, le advirtió.

“No hay persecución política”

En ERC no quieren avanzar el sentido de su voto cuando la Mesa se tenga que posicionar, pero buscan darle una salida ‘digna’ a Borràs, permitiéndole que se vaya voluntariamente por la puerta grande y comprometiéndose a recibirla de nuevo con todos los honores si no es condenada. "No puede aducir persecución política porque no lo es. Lo suyo es un tema muy personal y debería dejar su cargo", resume un alto cargo de ERC su visión del tema.

Foto: La nueva presidenta de JxCAT, Laura Borràs, y el nuevo secretario general, Jordi Turul. (EFE/Alejandro García)

De similar parecer es la CUP. Los cuperos, según ha podido conocer El Confidencial, votarán en contra de su permanencia como presidenta del Parlament. El razonamiento de la CUP es que, si ya votó en contra de su nombramiento como presidenta, ahora con más motivo debe oponerse a que siga, puesto que ya se conocen detalles de su caso. El partido radical pidió a Laura Borràs conocer cuáles eran las manipulaciones que ella dice que ha habido en el sumario, pero no les ha contestado. No ha puesto encima de la mesa ni una sola prueba. Por tanto, la CUP mantiene una postura inflexible y exigirá que Laura Borràs cese como presidenta en el momento en que se abra juicio oral.

En las reuniones internas de distintas asambleas territoriales y de la cúpula de la organización se ha tomado la determinación de votar no a su continuidad cuando llegue el momento. Los anticapitalistas consideran, y así se refleja en las exposiciones de hechos discutidas internamente, que el proceso contra Laura Borràs es un proceso contra la corrupción y no contra la independencia. Un posicionamiento muy similar al de los restantes partidos que componen la Mesa. Los cuperos, además, cargan toda responsabilidad de la actual situación sobre los hombros de ERC, que, tras elecciones del 14 de febrero de 2021, pactó con JxCAT repartirse el poder: tú al Parlament, yo a la Generalitat

Foto: Laura Borràs. (EFE / Quique García)

En JxCAT ya saben que Borràs tiene los días contados y por eso tienen preparado el recambio: el nombre que más posibilidades tiene de sustituir a Borràs en la cúpula de la institución es Anna Erra, alcaldesa de Vic.

¿Cambiará algo? Erra prohibió en enero pasado que el PP y la entidad Escuela de Todos instalasen carpas para informar sobre el bilingüismo y la sentencia del 25%. Consideró que la instalación de carpas informativas, en una ciudad donde proliferan las carpas independentistas y los actos secesionistas, era “contraria a la moral y las buenas costumbres”. Días más tarde, prohibió otra carpa de Ciudadanos por considerar que sus ideas “chocan contra la opinión pública en la ciudad”, por lo que, prohibiendo la libre expresión, quería “evitar momentos de crispación, tensión y enfrentamientos en la vía pública de Vic”. La Justicia la acaba de condenar por violar la libertad ideológica. Esa muestra de radicalismo es una baza que la posiciona, dentro de los suyos, como una candidata ideal para dirigir la Cámara legislativa catalana.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, tiene los días contados. Su intención de aferrarse a la presidencia y provocar un conflicto institucional, aún a costa de desprestigiar a la institución, tiene todos los números para naufragar estrepitosamente. Ni siquiera los restantes partidos independentistas de la Cámara están de acuerdo con ella y se muestran dispuestos a desalojarla de la presidencia a golpe de votaciones. “Democráticamente”, recalcan.

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