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El consejero de Educación catalán lleva a sus hijas a una escuela con 25% de castellano
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Mientras alimenta la crisis de Canet

El consejero de Educación catalán lleva a sus hijas a una escuela con 25% de castellano

Josep González-Cambray ha escolarizado a sus hijas en un centro educativo catalán en Barcelona que destaca su modelo de plurilingüismo, con inglés y otra lengua extranjera

Foto: El consejero de Educación, Josep González Cambray. (EFE/Alejandro García)
El consejero de Educación, Josep González Cambray. (EFE/Alejandro García)

El consejero de Educación catalán, Josep González-Cambray (ERC), lleva a sus hijas una escuela donde, como ya pasa en muchos puntos de enseñanza en Cataluña, se da una cuota de castellano del 25% y, por decisión del centro, dentro de la autonomía del mismo. Se da la circunstancia de que el pasado martes 9 de noviembre, Josep González-Cambray visitó en horario lectivo la escuela de Canet de Mar en la que se tenía que aplicar las medidas cautelares del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y calificó a la salida el fallo de “ataque intolerable al modelo de escuela catalana”. Pero lo que según él es “ataque intolerable” en el Turó del Drac de Canet de Mar está del todo asumido en su propia casa.

La paradoja es una prueba del modo en que se ha instrumentalizado un conflicto menor —en este caso, una providencia del Tribunal Supremo para que se cumpliesen unas cautelares del TSJC para un único centro, con una petición del todo razonable— para intentar movilizar a unas bases del independentismo que andan alicaídas desde que se concedieron de los indultos. Se ha preguntado a portavoces del consejero por esta cuestión y se han negado a responder asegurando que se trataba de la vida privada del consejero y su familia y que, además, les parecía mal que se entrase en terrenos personales por cuestiones políticas.

Foto: El 'conseller' agradece a familias el apoyo al modelo lingüístico en escuelas. (EFE/Alejandro García)

El consejero tiene escolarizadas a sus hijas en el centro Frederic Mistral, una escuela catalana que destaca en su página web su modelo de plurilingüismo, introduciendo el inglés y una segunda lengua extranjera. Evidentemente, en detrimento del catalán. Así, se dan cuatro idiomas: catalán, castellano, inglés y francés o alemán, a escoger por los padres. Con las tres primeras, además de las clases específicas, se van haciendo asignaturas en inglés, por ejemplo, un año, Matemáticas y el siguiente Sociales, el otro Naturales. Pasa lo mismo con el castellano. Por ejemplo, en 1º de ESO, se imparten Matemáticas en castellano y Sociales en inglés y el resto todas en catalán. Pero eso supone asumir el 25% de castellano.

Muchas escuelas en Cataluña han optado por este modelo, en especial en concertadas que quieren ofrecer un mayor nivel de idiomas. Y eso no quiere decir que el modelo de inmersión lingüística esté amenazado, como está repitiendo de manera machacona el independentismo desde hace tres semanas solo para el caso de Canet de Mar, como si fuese algo excepcional. De hecho, según la última memoria de la Fundación Collserola, que gestiona la escuela, la del año 2019-20, el resultado de competencias básicas en la Frederic Mistral en cuarto de secundaria es alto o medio alto en un 68% del alumnado, mientras que en catalán es del 65,1%. Como en la mayoría de las escuelas, ni el catalán está en peligro por lo que se hable en el patio ni el castellano se encuentra acorralado por la política educativa, como defienden ciertos políticos de derechas.

Bandazos políticos

Desde que empezó la crisis, González-Cambray ha ido dando bandazos, en función de la presión que le colocaban desde JxCAT y la CUP, sobre todo para no parecer un blando. Pero ha acabado convertido en la punta de lanza de una protesta que busca volver a galvanizar al independentismo alrededor de una polémica artificial.

Foto: La ministra de Educación, Pilar Alegría. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El 11 de noviembre, la secretaria general y número dos del departamento, Patricia Gomà, número dos de González Cambray, había enviado a la dirección del colegio de Canet la orden para cumplir el mandato judicial. Cuando el caso salta los medios de comunicación, González Cambray envía el 24 de noviembre una carta a más de 4.500 directores de Cataluña pidiéndoles que no acatasen al TSJC. "Tenemos plena confianza en vosotros y queremos que sigáis trabajando exactamente como hasta ahora", escribía el consejero. La carta era absurda porque las cautelares del TSJC solo obligaban a la escuela Turó del Drac. Y, sobre todo, lo que tenía validez jurídica era la orden del 11 de noviembre, con lo que él y todo su departamento se blindaban legalmente de puertas a dentro mientras llaman a la desobediencia de puertas a fuera.

Con la escuela de Canet, el 'conseller' González-Cambray ha jugado a politizar el caso

La escuela de Canet de Mar solo tenía que haber dado Matemáticas en catalán y haber pasado página. Pero, en su línea de ir politizando un tema menor hasta convertirlo en una crisis nacional, González-Cambray pidió en público el último fin de semana de diciembre que se convocase una manifestación. La semana siguiente, Som Escola, una plataforma soberanista de asociaciones de padres, hizo caso a la petición del consejero y la manifestación será este sábado, 18 de diciembre, en plena sexta ola de covid y mientras la misma Generalitat, que dice que hasta Pere Aragonès acudirá a la protesta, está pidiendo que se suspendan las comidas y cenas de empresa de Navidad, para que no extienda la pandemia.

Visita a la escuela

Luego, González-Cambray visitó la escuela de Canet acompañado por TV3 el 9 de diciembre. Para que la gesticulación fuese más evidente, se negó a contestar en castellano a los medios que así se lo solicitan. En días posteriores, el titular de la cartera de Educación ha celebrado dos cumbres con colectivos catalanistas vinculados a la enseñanza, la última ayer mismo, pero ha evitado reunirse con las asociaciones que piden bilingüismo o tan solo que se cumpla la ley. Desde el otro lado, los aspavientos del consejero se han visto alimentados por las salidas de tono del PP, en especial, Pablo Casado cuando visitó Cataluña y aseguró que el sistema educativo catalán era un “apartheid' lingüístico”. El sábado, González-Cambray tiene previsto acompañar a Aragonès a la manifestación.

Foto: El 'conseller' de Educación, Josep González Cambray. (EFE/Alejandro García)

De esta manera, una cuestión burocrática sin mayor relevancia ni para la lengua ha acabado en una bronca polémica en el Congreso de Diputados. Buena parte de las bases del independentismo han comprado el conflicto, a costa de la gestión irresponsable del consejero. No así el PSC, clave para el consenso lingüístico, que ya ha dicho que no acudirá a la marcha del sábado, por lo que lleva días recibiendo fuertes críticas de todos los sectores del soberanismo. Eso sí, la sobreactuación de González-Cambray ha tenido el típico efecto que solo consiguen los bomberos pirómanos: 50 familias más han recurrido a los tribunales para que se dé en sus centros el 25% de castellano.

El consejero de Educación catalán, Josep González-Cambray (ERC), lleva a sus hijas una escuela donde, como ya pasa en muchos puntos de enseñanza en Cataluña, se da una cuota de castellano del 25% y, por decisión del centro, dentro de la autonomía del mismo. Se da la circunstancia de que el pasado martes 9 de noviembre, Josep González-Cambray visitó en horario lectivo la escuela de Canet de Mar en la que se tenía que aplicar las medidas cautelares del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y calificó a la salida el fallo de “ataque intolerable al modelo de escuela catalana”. Pero lo que según él es “ataque intolerable” en el Turó del Drac de Canet de Mar está del todo asumido en su propia casa.

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