La lucha independentista de Puigdemont y Junqueras también se juega en Europa
Estas europeas son el encontronazo frontal de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Uno de los dos puede salir muy malparado de estos comicios
Las elecciones europeas van a ser algo más que una pugna entre los grandes partidos españoles. Al margen de la guerra abierta por el control de la derecha (donde topan PP, Ciudadanos y Vox), también se dirime algo que puede ser crucial para una mayor o menor estabilidad del Gobierno español: la hegemonía en el independentismo. Estas europeas son el encontronazo frontal de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Uno de los dos puede salir muy malparado de estos comicios.
Junqueras fue el primero en anunciar su candidatura hace meses, adelantándose a la petición de lista única que le haría más tarde Carles Puigdemont, temeroso de una debacle de su JxCAT. El 'expresident' incluso se puso a las órdenes de Junqueras para ir en segundo lugar de una lista unitaria tras el presidente de ERC. Pero el republicano lo descartó. Y como Junqueras fichó a Diana Riba, esposa de Raül Romeva (exconsejero de Exteriores encarcelado como él), Puigdemont no quiso ser menos y propuso una lista con los 'exiliados': él mismo, Toni Comín y Clara Ponsatí.
Así pues, Puigdemont inició una estudiada estrategia de imagen para volver a ser el protagonista electoral. Su intensa campaña no ha escatimado medios, ayudado por la estructura gubernamental de la Generalitat y por la de colectivos y entidades soberanistas que se muestran hiperactivos en las redes sociales y en su proselitismo en las calles. Las previsiones que tiene son inmejorables, según los suyos. "Desde Bélgica, supuestamente, nos han trasladado la información de que los sondeos que tenemos pueden darnos dos eurodiputados seguros y puede caer un tercero", explica a El Confidencial una fuente cercana a JxCAT. Con ello, Puigdemont ganaría los comicios a su principal rival.
Esta posibilidad dejaría a los republicanos arrinconados. ERC concurre con Bildu y el BNG, pero los sondeos le dan a esta coalición dos escaños. Si Puigdemont, que partía con escasas posibilidades de tener representación, le da la vuelta a la tortilla, le habrá ganado la batalla. Y, como ocurrió en las últimas elecciones autonómicas (en las que, contra todo pronóstico, ganó a ERC, aunque quedó en segundo lugar tras Ciudadanos), el 'expresident' se convertirá en el referente del independentismo. Además, recuperará el protagonismo perdido el pasado 28-A, cuando ERC ganó las elecciones generales en Cataluña con una aplastante victoria sobre su rival.
El independentismo de trinchera
Las consecuencias de la victoria de uno u otro serán cruciales para la política española. La importancia de ese dato se verá en la hoja de ruta que se imponga en el soberanismo catalán. Puigdemont es partidario del choque frontal de trenes con España. En realidad, dentro de JxCAT y de la Generalitat ya ha calado la idea de que si se provoca un estropicio "habrá más posibilidades de que la comunidad internacional y, especialmente Europa, se avenga a intervenir en el conflicto". O sea, "cuanto peor, mejor". No importa el coste si el objetivo es bueno.
ERC, en cambio, es un partido que juega con estrategias más posibilistas. Jamás renunciará a la independencia, pero su cúpula no es partidaria de romper las reglas democráticas del juego. O de vulnerar las leyes, en otras palabras. Además, su posición es que sería una insensatez forzar la independencia con un 50% de la población en contra. De ahí que su objetivo sea "ensanchar primero la base social y luego caminar hacia la independencia".
Esa estrategia no convence a los posconvergentes de Puigdemont, que apuestan por una oposición dura y radical contra España y ponen a menudo en un compromiso a ERC. Y la fractura social tampoco le preocupa al 'expresident' de la Generalitat. La posición de JxCAT es la guerra de trincheras, muy alejada de la de Esquerra. Y eso se traducirá en una mayor tensión entre Cataluña y el resto de España. Y también en la actuación de los independentistas en el Congreso de los Diputados (donde ERC obtuvo 15 diputados frente a los 7 de JxCAT).
Desde Junts, se pone sobre la mesa que son Puigdemont y los suyos "los que están explicando el caso catalán a Europa y al mundo. Y a los que han intentado vetar para las listas. Y Puigdemont es el que más miedo mete al Estado español". Y no solo eso. JxCAT dio a conocer este viernes un manifiesto firmado por más de 1.000 personas que apoyan a Puigdemont desde todos los puntos de España y algunas ciudades extranjeras. "Ningún demócrata puede tolerar que se le impida tener una lista electoral que los represente y a la que quieran votar. La cosa ya no va de ideología, sino de democracia (…) Puigdemont, Comín y Ponsatí representan la desfranquización de España para conseguir que España se comporte como una democracia europea (…) Defendemos y apoyamos la candidatura del 'president' Puigdemont porque es la que más miedo les da", dice el texto. O sea, un manifiesto plagado de consignas de JxCAT.
La guerra sucia de Puigdemont
Para los posconvergentes, "Puigdemont también es el 'president' legítimo destituido ilegalmente por el 155". En cambio, Junqueras no es el líder que puede llevar a la república catalana. De hecho, los círculos de activistas que apoyan a Puigdemont en las redes no se privan de acusar a Junqueras y a ERC de 'colaboracionistas' e incluso de 'botiflers' (traidores). Ahora, también acusan a Junqueras de que cederá un escaño a Bildu. "El escaño que ha negado a Clara Ponsatí", subrayan. Ponsatí es la tercera en la lista de Puigdemont. Es una estrategia de guerra sucia que los convergentes ya pusieron en marcha en el año 2015 para debilitar a Esquerra y forzar una lista unitaria en las autonómicas de aquel año (y que les dio buen resultado).
Desde las filas republicanas se contraataca señalando que "Junqueras también era el vicepresidente legítimo y fue destituido por el 155. Y, además, encarcelado". Los republicanos apuntan, asimismo, a que la estrategia internacional de la Generalitat ha estado en manos de ERC, que ha puesto toda la carne en el asador. Sus herramientas, como Diplocat o las delegaciones del Govern en el exterior, fueron desmanteladas por el Gobierno central "porque funcionaban bien". Rechazan, por tanto, los argumentos de JxCAT sobre la importancia que se arroga Puigdemont sobre el 'procés' y reivindican la labor que la veterana formación y sus dirigentes han estado desarrollando en los últimos años.
Pero también es cierto que desde muchos círculos soberanistas se considera que el 'expresident' fugado es un líder excluyente. Si gana a Junqueras, aunque sea por un solo voto, "que nadie dude de que reclamará ser el único portavoz del independentismo", admiten fuentes cercanas a JxCAT. Se convertirá en un héroe, el único capaz de desbancar a ERC incluso con todos los elementos en su contra.
Las elecciones europeas van a ser algo más que una pugna entre los grandes partidos españoles. Al margen de la guerra abierta por el control de la derecha (donde topan PP, Ciudadanos y Vox), también se dirime algo que puede ser crucial para una mayor o menor estabilidad del Gobierno español: la hegemonía en el independentismo. Estas europeas son el encontronazo frontal de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Uno de los dos puede salir muy malparado de estos comicios.
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