Torrent convocará pleno para investir a Jordi Sànchez sin la CUP y con las dudas de ERC

El presidente del Parlament, Roger Torrent, tiene previsto convocar un pleno para investir al expresidente de la ANC Jordi Sànchez, en prisión preventiva en Soto del Real. Un pleno al que ERC llegará arrastrando los pies y con más bien poco entusiasmo, según apuntan fuentes de los propios republicanos. Nadie de ERC se atreve a censurar en público una investidura que se prevé fallida y casi todos ven con disgusto. Además, al final la cuestión quedará en manos no tanto de la CUP, que ya ha adelantado que no investirá a Sànchez, como del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, quien decidirá en última instancia si Sànchez puede o no participar en el pleno.

Mientras, este martes se reúne el Tribunal Constitucional (TC) para debatir si admitirá a trámite el recurso de amparo que presentó el PSC para salir del limbo legal en el que Torrent colocó al Parlament. Hay que recordar, además, que los socialistas catalanes pidieron medidas cautelares ante la situación sin precedentes en que se encuentra la cámara catalana. Así que, una vez más, el frente judicial es tan importante como el político. O, más aún, las decisiones jurídicas acabarán determinando las estrategias políticas. El factor tiempo es clave. Ahora los independentistas están enzarzados en sus guerras, pero sin coste, ya que no tienen presión del calendario. Eso podría cambiar con una resolución del TC.

Por su parte, el pleno del Parlament se celebrará a finales de esta semana o a principios de la siguiente, según apuntan fuentes parlamentarias de la oposición. Torrent dará alas a la candidatura de Jordi Sànchez. ERC no cree en ella. Pero sabe que será la CUP la que cargue con la responsabilidad de su no elección. La CUP, por su parte, ha culpado a JxCAT y a ERC. A juicio de los antisistema, si quieren a Jordi Sànchez, que desobedezcan y que cuenten como válidos los votos de Carles Puigdemont y Toni Comín, que ni han renunciado a su acta ni pueden delegar su voto al considerarse fugados de la Justicia.

El plan Tardà de buscar confluencias con los comunes para salir del atolladero no ha durado ni un día. Lo que tardó Xavier Domènech en salir de su reunión con Torrent, que formaba parte de la ronda de contactos, y adelantar de manera categórica de que no investirían ningún candidato independentista. De un plumazo Domènech extendió el veto que ya aplicaba a JxCAT a todo el espectro independentista.

'Pressing CUP'

Después de que se haya hecho evidente la caótica situación en que se encuentra sumido el independentismo, a los partidarios de Puigdemont les queda lo que en terminología nacionalista se denomina como 'pressing CUP'. Una estrategia mediática en que las cabecera afines y opinadores de relumbrón intentan que los anticapitalistas cambien de criterio, básicamente acusándolos de traidores. El último gran intento de 'pressing CUP' se saldó con el fracaso más absoluto, ya que Artur Mas acabó dando su ya mítico 'paso a un lado'. Pero ahora Anna Gabriel se encuentra en Suiza, y en JxCAT esperan que el relevo de los 'cupaires' sea más sensible tanto a sus planteamientos como a su insistencia.

Por eso la portavoz de JxCAT, Elsa Artadi, puso el énfasis este lunes por la tarde tras su reunión con Torrent en “llegar a un acuerdo con la CUP”. Típica actitud convergente de mirar con superioridad moral a los anticapitalistas y que luego se estrella contra las rocas.

Posiciones enrocadas

Artadi no descartó nada. Ni siquiera nuevas elecciones. Pese a que una repetición de los comicios solo la quieren Puigdemont y la CUP, formación que está jugando de forma descarada a que una nueva llamada a las urnas le devuelva una parte de la decena de diputados que mantenía en la cámara catalana durante la anterior legislatura.

Las posiciones se encuentran tan enrocadas que nadie puede decir la verdad. ERC tampoco. Así que los republicanos van camino de un pleno en el que no se investirá a Sànchez. Ya sea por la negativa de la CUP, ya sea por el veto de Llarena. Más tiempo perdido. Con el riesgo añadido de que el TC acabe diciendo dentro de una semana que el reloj empezó a correr hace más de 40 días y que, por lo tanto, apenas queda una veintena para que se convoquen nuevas elecciones. En ese escenario, habrá que votar al suplente del suplente: Jordi Turull, a quien la CUP tampoco respaldará.

Hasta en ERC ya empiezan a ver las elecciones como un mal menor. Pero todos se reafirman en sus posiciones iniciales. Nadie cede. Demasiadas opiniones inamovibles para tratarse del 'un sol poble' por el que siempre clama Carles Puigdemont.