La soledad de Puigdemont en sus “100 días en el exilio” belga
Apenas una treintena de personas se ha acercado a la plaza mayor de Lovaina para acompañar a Puigdemont en esta efeméride
Puigdemont nunca ha estado más solo en su camino a Macondo: 100 días, que a muchos saben a 100 años, han pasado ya desde que el 'expresident' se presentara con nocturnidad y alevosía en Bélgica, para pasmo del Estado español. Una fecha señalada que ha querido conmemorar con sus cuatro 'exconsellers', algunos fieles —como su guardaspaldas y el empresario Josep Maria Matamala— y la prensa.
Apenas una treintena de personas se ha acercado a la plaza mayor de Lovaina para acompañar a Puigdemont en esta efeméride. Mucho ha llovido, incluso nevado, desde aquel día en que miles de catalanes se presentaron en Bruselas, señera en mano, para mostrar un abrumador apoyo a su 'president'.
Puigdemont ha pedido un deseo: “Que pueda volver la normalidad a nuestras instituciones, que pueda traer el respeto a la voluntad de los catalanes que se ha expresado en estos 100 días”. Lo ha hecho junto a Meritxel Serret, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Toni Comín. Con el de ERC se ha mostrado cordial, una semana después de que en este mismo escenario, Lovaina, una cámara de Telecinco captara unos mensajes que le había enviado el 'expresident' reconociendo que está perdiendo la partida.
No han respondido Puigdemont ni sus consejeros a preguntas. Sí se han hecho fotos, han aplaudido, han escuchado a un par de violines y han cantado el 'El cant dels ocells'. También han escuchado un poema, de Salvador Espriu, recitado por una de las asistentes. Unos versos casi, casi con sabor a premonición. “A veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca ha de morir todo un pueblo para un hombre solo”, decía la simpatizante.
Puigdemont no ha aclarado cuál es su futuro. Sí ha lamentado la decisión del Supremo de mantener en prisión preventiva a Jordi Sànchez. “Por eso es especialmente doloroso que, en este aniversario, con nuestros presos políticos tengamos que ver cómo todavía justifican la prisión preventiva con la que se está reteniendo a gente de paz, demócrata y honesta escudándose en un argumento falaz como el de la violencia”.
Unos espontáneos han abucheado al grupo, que portaba carteles en los que se pedía a Europa que actuara ante la situación de los derechos humanos en Cataluña. “En España sí hay derechos”, ha gritado una paseante. “Y en Cataluña también”, ha respondido una de las asistentes a la concentración. “Exactamente. En toda España”, ha vuelto la voz. En el grupo, varios recuerdan la consigna: “No responder, no responder”.
Al final del breve acto —una treintena de minutos para una treintena de asistentes—, Puigdemont y Comín se han ido a cenar juntos, escoltados por los fieles del 'expresident': Matamala y el 'mosso' Lluis Escola Miquel, que actúa como su seguridad personal. Para su reunión, han elegido el restaurante Tapas Pronto. "Es italiano, es italiano", tranquilizaba Comín al 'expresident'.
Puigdemont nunca ha estado más solo en su camino a Macondo: 100 días, que a muchos saben a 100 años, han pasado ya desde que el 'expresident' se presentara con nocturnidad y alevosía en Bélgica, para pasmo del Estado español. Una fecha señalada que ha querido conmemorar con sus cuatro 'exconsellers', algunos fieles —como su guardaspaldas y el empresario Josep Maria Matamala— y la prensa.
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