El optimismo desborda la Verja de Gibraltar por el acuerdo pese al enfado de la Junta y La Línea

Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, ha tenido un par de gestos en las últimas semanas que han llamado la atención. El primero fue el 12 de abril, en Bruselas, acompañado por los ministros de Exteriores del Reino Unido y España, David Cameron y José Manuel Albares, y el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic. No es habitual que el líder de la colonia británica esté en estos foros de alto nivel, por lo que la presencia del dirigente llanito fue llamativa. Dos semanas después, el político del Peñón publicó un tuit para celebrar que Pedro Sánchez decidiera seguir al frente del Gobierno. "Es bueno para Gibraltar", dijo en su cuenta de X. Son señales que alimentan el optimismo a un lado y otro de La Verja que separa a la colonia de La Línea de la Concepción.

El Gobierno español, por medio del secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, ha hablado de la esperanza de llegar a un acuerdo entre Londres y Madrid en los "próximos días". De llegar a buen puerto, la situación de la colonia se resolvería cuatro años después de que se hiciera efectivo el Brexit, el 1 de febrero de 2020, después de unas largas negociaciones que podrían acabar con la histórica Verja, una infraestructura que forma parte del imaginario del Campo de Gibraltar desde los tiempos de la dictadura de Franco, cuando llegó a cerrarse y a separar familias a un lado y otro de la frontera. Décadas después, con la Roca como un elemento clave en esta zona de Cádiz, España y Reino Unido están cerca de cerrar un nuevo estatus para esta pequeña península dentro de la UE, razón por la cual la Comisión Europea se ha involucrado en las conversaciones.

En la oficina de Fabian Picardo no quieren dar detalles por temor a hacer descarrilar unas negociaciones tan complejas, pero el optimismo es lo que se destila de los últimos pronunciamientos del dirigente británico, reelegido en los últimos comicios de la colonia. Gibraltar ha sido, al mismo tiempo, un dolor de cabeza y la salvación para la comarca que lo rodea. Se trata de una de las zonas con mayores tasas de paro del país, aunque hay 15.000 trabajadores transfronterizos que viven en España y cruzan cada día La Verja para trabajar. Es foco de contrabando de tabaco y un paraíso para empresas de juego, sin olvidar los recurrentes choques entre los pescadores de la zona y los barcos de las fuerzas de seguridad gibraltareñas.

Pero la simbiosis es inapelable. Solo hay que escuchar a un oriundo del Peñón hablar en llanito, esa mezcla entre el castellano de Cádiz y el inglés británico que permite a los gibraltareños saltar de un idioma a otro sin problemas. Por eso entenderán sin problemas las quejas del alcalde de La Línea, el independiente Juan Franco, que este martes se ha quejado de que no ha recibido "información de ningún tipo" del avance de las negociaciones después del encuentro en Bruselas del pasado 12 de abril. Y no ha sido el único, ya que el consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Sanz, habló de "oscurantismo" en las negociaciones desde hace "año y medio".

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La tesis del Ejecutivo autonómico es que si Gibraltar está presente, como parte local del lado británico, las autoridades locales andaluzas y gaditanas también deben estar involucradas. Sanz aseguró hace unos días que nunca antes había habido esta falta de información al Gobierno andaluz, ni con presidente socialistas ni populares en Moncloa. La queja de San Telmo ha tenido efecto, según ha adelantado Europa Sur y ha confirmado esta redacción, ya que el secretario de Estado de la UE ha telefoneado al titular de Presidencia para plantearle una reunión en la que la Administración andaluza reciba toda la información sobre los avances de la negociación. "No es de recibo que Gibraltar esté informada de primera mano y los alcaldes y la Junta no lo estén", expresan desde el equipo de Antonio Sanz.

"Creo que es una oportunidad muy positiva para Gibraltar y el Campo de Gibraltar", dijo Picardo en su viaje en la capital comunitaria, donde no dio muchos más detalles más allá de su confianza en crear una "nueva dinámica, una nueva relación". Según explicó el político gibraltareño, el objetivo es convertir en un "tratado" el acuerdo alcanzado en la Nochevieja de 2020 que tiene como leitmotiv incluir a la Roca en el espacio Schengen. Esto se debe traducir en la desaparición de la Verja y el traslado de las fronteras al aeropuerto y el puerto de Gibraltar. Y es ahí donde radica gran parte del atasco, porque se trata de un asunto que afecta a la soberanía del Peñón. El propio Picardo utilizó un adjetivo muy llamativo para aludir a esa soberanía: "sacrosanta".

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En estos años, parte del enroque se ha debido al rechazo de Gibraltar a que este control fronterizo en el aeródromo y el puerto de la colonia quede en manos de España. El pacto de Nochevieja apuntaba a que durante los cuatro primeros años sería la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) la encargada de esta labor, pero la responsabilidad en última instancia cae sobre España, como Estado miembro responsable. El optimismo que se destila de las palabras de Fernando Sampedro y de las previas de Fabian Picardo puede estar relacionado con una solución a este entuerto. Pero no se conocen aún los detalles. El ministro principal de la colonia aludió el 12 de abril a la labor de los negociadores y habló de un plazo de "semanas", sin más detalle.

"Estamos a la distancia de un beso [within kissing distance]", dijo Picardo en Bruselas, algo que concuerda con el optimismo mostrado este martes por el secretario de Estado de la UE antes de participar en la capital comunitaria en una cumbre informal de ministros de Exteriores del club comunitario. Después de 18 reuniones técnicas en estos tres años, el sueño de acabar con la Verja parece más cerca que nunca, aunque nadie se atreve a dar una fecha a falta de una nueva reunión al más alto nivel.