Una cámara oculta puso en jaque la investigación de la presunta trama de corrupción policial

La madrugada del 4 de noviembre de 2021, agentes de la Policía Nacional se disponían a colocar un dispositivo de geolocalización en un coche y una moto de uno de los principales investigados de la trama de corrupción policial de Fuengirola, Salomón K.C., empresario y confidente del comisario local, José María Tocornal, el gran objetivo de un caso que se inició con la denominación de Martillo y que derivó en Mantis.

Cuando los policías procedían a su montaje, tuvieron que abortar la operación y marcharse del garaje. ¿El motivo? Detectaron una cámara oculta que estaba captando sus movimientos.

Este contratiempo, que a priori pudo comprometer seriamente la investigación, paradójicamente sirvió para que los responsables de las pesquisas apuntalasen su hipótesis primigenia: que el mando policial supuestamente utilizaba su posición para recabar información que favoreciese las actividades delictivas Salomón.

Los agentes destacan en uno de sus informes que, "a primera hora de la mañana de ese mismo día", el comisario tenía en su poder la grabación en la que se visualizaba a funcionarios adscritos a la Jefatura de Sistemas Especiales manipulando los dos vehículos. Circunstancia que presuntamente pone de relieve que las imágenes fueron "facilitadas" por el confidente.

Lo que ocurrió después es algo que se repetía cada vez que alguna unidad comenzaba a hacer indagaciones sobre la organización criminal supuestamente liderada por el empresario. El jefe provincial de Operaciones de la Comisaría Provincial de Málaga, durante su declaración ante los investigadores, contó que ese 4 noviembre, a través de un mensaje de WhatsApp, el comisario fuengiroleña le envió el video. En una llamada posterior le explicó que la moto y el coche "pertenecían a un colaborador suyo" y justificó la presencia de la cámara oculta "por temor a que su exmujer pudiese tomar represalias".

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José María Tocornal trató de saber si los agentes que intentaron colocar las balizas pertenecían a alguna unidad de Málaga o de otra provincia e informó que Salomón iba a interponer una denuncia. Un paso que tendría su recorrido y que se detallará más adelante.

El comisario investigado le consultó a su interlocutor "si se podía poner en contacto con el teniente coronel de la Guardia Civil para preguntarle sobre la grabación", algo que no recomendó porque, "si es una investigación suya, era mejor que fuesen ellos los que se interesaran".

Volviendo a la denuncia, sirvió para que de nuevo quedara expuesta la complicidad del presunto narco con Tocornal, ya que en una conversación telefónica captada por los investigadores, el primero señala que va a denunciar porque "un alto cargo" le había dicho que las personas que estaban manipulando los vehículos "seguramente" eran miembros del Instituto Armado. Un "alto cargo" que los investigadores creen que es el mando policial y que este le recomendó denunciar porque, "si no tienen permiso, se va a quitar" la baliza o, si tienen algo en su contra, le tendrán que informar.

Esta llamada, que se plasma en un documento policial, se produjo "un día después" de que Salomón mantuviese una reunión con Tocornal y de que el funcionario "hiciese gestiones" entre sus compañeros de la Policía Nacional.

El mando policial trató de saber si las personas del video eran agentes de la Policía y por qué querían conocer los movimientos de Salomón

El investigado, en compañía de su abogado, acudió la mañana del 11 de noviembre de 2021 a la Comandancia de Málaga. Y a la salida llamó a su pareja para comentarle que un responsable de la Guardia Civil le acababa de confirmar que las personas que aparecían en el video no eran miembros de este cuerpo.

Jaguar F-Pace

Una las averiguaciones más curiosas realizadas por la Operación Mantis gravita sobre los presuntos delitos de encubrimiento y omisión del deber perseguir delitos y un coche de alta gama que pertenecía a una empresa de renting de Sabadell.

Este vehículo, un Jaguar modelo F-Pace, fue adquirido por un ciudadano extranjero por un periodo de 36 meses, pero nunca fue devuelto mi se abonaron las cuotas impagadas —31.405,36 euros—. El 7 de octubre de 2019 se denunció su apropiación indefinida y se emitió un señalamiento por si alguna patrulla policial se topaba con él.

El 27 de enero de 2022, algo más de dos años después, agentes del Grupo I de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Fuengirola reciben información de que el garaje de un edificio del municipio hay "un vehículo de alta gama que podía estar sustraído". Los agentes fueron a comprobar este extremo y constataron que el turismo estaba búsqueda, por lo que lo intervinieron y trasladaron al depósito municipal de Fuengirola.

Las gestiones policiales revelaron que la plaza de aparcamiento pertenecía a una vivienda de alquiler y cuyo inquilino señaló que no estaba incluida en el contrato y que "ni siquiera tiene llaves de acceso al garaje". Pero dio un dato clave: Salomón K.C. hizo de intermediario en la operación de renta del inmueble y fue quien le entregó las llaves.

El examen del turismo por parte de los especialistas de la Policía Científica llevó hasta un mecánico de nombre eslavo que declaró que fue contactado por una persona a la que desde hacía diez años conocía como Salomón y que le pidió que fuese para inspeccionar un coche.

Sin embargo, "no se plasma ninguna de estas manifestaciones en el cuerpo del atestado policial", apuntan los investigadores del Grupo 10 de la Unidad de Asuntos Internos (UAI), que afean que no se tomara declaración al empresario. "Ni siquiera se hace referencia a él, a pesar de encontrarse directamente vinculado con los hechos denunciados".

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"Todo esto hace inferir, salvo que exista alguna otra diligencia no conocida por esta instrucción, y que no se encuentre plasmada en el atestado, que esta omisión es deliberada para que Salomón pueda eludir la investigación de la autoridad y quede impune".

Estas sospechas la cimientan en una conversación telefónica interceptada a Tocornal el mismo día del hallazgo del turismo, en la que indica a un subordinado que "Salomón sabe que está robado porque le dio la matrícula tiempo atrás". El mando policial, en ese momento, se justifica por no haberlo comunicado antes porque "no le avisó de que tenía el coche delante" y pensó que su consulta era porque estaba interesado en comprar.

La hipótesis de los agentes es que el grupo criminal "pudiese estar vinculado, de algún modo, al tráfico ilícito de coches"

En un informe policial se remarca que "este extremo no debe pasar inadvertido", ya que, "no solo confirma, una vez más, que el comisario no ha dudado en consultar una matrícula que le ha solicitado Salomón K.C. y después comunicarle la información reservada"; sino que "llama la atención que, "a pesar de constar un señalamiento de 'sustracción, apropiación indebida, extravío' al vehículo, no preguntase a su confidente el motivo de la consulta o no hiciese una mínima gestión al haber detectado que se encontraba vinculado a un hecho delictivo".

La forma de proceder del mando policial "no hace más que agravar la conducta de esta omisión", señalan los responsables del caso, que barajan la hipótesis de que la organización criminal del supuesto narco "pudiese estar vinculada, de algún modo, al tráfico ilícito de coches aprovechando el halo de protección del comisario de Fuengirola".