Sevilla, una luz de alarma en el PP: la victoria del 19-J no se repetirá en mayo

La victoria del PSOE en Sevilla tiene un valor político exponencial. No es la ciudad, es lo que representa para los socialistas. La cuna, sí, la ciudad de Felipe González y de Alfonso Guerra, donde empezó todo, pero esta vez es, además, el asidero al que se agarra el partido para decirse a sí mismo que sigue vivo en la comunidad que más votos le ha dado en la historia. Sevilla es en estas elecciones un símbolo doble. También para el Partido Popular lo que ocurra en este ayuntamiento excede de la importancia de la capital andaluza. No es el ayuntamiento, es lo que puede pesarles en el ánimo; es el miedo de avanzar y no llegar. No es el resultado, son los nervios, la inseguridad; es el contraste abrupto con la mayoría absoluta de hace menos de un año en la Junta de Andalucía.

Ahí, en Sevilla, se juegan el PSOE y el PP, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, una buena parte del discurso y de la confianza que necesitarán cuando se enfrenten en las próximas elecciones generales. Por eso, esta encuesta de El Confidencial, que otorga una ajustada victoria para el actual alcalde socialista, Antonio Muñoz, supone una luz de alarma para el Partido Popular. Por lo que decimos, porque esa derrota aumentaría las dudas sobre la solidez del cambio de ciclo político que vienen anunciando los populares desde que Feijóo asumió la presidencia.

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De acuerdo con la encuesta de El Confidencial, el PP no tira. Esa es la mala noticia para ese partido. No tira lo suficiente, no tira más allá del proceso de reagrupación del voto que se fue a Ciudadanos y que, como se viene constatando en las elecciones celebradas en los dos últimos años, ha vuelto al Partido Popular casi en su integridad. Mucho más en una comunidad como la de Andalucía en la que su presidente regional, Juanma Moreno, puso en práctica una estrategia de amable absorción que, literalmente, ha acabado integrando a casi todos sus exdirigentes. También ocurre en Sevilla, y el antiguo candidato naranja figura ahora en la lista del Partido Popular, se llama Álvaro Pimentel, hermano del exministro de Aznar, Manuel Pimentel, al que muchos recordarán.

"El objetivo del PP en Sevilla no puede limitarse a recuperar el voto absorbido de Ciudadanos si quiere arrebatarle la alcaldía al PSOE"

La cuestión es que los cuatro concejales que, según la encuesta, puede aumentar el Partido Popular en Sevilla son, exactamente, los mismos cuatro concejales que en las anteriores elecciones consiguió Ciudadanos, que ahora desaparece. Pero el objetivo del Partido Popular en Sevilla no puede limitarse a recuperar el voto absorbido de Ciudadanos si quiere arrebatarle la alcaldía al PSOE. El análisis puede, incluso, agravarse más si tenemos en cuenta que el pronóstico realizado le concede a Vox un concejal más de los que tenía, pasando de dos a tres ediles.

Volvamos a las expectativas que se levantan con los vientos de un nuevo ciclo político. Y pensemos en lo que sucedió en el último: el final de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno y la llegada al poder de Mariano Rajoy. En las elecciones municipales de mayo de 2011, el viento soplaba tan inequívocamente a favor del Partido Popular que en el Ayuntamiento de Sevilla arrasó Juan Ignacio Zoido con la única mayoría absoluta que ha logrado un partido político en esta ciudad en el medio siglo de democracia. Luego, el propio Zoido, un pésimo alcalde que defraudó a todo el mundo, se encargó de destrozar esa mayoría, pero lo que no cambia es el hecho: el deterioro político de Zapatero y el cambio de ciclo político se palpaba en aquellas elecciones. Era muy evidente. Y ahora no es así.

Opinión

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Es verdad, como se viene repitiendo aquí, que el odio a Pedro Sánchez tenemos que considerarlo como uno de los factores sociales que más influyen en las tendencias electorales de la actualidad, pero no determina por sí solo un cambio de ciclo político. El descrédito y la impopularidad de Zapatero fueron abrasivas para el Partido Socialista, pero lo determinante fue la angustia, el miedo y la desesperación por la catástrofe económica que se avecinaba en España. La crisis, las crisis, que se han encadenado tras la pandemia de 2020, se han resuelto de muy distinta forma y, aunque el prestigio y el crédito del presidente Sánchez se hayan desplomado, la situación económica en España no provoca desazón como para soplar a favor de un nuevo ciclo político. En Andalucía, o en la propia Feria de Abril que se celebra estos días en Sevilla, los datos de ocupación turística dejan muy claro que el desastre que pronosticaba la derecha no ha ocurrido.

El 19-J como referencia

Por último, es obligado reparar en que todo esto se produce en un contexto político determinado: lo ocurrido en las elecciones andaluzas de hace menos de un año, en junio de 2022. Y, de nuevo, encontramos ahí, un elemento más de preocupación para la alarma que representaría para el Partido Popular no conseguir la alcaldía de Sevilla. En esas elecciones andaluzas, el Partido Popular barrió literalmente en la capital andaluza; casi dobló al PSOE en porcentaje, un 41,43%, frente al 24,29% de los socialistas.

Queda claro que el liderazgo que representa en Andalucía el presidente Moreno Bonilla no lo alcanza, ni de lejos, el candidato popular que concurre a estas elecciones, José Luis Sanz, un buen gestor sin el tirón empático del primero. Sucede, además, que este candidato fue una de las últimas imposiciones del equipo de Pablo Casado y Teodoro García Egea, con lo que el Partido Popular en Sevilla sigue siendo, a muchos efectos, lo que ha sido siempre, una estructura débil, enfrentada, desorientada y literalmente ausente en una enorme cantidad de municipios de la provincia de Sevilla.

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La cuestión es que hace diez meses muchos sevillanos que suelen votar al PSOE, muchos miles, se inclinaron por el candidato del Partido Popular, Juanma Moreno, en vez de hacerlo por Juan Espadas, al que seguramente habrían votado varias veces como alcalde de Sevilla. Y esos mismos sevillanos están decididos a apoyar al sustituto de Espadas, a Antonio Muñoz, que es el actual alcalde.

En fin, a un mes de las elecciones, por las características de la política actual y con un resultado tan ajustado, sabemos que cualquier circunstancia puede hacer que el peso de los bloques se desequilibre hacia el sector contrario. Por tanto, las elecciones confirmarán o desmentirán lo que hoy vaticina la encuesta de este periódico, pero, ciertamente, encontramos elementos suficientes para explicar ese resultado. De momento, ánimos para los socialistas, por lo que supone Sevilla para el PSOE, y señales de alarma en el PP, por lo que un resultado así habla del ciclo político.