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El policía local que estafaba a otros agentes con proteínas adulteradas: "¿Con qué rellenaba los botes?"
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El policía local que estafaba a otros agentes con proteínas adulteradas: "¿Con qué rellenaba los botes?"

El agente, miembro de la plantilla de Torremolinos, supuestamente formaba parte de un entramado nacional y a través de tiendas comercializaba productos con menor porcentaje de propiedades proteicas de lo que ponía en la etiqueta

Foto: Getty/Patrick Smith.
Getty/Patrick Smith.

La mañana del pasado 3 de noviembre, los empleados municipales del servicio de recogida de residuos de Málaga debieron hallar en los contenedores un inquietante número de botes de proteínas y otros productos de nutrición deportiva. Era la respuesta instintiva al rumor que corría entre los grupos de WhatsApp de agentes de distintos cuerpos de seguridad. Hacía varias horas que en los calabozos de la comisaría provincial se encontraba un tipo al que muchos conocían. Un compañero de la Policía Local de Torremolinos al que compraban este tipo de suplementos porque ofrecía unos precios inmejorables. Pero ninguno de ellos se percató de que estaban siendo engañados. Porque la mayoría de esos productos supuestamente estaban adulterados y contenían mucho menor porcentaje de proteicos de los que se publicitaban en la etiqueta.

Este policía local es una de las 10 personas arrestadas en Málaga como pertenecientes a una red delictiva que también traficaba con medicamentos ilegales muy peligrosos y que también fue desarticulada en distintos puntos del país: Alicante, Badajoz, Cádiz, Granada, Tarragona y Toledo. La operación, liderada por agentes de la Sección de Delitos contra el Consumo, Medio Ambiente y Dopaje desplazados desde Madrid, concluyó con un total de 24 arrestados.

Foto: Un participante de una competición de culturismo. (EFE/Rungroj Yongrit)

La provincia malagueña fue uno de los epicentros de una investigación que se extendió por el barrio de Teatinos de la capital y los municipios de Torremolinos y Vélez-Málaga. Según pudo saber El Confidencial de diversas fuentes, en estos lugares se registraron tiendas donde comercializaban los productos presuntamente fraudulentos, algún local de almacenaje, una nave y domicilios.

En una de las casas, dentro de los aparatos de aire acondicionado, los investigadores encontraron fajos de billetes escondidos que se piensa eran parte del beneficio de las supuestas actividades delictivas. Fue en el domicilio de uno de los cabecillas de la organización, que presuntamente “regentaba algunos de los comercios” utilizados por la trama.

El policía investigado tenía entre su clientela a numerosos agentes de distintos cuerpos a los que captaba con sus precios inmejorables

Las investigaciones comenzaron cuando la Policía Nacional recibió una comunicación procedente de la Agregaduría de Bulgaria en España, en la que indicaba que se había detectado la remisión a Cádiz de una gran cantidad de anabolizantes a través de una empresa de paquetería. Por lo que se realizaron indagaciones para tratar de comprobar la veracidad de esta información.

Una decena de puntos de venta

Tras un primer análisis de los datos recabados, se observó una conexión con otras informaciones que ya obraban en poder de los agentes españoles y que vinculaban a algunos de los receptores de los productos con una franquicia de tiendas de suplementos. Esta firma no solo tenía presencia en la provincia gaditana, sino que en un corto periodo de tiempo se expandió a otros puntos de Málaga y Granada. “Llegaron a tener más de una decena de puntos de venta que, tras la realización de vigilancias y seguimientos, permitieron comprobar que eran utilizadas como plataforma de distribución de medicamentos, anabolizantes y hormonas”, precisó el citado cuerpo policial.

Aunque en un primer momento las líneas de investigación se centraron únicamente en el grupo vinculado a la franquicia, dedicado a la adquisición, almacenamiento y venta de esteroides, los responsables del caso observaron que también vendían un producto etiquetado como natural que en realidad contenía Episdrol, una sustancia medicamentosa retirada del mercado en 2013 por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios por el grave riesgo que su ingesta podía causar para la salud. Los esfuerzos policiales, a partir de ese momento, también se focalizaron en localizar su origen.

Las gestiones realizadas llevaron hasta un segundo grupo organizado cuya sede se situaba en Toledo y que contaba con conexiones en Badajoz. Este operaba a través de dos empresas que cubrían el proceso de elaboración al completo: desde la síntesis del principio activo, hasta su envasado. Incluyendo el etiquetaje y su venta en tiendas de suplementos deportivos.

Foto: Cae una red que vendía "gotas mágicas" a deportistas. (EFE/Guardia Civil)

Las compañías también producían otros productos nutricionales, como proteínas y creatina, entre otros, bajo demanda y con las especificaciones de composición solicitadas por los distintos clientes, aunque sus calidades generalmente estaban muy por debajo de la recogidas en las etiquetas. Entre los clientes de estas empresas fabricantes, se encontraban las marcas propias creadas por la cadena de tiendas de la franquicia investigada. Y con las que el policía local de Torremolinos implicado presuntamente vendía estos suplementos deportivos adulterados a sus compañeros y otros clientes. Productos que contenían trazas de fármacos que podían ser peligrosos para la salud de quienes los ingiriesen.

El agente, del que los investigadores concluyen que era un miembro importante dentro del engranaje de la red, y que supuestamente sabía del carácter fraudulento de lo que vendía, se negó a declarar.

A otro de los cabecillas se le incautaron fajos de dinero que había ocultado en los aparatos de aire acondicionado de su casa en Vélez-Málaga

La acción de esta persona, a la que acudían muchos agentes de Málaga pertenecientes a todos los cuerpos de seguridad para comprar suplementos, generó cierta inquietud entre estos, que se preguntaban “con qué rellenaban los botes” cuando supieron que “tenían tres veces menos de proteínas” de lo que decía la etiqueta. Y que, además, podían contener restos de medicamentos que desconocían los compradores.

Debido a desencuentros entre las dos organizaciones investigadas por los precios y pagos de los productos de suplementos nutricionales, su producción se desplazó a la provincia de Alicante, más concretamente a una empresa donde pretendían seguir con la misma operativa. Otra línea de trabajo policial reveló un punto de venta de anabólicos en la localidad tarraconense de Reus.

Foto: Foto: iStock.

Durante la explotación de la operación policial fueron detenidas 24 personas, diez de ellas en la provincia de Málaga, siete en Cádiz, cuatro en Toledo y una en las de Alicante, Badajoz y Tarragona, respectivamente. Se practicaron 37 registros o inspecciones, en los que se intervinieron más de 2.500.000 dosis de medicamentosos ilegales —aproximadamente unos 400 kilogramos—, toneladas de productos de suplementos deportivos inmovilizados por fraude a los consumidores, 390.000 euros en efectivo, 690.000 en cuentas bancarias que fueron bloqueadas y 24.000 en distintas criptomonedas. Ha aflorado un patrimonio total de los investigados de aproximadamente 7.500.000 euros, informó la Policía Nacional, que precisó que a los arrestados se les acusa de un delito contra la salud pública, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y un delito contra los consumidores.

El operativo permitió, además, la inmovilización de 25 propiedades y 53 vehículos, a los que se suman cuatro que fueron intervenidos.

La mañana del pasado 3 de noviembre, los empleados municipales del servicio de recogida de residuos de Málaga debieron hallar en los contenedores un inquietante número de botes de proteínas y otros productos de nutrición deportiva. Era la respuesta instintiva al rumor que corría entre los grupos de WhatsApp de agentes de distintos cuerpos de seguridad. Hacía varias horas que en los calabozos de la comisaría provincial se encontraba un tipo al que muchos conocían. Un compañero de la Policía Local de Torremolinos al que compraban este tipo de suplementos porque ofrecía unos precios inmejorables. Pero ninguno de ellos se percató de que estaban siendo engañados. Porque la mayoría de esos productos supuestamente estaban adulterados y contenían mucho menor porcentaje de proteicos de los que se publicitaban en la etiqueta.

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