Es noticia
Un diabético en coma, una pulsera GPS y cinco millones de euros: el loco secuestro múltiple resuelto en Marbella
  1. España
  2. Andalucía
DURANTE EL PUENTE DE LA CONSTITUCIÓN

Un diabético en coma, una pulsera GPS y cinco millones de euros: el loco secuestro múltiple resuelto en Marbella

La operación de la Policía Nacional se salda con 15 detenidos y cuatro liberados. El supuesto origen del secuestro, el robo de 1.500 kilos de hachís. Las víctimas fueron torturadas durante días y una estuvo a punto de morir

Foto: Agentes de la Policía Nacional, en una imagen de archivo. (Europa Press/Antonio Sempere)
Agentes de la Policía Nacional, en una imagen de archivo. (Europa Press/Antonio Sempere)

Esta es una historia que pasó, que pudo haber sido y que no fue. La historia de un secuestro múltiple con un diabético a punto de morir, una pulsera telemática y unos secuestradores que cruzan el Estrecho en gomas para ajustar cuentas con unos descarriados. Un relato adornado de bridas, pasamontañas y torturas con un desenlace en dos actos que arranca en una noche tremendamente lluviosa y un grupo de policías apostados junto a una casa de la urbanización La Quinta Hills, de Marbella. El epílogo de un robo de 50 fardos de hachís en torno al que algunas fuentes sitúan rumores sobre dos asesinatos perpetrados en Marruecos.

Este tipo de investigaciones nunca encaja bien en el calendario, pero en este caso concreto, menos todavía, porque se desencadenó durante el pasado macropuente del Día de la Constitución y la Inmaculada Concepción. Se inició el domingo 4 de diciembre, día en que en la comisaría de Marbella se recibió la primera de una sucesión de cuatro denuncias que se extendió durante las horas siguientes. Los denunciantes explicaban que un familiar se encontraba desaparecido y expresaban su temor por que algo malo le hubiese podido suceder. Todos ellos coincidían en señalar que las víctimas no se habían incorporado a sus puestos de trabajo, que tenían los teléfonos móviles apagados y en que su paradero se perdía el mismo día: el viernes 2 de diciembre.

Foto: La Policía Nacional en una operación antidroga en Málaga. (Reuters)

Los agentes sospecharon rápidamente de que todas las desapariciones estaban conectadas y que su trasfondo podría estar relacionado con el tráfico de drogas, por lo que los investigadores del Grupo I de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría Provincial de Málaga, así como sus compañeros de la misma sección y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría marbellí, sabían que tenían que actuar con rapidez porque los cuatro secuestrados corrían un serio peligro. Sobre todo uno de ellos, que era diabético y precisaba de su tratamiento de insulina.

Mientras los responsables del caso trabajaban contrarreloj, la habitación de una casa de la urbanización La Quinta Hills se convertía en una particular sala de interrogatorio donde unos carceleros torturaban a sus cuatro retenidos. Fuentes consultadas por El Confidencial explicaron que el secuestro se perpetró en un inmueble del complejo residencial La Reserva, ubicado en la misma localidad, y que fue asaltado por al menos seis personas de origen árabe, que portaban armas de fuego y que los maniataron antes de introducirlos en una furgoneta que esperaba en el garaje.

Los secuestradores tenían datos de los seres queridos de las cuatro víctimas y amenazaban con hacerles daño si no obedecían

Los secuestradores, algunos de los cuales se piensa que cruzaron el Estrecho en embarcaciones para no ser detectados, trasladaron a las víctimas hasta la vivienda de La Quinta Hills, donde las torturaron y amenazaron con hacer daño a sus seres queridos, de los que les mostraron imágenes y revelaron datos que ponían de relieve que habían hecho un trabajo previo de seguimiento. Durante los interminables interrogatorios, las encañonaban y jugueteaban con volarles la cabeza.

La información que pedían dejaba claro que el móvil del rapto era un ajuste de cuentas tras un vuelco de droga. La obsesión de los delincuentes era conocer el paradero de un alijo de 1.500 kilogramos de hachís —50 fardos— que supuestamente les habían robado o, en su defecto, que les entregaran cinco millones de euros en compensación.

Un localizador les podía delatar

Tras dos jornadas de golpes y vejaciones en un escenario intimidatorio con pasamontañas y promesas de sangre, se percataron de que uno de los secuestrados portaba una pulsera telemática de localización acordada por un juzgado y que podía delatarles ante las fuerzas de seguridad si lanzaba una alerta de incumplimiento de las medidas cautelares. Esto produjo un cambio de planes y la banda optó por liberar a este individuo, no sin antes advertirle de que no denunciara lo ocurrido o irían a por los suyos.

Los expertos en la lucha contra el crimen organizado, paralelamente, habían llegado a la casa en la que se produjo el secuestro múltiple y en su interior localizaron restos de arpillera de los que habitualmente se emplean para envolver los fardos, así como varias tabletas de hachís. Una serie de gestiones posteriores les permitieron saber qué modelo y el color de la furgoneta se empleó para el rapto, así como que se desplazaba con matrículas falsas y que en cada trayecto la precedía un coche lanzadera que avisaba de cualquier presencia policial o elemento sospechoso.

placeholder Comisaría de Marbella, donde se presentaron las denuncias de las desapariciones. (EFE)
Comisaría de Marbella, donde se presentaron las denuncias de las desapariciones. (EFE)

La compleja labor policial que requiere un caso así, además, se veía dificultada porque el secuestro se prolongaba en un largo puente festivo en el que muchas administraciones necesarias pata hacer gestiones se encontraban cerradas o bajo mínimos de personal. A lo que se unía la presión de los mensajes que estaban recibiendo algunos familiares de las víctimas en los que se les exigían importantes sumas de dinero como pago del rescate.

Pero el trabajo contrarreloj de los agentes dio sus frutos y finalmente dieron con una vivienda de La Quinta Hills en la que creían que podían estar los tres individuos que aún permanecían retenidos.

Abandonado a su suerte

La noche no acompañaba y una fuerte lluvia hizo acto de presencia ese ocho de diciembre. Las víctimas llevaban seis días retenidas y se decidió no posponer más el operativo. Los efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Comisaría Provincial de Málaga fueron los encargados de entrar en el inmueble. En su interior detuvieron a cuatro de los delincuentes, mientras en una habitación hallaron solo a dos de los secuestrados. El tercer, que sabían que podía estar en riesgo de muerte porque llevaba tiempo sin administrarse su tratamiento contra la diabetes, había sido llevado a otro lugar.

Foto: La colaboración del helicóptero policial fue clave para localizar a los individuos raptados. (EFE/Jesús Diges)

Los liberados relataron que su compañero se encontraba muy mal y que incluso había perdido el conocimiento, por lo que los captores lo sacaron de la vivienda un rato antes de la intervención policial. La intuición empujaba a pensar que había sido abandonado a su suerte en algún lugar solitario y de difícil acceso, por lo que se pidió la ayuda del helicóptero del Servicio de Medios Aéreos para que peinara las zonas de campo próximas.

La incógnita sobre el paradero de esta cuarta persona se resolvió cerca de la medianoche, cuando sonó el timbre de su casa y el padre salió a la calle y lo halló desmayado, precisaron las citadas fuentes, que señalaron que ingresó en la UCI del hospital Costa del Sol, donde permaneció en coma durante un mes.

La hipótesis con la que se trabaja en torno a esta parte del caso es que, tras abandonar al herido en una zona indeterminada, alguien se percató de la actuación policial y decidió regresar y trasladarlo hasta la casa de su familia para que lo auxiliasen y así evitar que al secuestro se sumase un cargo por asesinato. La creencia generalizada es que, si no se hubiesen arrepentido, el secuestrado hubiese muerto al no recibir asistencia sanitaria urgente.

Uno de los secuestrados estuvo a punto de morir y pasó un mes en coma ingresado en la UCI

Esta primera intervención se cerró con seis arrestos, porque a los cuatro que se produjeron en la localidad marbellí, se suman otros dos que se llevaron a cabo en Granada y en los que cayeron unos tipos que presuntamente estaban negociando un rescate. Aunque el caso seguía abierto.

Las distintas líneas de investigación posibilitaron una segunda tirada que tuvo lugar a mediados del pasado mes de febrero en el triángulo de oro que forman Marbella, Estepona y Benahavís. En distintos puntos de estos tres municipios se realizaron seis registros en los que se hallaron prendas para ocultarse, drogas, vehículos utilizados en el rapto múltiple y 50.000 euros en efectivo. Y lo más importante, fueron detenidas otras nueve personas.

Foto: Jamal B, el ciudadano holandés que continúa desaparecido desde su secuestro. (EC)

La operación Nerón, como fue bautizada, concluyó con 15 arrestados de nacionalidad española y marroquí, a los que se acusa de cuatro delitos de secuestro, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, robo con violencia e intimidación, robo de vehículo, falsedad documental y lesiones.

La consecuencia final de los investigadores es que los investigados habían sufrido un vuelco de droga y consideraban que sus víctimas estaban implicadas. El secuestro se planificó para intentar recuperar un alijo de 1.500 kilos de hachís o que les pagaran su valor: 5.000.000 euros. Hay informaciones que señalan que con toda esta sucesión de acontecimientos estarían vinculados dos crímenes perpetrados en Marruecos.

Esta es una historia que pasó, que pudo haber sido y que no fue. La historia de un secuestro múltiple con un diabético a punto de morir, una pulsera telemática y unos secuestradores que cruzan el Estrecho en gomas para ajustar cuentas con unos descarriados. Un relato adornado de bridas, pasamontañas y torturas con un desenlace en dos actos que arranca en una noche tremendamente lluviosa y un grupo de policías apostados junto a una casa de la urbanización La Quinta Hills, de Marbella. El epílogo de un robo de 50 fardos de hachís en torno al que algunas fuentes sitúan rumores sobre dos asesinatos perpetrados en Marruecos.

Marbella Secuestros Sucesos Noticias de Andalucía
El redactor recomienda