La librería sobre la que gira la cultura en Sevilla lanza un SOS para evitar su desahucio

La apertura hace cinco años de la librería Caótica fue todo un acontecimiento en Sevilla, un acto insólito que acarreó a centenares de personas al centro de la ciudad para celebrar un innovador proyecto cultural y que obligó a los tres socios fundadores a salir incluso al balcón para agradecer la acogida. Este entusiasmo respondía a la labor desarrollada anteriormente por este equipo en la librería La Extra Vagante, que tuvo que cerrar sus puertas víctimas de la gentrificación. Y es proporcional al sentimiento y a la solidaridad que ahora está recibiendo por parte de clientes, amigos y vecinos después de trascender que el negocio afronta una orden de desahucio.

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Maite Aragón, Begoña Torres y Joaquín Sovilla, los fundadores de Caótica, pusieron en marcha un proyecto que iba más allá de la venta de libros, pues pretendía “enriquecer la ciudad”. Nunca han llamado clientes a los lectores que hoy se cuentan por centenares (la librería calcula que tiene 250 socios) y que han llenado en el último lustro un espacio concebido para el intercambio, más que para almacenar volúmenes. Es un auténtico oasis cultural y también empresarial, pues cuenta con una estructura cooperativista.

Hace unos días que Caótica, que tiene actualmente 13 trabajadores, ha lanzado un SOS. “Las grandes plataformas y grupos editoriales aprovecharon la pandemia para achicar la cuota de mercado de las librerías y ensanchar el mercado electrónico, aumentando con ello los beneficios de los grandes y reduciendo más aún la tasa de ganancia de los pequeños”, comentan los socios, que no pueden competir con esos márgenes. Tampoco sostener los gastos del espacio y el personal. Ello ha hecho que se retrasen en los pagos al propietario y acumulen tres mensualidades sin abonar, lo que ha dado lugar a una demanda de desahucio.

“A pesar de haber estado obligados a mantener la vigencia de un aval bancario por toda la duración del contrato del alquiler que cubra esta situación, la propiedad ha optado por la medida drástica del desahucio, entendiendo que no confía en nuestra permanencia ni nuestra solvencia, pero sobre todo privándonos de nuestro derecho a disfrutar del resto de vigencia de nuestro contrato por cinco años más, en los que amortizaríamos la fuerte inversión inicial realizada en el local y en los que cumpliríamos con nuestro plan de negocio para cumplir el ciclo del proyecto que iniciamos en 2017”, explican los socios en una carta abierta que han difundido hace una semana.

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La cuestión es de rentabilidad. El local en el mercado podría ser alquilado por el doble del precio pactado con los libreros hace cinco años. No obstante, estos recuerdan que su actual valor es fruto de las obras de adecuación, una inversión que superó los 60.000 euros, y que ha revalorizado también la calle José Gestoso, donde se sitúa, un entorno de moda y locales alternativos que ha ido creciendo con nuevos comercios y restaurantes. Una suerte de ‘soho’ donde la ciudad juega a mantener el equilibrio entre lo más genuino y lo más vanguardista en el afán por lograr que Sevilla mantenga una identidad propia. Y la llamada de los socios de Caótica ha despertado todo un clima cultural reivindicativo de la cultura y en contra de la especulación.

El alcalde de Sevilla ha sido uno de los cientos de sevillanos y lectores de otros puntos de España que se han solidarizado en las redes sociales con Caótica que, según sus palabras, “es mucho más que una librería”. Antonio Muñoz valora su “enorme importancia para la ciudad” y apuesta por su continuidad: “Desde el Ayuntamiento colaboraremos en la búsqueda de soluciones para que sigan siendo agentes dinamizadores de la vida cultural de Sevilla”. Un gesto ante el que muchos clientes apremian para conocer alguna medida aún por concretar.

Desde Caótica se apuntan soluciones. De entrada apuestan por una actualización de la vigente Ley del Libro que proteja a las librerías independientes frente a las editoriales que pueden vender por catálogo, por internet, directamente al consumidor, sin gastos de envío, según explican. Y también, como posibles ayudas, apuntan la posibilidad de que el Ayuntamiento, como ha hecho el de Barcelona, pudiera comprar locales comerciales en las ciudades para fabricar una bolsa de alquiler que evite que estos negocios desaparezcan del centro.

Lo que realmente es urgente para los socios de Caótica es salvar este proyecto cultural. Así, conscientes de que corren malos tiempos, hace unos meses que empezaron a trabajar en una iniciativa con la que afrontar esta etapa de inestabilidad económica. A partir de septiembre, si evitan el desahucio, Caótica se convertirá en un ‘hub’ creativo-cultural donde la librería convivirá con un café, nuevos clubes de lectura, talleres de ilustración y una oferta dirigida especialmente al público más joven y al fomento del cómic y la narrativa, que fueron sus secciones fuertes.

Para ello necesitan dinero, ayuda económica que han empezado a recoger a través de una campaña de 'crowdfunding' que está teniendo una gran acogida. La librería, que cuenta entre sus socios con Rafa Castaño, célebre concursante de Pasapalabra, se ha hecho viral en las redes sociales, donde cuenta con grandes amplificadores. Por el momento, se han conseguido recaudar el 70% de los fondos necesarios para salvar el desahucio.

Uno de los iconos de este establecimiento es una gran lona de nueve metros que cuelga de la fachada del edificio donde una niña buzo sonríe y con ello invita al juego del saber. Los libreros de Caótica esperan no tener que descolgarla en vista el movimiento que registra en pleno mes de agosto el negocio. Muchos se han movilizado para salvar a una librería independiente, de barrio, emblema de una Sevilla que, como reza el ‘hashtag’ con el que está difundiendo su historia, no se rinde.