Militares marroquíes armados hostigan a barcos que se encontraban en aguas españolas

Roberto González se echó a la mar el sábado sin saber que, instantes después, iba a experimentar lo que tantas veces había escuchado entre los marineros del lugar. Acompañado por dos amigos, zarparon con la intención de pasar una jornada de pesca en su barco, el Okipiruli. Pero el creciente oleaje que se levantaba en el Estrecho no fue lo único que tensionó el día. Eran algo más de las 12:30 cuando una patrullera de la Marina Real de Marruecos “se adentró en aguas españolas” y comenzó a perseguirlos e indicarles que debían abandonar la zona porque estaban en un espacio bajo soberanía marroquí. Fue el primero de una sucesión de incidentes similares que los patrones de algunas embarcaciones comunicaron a Tarifa Tráfico para que las autoridades nacionales fuesen alertadas. Sucesos que se producen en un contexto de debilidad diplomática de España frente al Reino alauí.

Estos hechos no son nuevos a lo largo del Estrecho, pero normalmente se habían producido en aguas abiertas, próximas a las fronteras marítimas, donde las jurisdicciones parecen difuminarse, como bien saben los pescadores que faenan en la zona. Pero no se recuerdan incursiones tan descaradas en las aguas territoriales españolas como la relatada por González, que afirma sin ningún género de dudas que estaba “a menos de una milla de la costa de Tarifa”.

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En conversación con El Confidencial, explica que estaban navegando y que en un momento dado se percataron de que se les aproximaba una patrullera. En estribor se podía leer 'Marine Royale' y su tripulación iba “armada con metralleta y fusiles”, según apunta Antonio Calafat, otro marinero 'acosado' por los militares marroquíes.

La acción quedó grabada en video como elemento probatorio de su denuncia. Roberto preguntó a los militares qué querían, pero la respuesta fue ininteligible, por lo que pidió que cambiaran de canal para mejorar la comunicación. Simultáneamente, intentó establecer conexión con Tarifa Tráfico —una especie de controlador marítimo— para detallar lo ocurrido. “Di mis coordenadas y me confirmaron lo que ya sabía: que estaba en aguas españolas”.

La situación se tensó cuando los pasajeros del Okipiruli reiteran a gritos que “no entendemos nada” de lo que preguntan. La patrullera marroquí aceleró para situarse a la altura de la embarcación española. En este momento es cuando los soldados marroquíes insistieron en saber el número de tripulantes. González, en un gesto con sus dedos, respondió que tres. La embarcación militar comenzó entonces a alejarse y poner rumbo hacia otro barco próximo, supuestamente porque se percató de que los marineros estaban en contacto con las autoridades de España.

“Creo que yo fui el siguiente”, señala Calafat, cuya descripción de la escena es muy parecida. Tampoco tiene ninguna duda de que estaba en aguas españolas cuando fue interceptado por la patrullera de la Marina Real de Marruecos. “Estábamos en un punto que se conoce como ‘La banana’, donde se pueden ver delfines y ballenas piloto”. “Navegábamos con el pabellón español izado”, describe sobre el momento en que la embarcación militar fue a su encuentro. Como en el caso de Roberto, se estableció comunicación por radio. “Nos preguntaron si hablábamos francés y les dije que nos comunicáramos en inglés”. “Insistieron en que estábamos en una zona bajo soberanía marroquí y que nos teníamos que marchar”, añade Antonio, que describe el tono “amenazante” que emplearon y la exhibición de las armas que portaban. “Llevaban metralletas y nos echaron diciendo que eso era suyo, que fuera de allí y que, si no obedecíamos, nos remolcaban a Tánger”: "Di la vuelta en dirección a Algeciras".

"Lo que quieren es dinero. Les das 300 euros y te dejan en paz", dice uno de los patrones

El patrón optó por irse del lugar para evitar males mayores, pero antes volvió a comprobar la longitud y latitud en que se encontraba su barco de recreo y reafirmó —otra vez— que los militares marroquíes “habían entrado en aguas españolas”.

Ambos testigos señalan que hubo al menos una tercera embarcación que fue hostigada para que abandonase la zona. “Esto es muy grave y no es la primera que pasa, como ocurre con Gibraltar”, aseguran, para recalcar que “vinieron a abordarnos”.

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Antonio González no duda en vincular este suceso con el nuevo estatus político de Marruecos frente a España tras las últimas decisiones del presidente Pedro Sánchez. “Están muy creciditos”, declara. “Entraron en territorio español armados”, remarca, para después suponer que “le habrá pasado a más gente”. “Te paran, te acojonan, aunque lo que en el fondo quieren es dinero”, considera. “Les das 300 euros y te dejan en paz”, pero lamenta que se permitan acciones equiparables a la “piratería” en aguas españolas.

Porque ninguno tiene duda de la españolidad de la zona donde se encontraban, y si alguien lo hace, animan a acudir a Tarifa Tráfico. “Registra todas llamadas y nos tenía localizados en el radar”, manifiesta Antonio. “El problema es que la gente no avisa”, continúa, tras reiterar su convencimiento de que episodios así son más habituales de lo que la ciudadanía piensa. “Si hasta sabemos que han escoltado a más de 150 barcos de pesca marroquíes que estaban faenando en nuestras aguas”.

Fuentes de Salvamento Marítimo confirmaron a este periódico que su centro de Tarifa recibió una comunicación procedente de la embarcación Okipiruli que “reportó la aproximación de una patrullera de la Marina marroquí que preguntó sobre el número de ocupantes y posteriormente abandonó la zona”.