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25.000 pisos para captar a nuevos sevillanos y ganar la carrera a Zaragoza por ser la cuarta ciudad de España
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25.000 pisos para captar a nuevos sevillanos y ganar la carrera a Zaragoza por ser la cuarta ciudad de España

Gobierno, Ayuntamiento y Diputación favorecen la construcción en la capital andaluza de nuevas viviendas a medio y largo plazo para acabar con una década de pérdida de población

Foto: Grúas de viviendas en construcción en Sevilla. (EFE/Julio Muñoz)
Grúas de viviendas en construcción en Sevilla. (EFE/Julio Muñoz)
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Sevilla no quiere dejar de ser la cuarta ciudad más grande de España y se ha puesto manos a la obra. Las grúas proliferan por la capital andaluza, que vio hace un par de años cómo Zaragoza se acercaba peligrosamente por el retrovisor. Ambas son muy distintas en su geografía. La urbe regada por el Ebro no tiene un área metropolitana potente, sino todo lo contrario, por lo que ejerce como un imán en su entorno. Sevilla ha visto cómo las ciudades de su alrededor se convertían en una opción cada vez más atractiva en un contexto de parálisis de la construcción tras el terremoto de la crisis económica y financiera de 2008. Pero algo empieza a cambiar después de los intentos de los tres últimos alcaldes y la coyuntura se ha aliado con la capital hispalense en su carrera con Zaragoza.

Entre la reactivación de los últimos suelos que quedan dentro de la SE-30, la circunvalación que se construyó en los años dorados de la Expo, y el desarrollo de las parcelas más alejadas del centro, sobre todo en el sur de la ciudad, está prevista la construcción de hasta 25.000 viviendas en Sevilla en el corto y medio plazo. Una vez que acaben estas obras, eso sí, el término se habrá colmatado, casi como le ocurre a Cádiz, y la capital andaluza ya no tendrá mucho más margen de crecimiento. Para que eso ocurra todavía debe dar varios pasos, pero los datos del Ayuntamiento ya apuntan a una recuperación que acerca a la urbe a recuperar la barrera psicológica de los 700.000 habitantes, una cota que perdió en 2013 y que no ha recuperado desde entonces.

El padrón municipal de Sevilla, con fecha de 1 de enero de 2024, ha alcanzado los 697.233 habitantes, que es precisamente la cifra más alta desde 2013. Son 4.203 personas más que un año antes, cuando saltaron todas las alarmas por esa aproximación de Zaragoza. Es cierto que el dato del padrón municipal no es oficial hasta que no figura en el Instituto Nacional de Estadística, pero los servicios municipales ya contemplan esta recuperación, que debe ir a más en los próximos años. En 2021 se construyeron en Sevilla más pisos (2.664) que entre 2011 y 2016, los años más duros de la crisis económica que golpeó con fuerza a la ciudad. Todos los alcaldes de esta etapa, desde el popular Juan Ignacio Zoido a su compañero de filas José Luis Sanz pasando por los socialistas Juan Espadas y Antonio Muñoz, han tomado medidas para impulsar el empadronamiento de la población flotante que vive en la ciudad, pero no consta en los registros.

Pero el impulso definitivo llegará en los próximos años, cuando se prevé que hasta 25.000 viviendas se pongan en circulación en el mercado de la ciudad, entre las impulsadas por la iniciativa privada y las que cuentan con apoyo público. El Ayuntamiento ha puesto en marcha unas 2.000 viviendas en los últimos dos años. En las zonas de expansión del este de la ciudad destaca la Hacienda El Rosario, ya en la linde con Alcalá de Guadaíra. Cerca de allí están los pisos de los antiguos terrenos de la algodonera de Alcosa, un nuevo desarrollo todavía fuera de la SE-30.

Foto: Globos aerostáticos durante la exhibición aérea celebrada en la antigua base aérea de Tablada para celebrar los 100 años del aeródromo. (EFE/Julio Muñoz)

Pero también hay parcelas sueltas dentro de la ronda de circunvalación, como las de Cisneo Alto, ya acabadas, o las que irán en los suelos de la antigua fábrica de vidrio de la Trinidad. En las zonas ya consolidadas de la ciudad, la mayor parte de nuevos desarrollos tienen que ver precisamente con la puesta en unos de terrenos que antiguamente ocuparon instalaciones fabriles e industriales. A la citada fábrica de vidrio hay que sumar los terrenos que han quedado libres en las naves de Santa Bárbara, unos edificios anexos a la imponente fábrica de Artillería del barrio de San Bernardo. En este edificio del siglo XVIII se fundieron obras señeras como el Giraldillo o los dos leones que flanquean las puertas del Congreso de los Diputados, pero ahora será un centro cultural y a su lado tendrá una de esas nuevas promociones de vivienda impulsadas por Grupo ABU y que colaborarán en el intento por que Sevilla no pierda pujanza en la población.

Otra de las bolsas de suelo más relevantes es la que dejó libre a principios de este siglo la fábrica de cervezas Cruzcampo, que se trasladó a las afueras de la capital andaluza y es un perfecto ejemplo de las heridas de la crisis financiera que todavía están por curar. En 2006, el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín se asomó al balcón del Ayuntamiento acompañado por cuatro arquitectos de renombre: Jean Nouvel, Arata Isozaki, Guillermo Vázquez Consuegra y Norman Foster. Para entonces sólo el británico tenía el Pritzker, pero luego el japonés y el francés siguieron sus pasos. Los cuatro se comprometieron a desarrollar un nuevo barrio en este enorme solar al este de la ciudad. Casi dos décadas después, en la parcela sólo hay jaramagos, pero también un proyecto con 2.000 viviendas, más de la mitad de protección oficial que ya está en proceso de urbanización.

placeholder Obras en Palmas Altas, un nuevo barrio que se está construyendo en Sevilla. (Cedida)
Obras en Palmas Altas, un nuevo barrio que se está construyendo en Sevilla. (Cedida)

Pero la gran expansión de Sevilla llegará por el sur. Ante la imposibilidad de edificar la dehesa de Tablada por las crecidas del río Guadalquivir, la ciudad tiene que mirar a su límite con Dos Hermanas, la gran ciudad del área metropolitana de la capital andaluza, con más de 120.000 habitantes. Es ahí donde muchos sevillanos acaban yéndose en busca de unos precios más baratos, junto con la comarca del Aljarafe, donde viven más de 300.000 personas. En esa frontera sur están, todavía dentro de la SE-30 los terrenos del antiguo cuartel de Artillería, donde el Ministerio de Vivienda ha proyectado casi 1.000 viviendas, la mayoría dedicadas al alquiler asequible. Cerca está el desarrollo de las naves del puerto, donde están previstas unas 700 viviendas, aunque el proyecto está bloqueado.

No ocurre lo mismo en Palmas Altas, donde las grúas ya se elevan por encima de los cinco pisos para la construcción de un nuevo barrio de casi 3.000 viviendas en un proyecto puesto en marcha por Metrovacesa entre Los Bermejales y Bellavista. Allí estará el edificio de viviendas más alto de Sevilla, con 17 plantas y más de 60 metros, que podrá verse con facilidad desde otro de los nuevos barrios de esta zona de la urbe, el conocido como Pítamo Sur. Sus 200 hectáreas son la mayor bolsa de suelo disponible en la ciudad y ahí deben ir casi 10.000 pisos, lo que hará posible que la ciudad crezca en 30.000 habitantes una vez que finalice su desarrollo. Para eso falta más de una década, ya que está prevista su finalización en 2032.

La propiedad del suelo en esta enorme parcela da muestra de que la política también forma parte de este problema demográfico. Los suelos son propiedad de la Junta y de la SAREB y una filial del Santander, pero ADIF también tiene parte en el pastel porque las vías del tren cruzan este desarrollo urbanístico al sur de la capital andaluza. Y no muy lejos de allí está el Cortijo de Cuarto, un terreno propiedad de la Diputación de Sevilla, el último bastión de poder institucional de los socialistas andaluces. Su presidente y líder del PSOE en Sevilla, Javier Fernández de los Ríos, ofreció a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, su colaboración para impulsar aquí "el gran barrio joven" de la ciudad, con 5.000 viviendas. Ese mismo día, la Rodríguez tuvo un sonoro choque con el alcalde popular José Luis Sanz.

Sevilla no quiere dejar de ser la cuarta ciudad más grande de España y se ha puesto manos a la obra. Las grúas proliferan por la capital andaluza, que vio hace un par de años cómo Zaragoza se acercaba peligrosamente por el retrovisor. Ambas son muy distintas en su geografía. La urbe regada por el Ebro no tiene un área metropolitana potente, sino todo lo contrario, por lo que ejerce como un imán en su entorno. Sevilla ha visto cómo las ciudades de su alrededor se convertían en una opción cada vez más atractiva en un contexto de parálisis de la construcción tras el terremoto de la crisis económica y financiera de 2008. Pero algo empieza a cambiar después de los intentos de los tres últimos alcaldes y la coyuntura se ha aliado con la capital hispalense en su carrera con Zaragoza.

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