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Fran, el falso casero de Airbnb que factura un millón con más de 300 pisos sin licencia
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Fran, el falso casero de Airbnb que factura un millón con más de 300 pisos sin licencia

El perfil de la plataforma online de Fran y Marta se presenta como una familia feliz que alquila su piso. Sin embargo, detrás de este núcleo familiar existe una empresa dedicada a la gestión de pisos turísticos en Madrid, Sevilla, Málaga y Murcia

Foto: El perfil de Fran y Marta en Arbnb. (EC)
El perfil de Fran y Marta en Arbnb. (EC)
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A simple vista, Fran y Marta son una familia feliz, acogedora y sencilla. Su pasión, según su perfil de Super Anfitrión en Airbnb, es "ver crecer" a su hija. La pareja está enamorada de su criatura, la pequeña Azahara. En la fotografía de su cuenta, aparecen ambos progenitores –radiantes, sonrientes, risueños– con un bebé de no más de un año. Su descripción en la plataforma aporta algunos detalles más de la vida de este núcleo familiar. Tienen "dos perritas, Nala y Leah", hablan inglés y español, estudiaron en Murcia y desayunan pan, tomate y jamón. "¡El apartamento de Fran y Marta es perfecto!", versa una reseña en la web de la app. Para ambos, su pisito en Madrid es "único" porque tratan de "hacerte sentir como en casa".

Sin embargo, Fran y Marta ofertan 247 apartamentos en la ciudad a través de Airbnb. Por su parte, el usuario de Marta y Fran –con la misma foto y descripción– alquila otros 89. Son, de largo, los caseros más importantes de Madrid. A lo largo de los años, Fran y Marta se han convertido en una leyenda de Twitter: ¿cómo puede una pareja con un bebé gestionar 336 inmuebles solo en la capital?

Porque en realidad la dulce familia es una empresa dedicada a la gestión de pisos turísticos en Madrid, Málaga y Murcia. En solo tres años su mercantil, The Key Host, se ha hecho con el control de casi 400 inmuebles por toda España, que le generan una facturación de más de un millón de euros.

A la cabeza de The Key Host está el pater familias, Fran, pero lejos de ser el propietario de los pisos –como deja entrever en el perfil de Airbnb–, tan solo los gestiona. Entrega las llaves, responde a los comentarios y organiza la limpieza por un 20% de los beneficios. Este falso casero detalla a El Confidencial que no siempre se dedicó a este negocio: antes recurría a la plataforma para poner en alquiler sus propias viviendas, pero la llegada de la pandemia le abrió los ojos para iniciar un nuevo modelo de negocio.

"Aquí no hay nada raro. Somos una empresa familiar, tengo a mis hermanos y mi núcleo de trabajo. Como lo hemos hecho bien, cada vez más propietarios confían en nosotros", explica. En ocasiones son Fran y Marta, otras Fran y Natalia, depende del momento.

placeholder En ocasiones Fran y Marta se dejan comentarios positivos a sí mismos. (Airbnb)
En ocasiones Fran y Marta se dejan comentarios positivos a sí mismos. (Airbnb)

El empresario murciano justifica su presencia en la plataforma como una estrategia comercial: "Hay muchísimas firmas como nosotros. Lo único es que, en vez de mostrarnos con un nombre de empresa, preferimos personalizar el servicio", explica. Nada de esto sorprende si se echa un vistazo a otros de los grandes hosts de la app. Por ejemplo, un tal Rodrigo es el anfitrión de 141 pisos, Raúl de 116 y Diego de 89. The Key Host maneja también 10 inmuebles en Málaga y al menos uno en Murcia.

Además, cuando alguno de los huéspedes tiene algún inconveniente, Fran detalla que suele ser él quien acude a atender sus demandas. ¿Y quién es Marta? "Mi mujer", afirma. Sin embargo, en la web de la empresa no aparece ninguna empleada con ese nombre. Lo que sí aparece en Airbnb es otra cuenta llamada Marta y Fran con la misma apariencia. De hecho, existe una reseña de Marta y Fran recomendando el apartamento de Fran y Marta.

La empresa de Fran factura más de un millón de euros al año. Argumenta que su perfil de cliente es el del pequeño propietario que quiere rentabilizar su segunda vivienda. Básicamente, la entidad echa una mano a todos aquellos que no tienen tiempo de mantener el piso bonito para los huéspedes. "No cogemos un apartamento y echamos a gente de su casa para poner un Airbnb", defiende Fran, marido de Marta, padre de Azahara y CEO de la empresa.

Contra el espíritu de Airbnb

Aunque sean habituales, este tipo de prácticas van contra el espíritu de Airbnb. Tres estudiantes de San Francisco fundaron el negocio en 2008 con un colchón hinchable y una habitación libre, de ahí el “air”, (porque el inquilino tenía que inflar su propia cama), y el “bnb”, una contracción del clásico bed and breakfast. La idea siempre fue la de alquilar habitaciones libres, no competir con los hoteleros ni el alquiler clásico, ya que podrían haber incurrido en competencia desleal. Es más, aún hoy la plataforma sigue apelando a los propietarios (“pon tu casa en airbnb”) y nunca a empresas y grandes tenedores.

Fran gestiona tantos inmuebles que puede calentar el mercado cuando él lo desee

Fran sostiene que no gestiona pisos de fondos de inversión, como podría apuntar su disparado crecimiento, sino de propietarios individuales. "Son segundas viviendas", explica. En los gráficos anteriores se puede comprobar que dispone de oferta en toda la ciudad, desde pisos en pleno corazón de Madrid, hasta otros en barrios de moderneo como Lavapiés o incluso en Carabanchel o Ciudad Lineal. Al acumular tantos pisos en sus manos, y tener la capacidad de establecer precios, Fran puede calentar el mercado del alquiler turístico, e incluso del alquiler clásico, con solo decidirlo.

De todos ellos, el 92% opera sin la licencia necesaria. De los 336 que oferta en Madrid, solo 25 muestra su número de autorización y dos afirman que están en proceso de conseguirla. Los otros 309, con la ordenaza que aprobó el ayuntamiento en 2022, podrían ser clausurados en cualquier momento. Es muy complicado que suceda, en tanto que la normativa sobre Airbnb fue redactada por el anterior gobierno municipal, dirigido por Manuela Carmena, pero Martínez-Almeida nunca ha mostrado interés por ejecutarla. En el último año solo se cerró el 1% de los inmuebles infractores.

No obstante, se espera que durante el mes de mayo, o de la semana que queda de abril, Almeida lleve al pleno un nuevo reglamento para los pisos turísticos. El sector espera que sea menos restrictivo que el actual, que reclamaba un acceso separado para los pisos turísticos, lo que hace imposible operar desde ningún inmueble que dé a un portal comunitario. La situación es crítica: desde 2017 se ha triplicado este tipo de negocios en Madrid y el 95% incumplen la normativa.

A simple vista, Fran y Marta son una familia feliz, acogedora y sencilla. Su pasión, según su perfil de Super Anfitrión en Airbnb, es "ver crecer" a su hija. La pareja está enamorada de su criatura, la pequeña Azahara. En la fotografía de su cuenta, aparecen ambos progenitores –radiantes, sonrientes, risueños– con un bebé de no más de un año. Su descripción en la plataforma aporta algunos detalles más de la vida de este núcleo familiar. Tienen "dos perritas, Nala y Leah", hablan inglés y español, estudiaron en Murcia y desayunan pan, tomate y jamón. "¡El apartamento de Fran y Marta es perfecto!", versa una reseña en la web de la app. Para ambos, su pisito en Madrid es "único" porque tratan de "hacerte sentir como en casa".

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