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La denuncia de los pacientes de cáncer de Villalba: "Me dan la quimio sin que me vea un oncólogo"
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La denuncia de los pacientes de cáncer de Villalba: "Me dan la quimio sin que me vea un oncólogo"

Enfermos del Hospital de Villalba denuncian a El Confidencial que faltan médicos en el servicio. La Consejería asegura que todo funciona con normalidad, pero hay quienes han solicitado el traslado a otro centro público

Foto: Vista de la Fundación Jiménez Díaz del que depende el Hospital de Villalba. (REUTERS/Juan Medina)
Vista de la Fundación Jiménez Díaz del que depende el Hospital de Villalba. (REUTERS/Juan Medina)
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En la sala de espera de Oncología del Hospital General de Villalba, decenas de personas aguardan a que su número aparezca en la pantalla para entrar a consulta. De tanto en tanto, una enfermera aparece de una de las estancias para llamar por nombre y apellidos a un paciente. Algunos van a revisión, otros a esperar un diagnóstico y otros a quimioterapia. Este último es el tratamiento por excelencia para tratar los tumores cancerígenos. Un paciente explica como, cuando le trataron hace cinco años, siempre le veía un oncólogo antes o después de darle la medicación.

El procedimiento, según los denunciantes, ha cambiado. Desde hace unos meses, y tras la renuncia de los tres oncólogos que daban servicio en el centro, la dirección tuvo que modificar el protocolo. Ahora solo hay un médico por las mañana y, a veces, un refuerzo de la Fundación Jiménez Díaz. Los rumores sobre este tema corren por el hospital: "Algo he oído, sí. Yo tengo cáncer de vejiga. Tengo suerte porque voy por urología, así que sí que me ve un médico", reseña una mujer a este diario.

Algunos pacientes de este hospital madrileño –público de gestión privada– han dado la voz de alarma. Ninguno ha querido dar su nombre, pero se muestran preocupados. Relatan que les causa incertidumbre que el oncólogo no les visite durante el tratamiento de quimioterapia. Según su argumento, siempre es el servicio de enfermería quien se encarga de administrar dicho medicamento, pero el médico suele visitar a los pacientes para saber "cómo han reaccionado", "cómo se encuentran", o si "se han cogido un constipado, no tratarles", explica esta fuente.

Foto: Vista del cartel de Urgencias del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. (EFE/Juanjo Martín)

Existe, además, una queja formal ante la Consejería de Sanidad por este fenómeno. "La enfermedad de por sí es tremendamente agobiante, la carencia de médicos provoca ansiedad a los pacientes", versa la denuncia. La sensación, señala, es de completo abandono porque "no tienes con quien consultar dudas".

Por su parte, el Ejecutivo regional asegura que el servicio funciona con normalidad: "En el Hospital de Día, hay supervisión diaria de todos los pacientes, tanto por parte del equipo médico de Oncología como de Enfermería, y tanto de forma previa al tratamiento como durante el mismo". Además, señalan que "todos los pacientes están citados y, de hecho, a día de hoy, hay un 15% más de huecos libres disponibles que hace 6 meses". Hay quienes han decidido solicitar el traslado al Hospital 12 de Octubre para mejorar la calidad de su servicio.

El Hospital General de Villalba depende de la céntrica y reputada Fundación Jiménez Díaz. Ambos centros funcionan como el Sermas –Servicio de Madrileño de Salud– de forma que los pacientes no deben abonar ningún importe para ser atendidos. Las contrataciones del personal, en cambio, sí son diferentes. Fuentes de Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario en la sanidad privada de Madrid, explican a El Confidencial que lo ocurrido en el Hospital de Villalba puede entenderse si se tienen en cuenta las condiciones laborales. "No solo de los médicos, sino de todo el personal sanitario. Estamos abandonados", relata Samuel Mosquera, su portavoz.

Otra paciente oncológica relata a este diario que pidió un traslado de hospital para ser tratada en el servicio público. "Aquello se quedó desértico", señala refiriéndose a la ausencia de doctores; "estaban desbordados".

Foto:  Foto: cortesía.

La salida de los oncólogos del Hospital de Villalba es, según los sindicatos, solo la punta del iceberg del "desmantelamiento" de la sanidad privada. El conflicto con la oferta pública se expande, también, hacia los servicios privados. "Somos profesionales y es lamentable, pero estamos perdiéndolo todo", señala Mosquera.

El portavoz de CCOO argumenta que la relación con la patronal no es la idónea porque no se cumple el convenio colectivo firmado en 2023. Por ello, aseguran que llevarán a cabo diferentes movilizaciones que culminarán en huelga en el mes de junio. Por su parte, Ignacio Guerrero, al frente de Unipromel, señalan que "la sanidad privada tiene que ser consecuente" y que "cuando las compañías no quieren pagar lo que cuesta realmente el coste de un paciente", no es sorprendente que los médicos decidan abandonar su trabajo.

En la sala de espera de Oncología del Hospital General de Villalba, decenas de personas aguardan a que su número aparezca en la pantalla para entrar a consulta. De tanto en tanto, una enfermera aparece de una de las estancias para llamar por nombre y apellidos a un paciente. Algunos van a revisión, otros a esperar un diagnóstico y otros a quimioterapia. Este último es el tratamiento por excelencia para tratar los tumores cancerígenos. Un paciente explica como, cuando le trataron hace cinco años, siempre le veía un oncólogo antes o después de darle la medicación.

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