Marruecos vuela un viejo buque de guerra a las puertas de la costa de Melilla

Marruecos posee más de 2.000 kilómetros de costa, pero ha tenido que hundir una embarcación en desuso de su Marina Real justo a las puertas de Melilla este jueves, entorpeciendo así brevemente el acceso al puerto de la ciudad autónoma.

"Elementos de la Marina Real, en presencia de un almirante, hundieron un barco en mal estado, deshaciéndose de él en el mar, a causa de su incapacidad para perseguir a la velocidad requerida las actividades prohibidas, en las que se utilizan lanchas rápidas, dedicadas al tráfico de drogas y al de seres humanos", informó 'Nador City', el diario digital de la ciudad marroquí cercana a Melilla.

El convenio para la protección del Mediterráneo contra la contaminación, acordado en Barcelona en 1976, prohíbe expresamente “todo hundimiento deliberado” de barcos y aeronaves, a menos que cumplan numerosas normas medioambientales, que el casco quede completamente inocuo y que el propietario de la embarcación obtenga un certificado de conformidad. El desguace en tierra suele resultar más barato que respetar todos estos requisitos. España y Marruecos han ratificado ese convenio.

José Miguel Tasende, capitán marítimo de Melilla, dio el viernes una rueda de prensa en la que denunció que una fragata militar de Marruecos maniobró para dificultar la entrada en el puerto melillense del ferry Bahama Mama, de la compañía Balearia, procedente de Almería. “Se cruzó con la proa del de Balearia dos veces” impidiéndole seguir su ruta, aseguró Tasende, quien afirmó haber observado lo sucedido con sus propios ojos desde el dique sur de Melilla. Fuentes de la Autoridad Portuaria local confirmaron la información, según el diario 'El Faro de Melilla'. Un par de embarcaciones de recreo también constataron la maniobra. El Confidencial ha obtenido unas fotografías que demuestran que el patrullero militar de la Marina Real se cruzó a poca distancia del ferry español. El barco de pasajeros atracó con algo de retraso.

Además de estar al frente de la Capitanía Marítima de Melilla, Tasende es el jefe local del partido ultraderechista Vox. La rueda de prensa del viernes la dio en la sede local de su partido, rodeado de miembros de su gestora. Asegura que en su denuncia hizo abstracción de su cargo en la capitanía, pero tanto la Delegación del Gobierno en Melilla como el Partido Popular le acusan al unísono de valerse de él para hacer política.

“Es inadmisible que el dirigente de Vox, valiéndose de su puesto como capitán marítimo de Melilla, manipule un hecho, falte a la verdad e intente generar alarma social entre la población solo por buscar rédito político para su formación”, señaló el sábado, en un comunicado, Sabrina Moh, delegada del Gobierno en la ciudad. Lo sucedido el jueves en el mar “forma parte de las buenas prácticas marineras habituales y acordadas entre embarcaciones”, añadió. Tasende “tergiversa y falsea una información para utilizarla en contra del interés de España y sus relaciones con Marruecos”, concluye el comunicado.

TE PUEDE INTERESAR

Nuevo pulso de Rabat a Sánchez: instala sin permiso una piscifactoría en aguas españolas

Ignacio Cembrero Infografía: R. Márquez y M.G.Ortega

El Partido Popular de Melilla hizo, por boca de su diputada local Paz Velázquez, causa común con la delegada socialista del Gobierno y fue incluso más allá. “Algún tipo de consecuencia tiene que haber” para Tasende, exigió la diputada en un vídeo. El capitán marítimo va a ser expedientado por la Dirección General de la Marina Mercante, según fuentes del Ministerio de Transportes.

"Proteger el crucero"

Una patrullera marroquí que zarpó de la dársena militar de Beni Enzar, pegada a Melilla, se interpuso en la ruta del ferry de Balearia para desviarla y evitar que pasase cerca del lugar donde se iba a producir la voladura, según explicaron fuentes cercanas a la Delegación del Gobierno. Actuó así para protegerlo de posibles daños colaterales. Otras fuentes indican, sin embargo, que, de ser cierta, esa maniobra no era necesaria porque hubiese bastado con que la Marina Real informase a la Capitanía Marítima de Melilla del riesgo que se corría en esa ruta para que esta tomase las medidas de seguridad apropiadas.

TE PUEDE INTERESAR

España y Marruecos: buenas palabras, pero la reconciliación no arranca

Ignacio Cembrero

La rapidez y contundencia de la reacción de la Delegación del Gobierno en Melilla contrasta con su silencio tras la instalación, por una empresa marroquí carente de autorización, de una piscifactoría en aguas españolas, a tan solo 700 metros de la isla del Congreso en el archipiélago de las Chafarinas (cerca de Melilla). La licencia para la explotación de esa piscifactoría fue concedida por Aziz Akchnouch, entonces ministro de Agricultura, en marzo de 2019, pero las primeras jaulas para peces se colocaron en septiembre pasado. La Armada y la Guardia Civil han informado al Gobierno de su existencia, pero este ha preferido ignorarla, a juzgar por las respuestas dadas a varias preguntas parlamentarias.

La Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma tampoco se manifestó cuando, en agosto de 2018, las autoridades marroquíes cerraron, sin comunicárselo previamente a las españolas, la aduana comercial de Melilla, cuya apertura fue acordada entre ambos países en 1856. Llevaba más de siglo y medio funcionando cuando Rabat impuso el cerrojazo.