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El PP de Feijóo neutraliza a Vox con una victoria arrolladora y noquea a Pedro Sánchez
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Elecciones en Andalucía

El PP de Feijóo neutraliza a Vox con una victoria arrolladora y noquea a Pedro Sánchez

La mayoría histórica del Partido Popular marca el cambio de ciclo político y evidencia el desgaste del Gobierno. Los populares ven el primer paso para reunificar el voto de la derecha en torno a sus siglas

Foto: Moreno, al celebrar la victoria histórica en Andalucía. (EFE/José Manuel Vidal)
Moreno, al celebrar la victoria histórica en Andalucía. (EFE/José Manuel Vidal)

El efecto Feijóo ha hecho historia en apenas dos meses. La primera cita electoral con el gallego como presidente del PP ha roto todas las previsiones: las mayorías absolutas son posibles. Los 58 escaños de Juanma Moreno en las elecciones de Andalucía marcan un cambio de ciclo político no solo en Andalucía, también en España. O al menos así se interpreta en el PP y en buena parte del PSOE, que huye de la lectura 'amable' de Moncloa. Pedro Sánchez ha sufrido un duro castigo en las urnas. Juan Espadas ha rubricado el desastre con sus 30 diputados, tres menos que la defenestrada Susana Díaz. El Gobierno afronta el día después noqueado. Los barones amenazan con agitar el partido en el peor momento. La inflación está rompiendo todos los esquemas de un Ejecutivo que cada vez está más solo en el Congreso. Sus socios llevan meses oliendo la debilidad. Sánchez es ya un 'pato cojo'. El viraje sociológico ha empezado en Andalucía.

Más allá de la euforia por el golpe al Gobierno de Sánchez que supone el resultado, la lectura interna en el partido se hace también en clave de reunificación del voto de la derecha. "Es un punto de inflexión porque nos hemos comido a Ciudadanos y mantenido a raya a Vox", reflexiona un veterano que lidió con la entrada en el Congreso de Albert Rivera en 2015. Desde ese momento, el PP ha vivido una crisis permanente de identidad. El debate ha girado en torno a si había que ser más de centro o más de derechas. El surgimiento de la formación de Santiago Abascal agitó aún más el avispero interno.

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"Hemos vuelto a ser un partido de mayorías", se felicitaban ayer en los territorios, donde coinciden en que la clave ha sido volver a la centralidad y el desembarco del gallego en Madrid. "La gente le ve capaz de gobernar y eso moviliza el voto útil", sentencia un barón, que recuerda que hay muy pocos líderes con cuatro mayorías absolutas a su espalda. Alberto Núñez Feijóo pertenece a este olimpo. En el partido también hay quienes, sin restarle mérito, resaltan que es "un hombre con talante ganador" y eso se contagia entre la militancia y el electorado. Hay unanimidad en que con Pablo Casado no hubiera sido posible, porque los votantes de centro izquierda no le votarían. "Tampoco Ayuso tiene recorrido fuera de Madrid", aseguran los que aprovechan para nombrar a Juanma "barón de barones" y hacer notar que ha desbancado a la presidenta madrileña. Interpretan que el electorado del PP quiere "más gestión y menos ideología".

Moreno se consolida como "barón de barones" al superar el resultado de Ayuso en 2021

El PP llegaba a las urnas no solo con la exigencia de ganar, sino con la asignatura pendiente de establecer cuál iba a ser a partir de ahora la relación con Vox. El antecedente de Castilla y León pesaba frente al discurso que tanto Moreno como Feijóo han mantenido sobre levantar un muro frente a la ultraderecha. El presidente del PP ha trasladado desde que ocupó el despacho de Génova a los dirigentes del partido que era posible lograr una mayoría absoluta en las próximas generales. Se le escuchaba con ilusión, pero, según reconocen, también con incredulidad. "Cuando lleve en Madrid un tiempo, verá que esto no es Galicia", predicaban los más escépticos.

La política nacional ha resultado parecerse mucho a la gallega, porque Feijóo ha encontrado la fórmula para frenar a Vox. "Tanto Juanma como él son candidatos transversales", reivindican en la séptima de Génova, mientras ahondan en que el elemento diferencial pasa por que un votante de Ciudadanos o del PSOE puede votarles o no acudir a votar porque no les asusta un presidente como el gallego. Hasta el momento, pese a que en la Comunidad de Madrid ya se comieron a Ciudadanos, no habían logrado consolidar ese trasvase, como se vio en las tripas del trasvase de voto en Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco no recogió la sangría naranja.

El varapalo a Juan Marín caerá sobre Inés Arrimadas. El exvicepresidente andaluz, que presentó ayer su dimisión, podrá encontrar acomodo en el Gobierno de Juanma Moreno si quiere, pero la líder nacional ve cómo todo su poder se desmorona. En el partido ya hay quienes empiezan a dudar de que sea posible llegar a las elecciones generales si se pierde también el poder en los ayuntamientos en las próximas citas. Hay desbandada de cargos y se verá en los próximos días cómo los consejeros de la Junta se recolocarán con el PP.

placeholder Abascal siempre dudó de que Macarana Olona fuese la candidata. (EFE)
Abascal siempre dudó de que Macarana Olona fuese la candidata. (EFE)

Al margen de Ciudadanos, el gran cambio ha sido repescar a los votantes que se han ido a Vox. Los cálculos son que los de Abascal se nutren de desencantados del PP y de indignados o antisistema. Feijóo busca sumar a los que eran suyos y, según se desprende del frenazo de Vox en Andalucía, lo está consiguiendo. Los populares aspiran a volver a aglutinar todo el arco de la derecha. La sensación es que en las autonómicas y municipales habrá contagio de las andaluzas y se podrán recuperar comunidades y ayuntamientos tradicionalmente del PP. Será importante la elección de candidatos, aunque el tirón de las siglas es determinante, reconoce un dirigente popular que hasta ayer veía cómo alguno de los suyos amenazaba con irse a Vox. "No vamos a lograr mayorías absolutas en todo, pero mejoraremos los resultados y la capacidad de negociar", apunta.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Pepe Torres)

Ahora Feijóo llamará a Abascal para cerrar esa reunión pendiente desde una posición de fuerza. Para el PP, han sido un error la "agresividad" y el "chantaje" a que los ha sometido Vox en la campaña y consideran que eso ha movilizado a los votantes que han buscado un Gobierno estable. El mensaje del miedo de la izquierda se ha convertido en una baza ganadora para Juanma Moreno. El PSOE tampoco podrá agitar esta bandera contra Feijóo. La esperanza en Ferraz era que la dependencia de la ultraderecha rompiera el discurso de la moderación del gallego. Salvar el punto en Andalucía disparará al PP en las próximas encuestas de las generales.

Feijóo abonará su perfil moderado e instará a Sánchez a llegar a acuerdos

Que Vox haya logrado solo dos escaños más que en 2018 se interpreta entre los populares como que han tocado su techo. "Si se percibe que no son decisivos, acabaran como Ciudadanos o Podemos", vaticinan los gurús de Génova, que aspiran a repetir milagro a nivel nacional. En el partido de ultraderecha no dan crédito con el resultado. La apuesta por Macarena Olona, que nunca convenció a Santiago Abascal, ha supuesto un fracaso inesperado y un frenazo en seco de un proyecto que estaba en ascenso. Alberto Núñez Feijóo va a mantener su perfil moderado y de mano tendida a Pedro Sánchez. Asumen que apurará la legislatura, pero "el Frankenstein ya es un zombi" que el PP aspira a derrotar. Se medirán los pactos. En estos días, se retomarán las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial, pero el presidente popular no dará ni un paso atrás en sus exigencias.

Aprovechar la debilidad de Sánchez es la consigna. El PSOE está en plena convulsión. Se han perdido casi 200.000 votos en Andalucía, el 24% respecto a 2018, y el PP les dobla en escaños. Feijóo agitará la división interna. Entre los barones, ya se está hablando de las dos posibles salidas para el presidente del Gobierno. Los hay que piden presionar para que anuncie que no será candidato antes de las municipales y autonómicas de mayo o los que apuestan por que solo cabe esperar a que pierda y, en ese momento, hacer una catarsis en el socialismo. También preocupa lo que ocurre a su izquierda. Los socialistas ven cómo su muleta se desinfla por la pugna entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias por el control de la futura plataforma, que para muchos "nacerá muerta".

Foto: Pedro Sánchez conversando con Félix Bolaños en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En Moncloa se barruntan cambios. Hay que 'salvar' al presidente y todos los escenarios están abiertos. Desde un cambio de ministros para dar impulso político al Gobierno hasta que rueden cabezas en Ferraz. Adriana Lastra, Félix Bolaños y Óscar López están en el punto de mira del partido, que exige "cambios inminentes" ante la debacle histórica. No convence el argumento de que "no son unas nacionales", porque "con el partido así en Andalucía, estamos muertos en España".

El efecto Feijóo ha hecho historia en apenas dos meses. La primera cita electoral con el gallego como presidente del PP ha roto todas las previsiones: las mayorías absolutas son posibles. Los 58 escaños de Juanma Moreno en las elecciones de Andalucía marcan un cambio de ciclo político no solo en Andalucía, también en España. O al menos así se interpreta en el PP y en buena parte del PSOE, que huye de la lectura 'amable' de Moncloa. Pedro Sánchez ha sufrido un duro castigo en las urnas. Juan Espadas ha rubricado el desastre con sus 30 diputados, tres menos que la defenestrada Susana Díaz. El Gobierno afronta el día después noqueado. Los barones amenazan con agitar el partido en el peor momento. La inflación está rompiendo todos los esquemas de un Ejecutivo que cada vez está más solo en el Congreso. Sus socios llevan meses oliendo la debilidad. Sánchez es ya un 'pato cojo'. El viraje sociológico ha empezado en Andalucía.

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