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Ferraz acorrala a Susana Díaz: o se va antes del 3 de julio o convocan primarias orgánicas
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Cuenta atrás hacia la nueva etapa

Ferraz acorrala a Susana Díaz: o se va antes del 3 de julio o convocan primarias orgánicas

La dirección de Sánchez ha convocado el Comité Federal para el 3 de julio con intención de adelantar las primarias a la secretaría general si ella sigue atrincherada y sin dimitir

Foto: Susana Díaz. (EFE)
Susana Díaz. (EFE)

No es nuevo. Juan Espadas, candidato del PSOE andaluz y alcalde de Sevilla, pide tiempo y poder hacer las cosas a su manera cada vez que Ferraz pierde los nervios con Susana Díaz y saca la artillería pesada. Es el estilo Espadas, nada que ver con la costumbre de las cuchilladas orgánicas, marca de los aparatos de los partidos. Quizá la combinación funcione y estemos ante el típico reparto de papeles de 'poli bueno' y 'poli malo', tan habitual en política, pero lo cierto es que de nuevo es la dirección federal la que ha dado un plazo. Si en dos semanas no hay acuerdo, se activará la cuenta atrás para echar a Díaz.

Ese ritmo distinto entre Espadas y Ferraz se dejó ver con los plazos para anunciar su paso adelante en las primarias. Después se repitió con el tono de la campaña, cuando la dirección federal aceptó permanecer en un discreto segundo plano y no interferir en los mensajes. Ahora, el alcalde de Sevilla quiere pactar la salida de la secretaria general andaluza, pero en Madrid empiezan a perder la paciencia con la socialista sevillana y lanzan avisos y una fecha: el 3 de julio.

Ese día, tal y como avanzó la SER, se reunirá el comité federal, máximo órgano entre congresos, y comenzarán las maniobras internas. Se adelanta casi dos semanas sobre el calendario previsto. En esa reunión, si Díaz no se ha ido, se podrá impulsar un adelanto de las primarias para elegir al futuro secretario general en Andalucía, lo que descabalgaría definitivamente a la todavía dirigente socialista antes del congreso federal, señalado a mediados de octubre. Espadas ya ha anunciado que optará, lógicamente. Se espera que sea el único candidato.

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), junto al alcalde de Sevilla, Juan Espadas (d). (EFE)

Es la manera más directa de echarla si ella sigue atrincherada en el puesto. El congreso regional se mantendría a finales de año en Andalucía, pero las primarias se celebrarían antes de octubre. Hay temor a que ocurra como en Madrid. Por más que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno (PP), descarte el adelanto electoral, en la dirección de Pedro Sánchez están obsesionados con encajar una derrota tan dura como la que recibieron con el anticipo de Isabel Díaz Ayuso en la comunidad madrileña. Es lo que arguyen siempre para explicar por qué hay prisas. Sería “terrible”, señalan, unas elecciones en octubre o noviembre con Susana Díaz todavía en el puente de mando del partido. Quieren despejar el escenario andaluz "cuanto antes".

A qué espera Díaz

Díaz hace llegar cuando se pregunta a los suyos que no ofrecerá resistencias y que se irá cuando Espadas se lo diga. Sin embargo, su mensaje ya se ha desmontado en dos ocasiones. No dimitió la noche de las primarias, cuando para muchos socialistas lo lógico hubiera sido anunciar que se iba en vez de que no se volvería a presentar a la reelección como secretaria general del PSOE andaluz. La inquietud creció la pasada semana, cuando el viernes trascendió que hubo un “cordial” encuentro entre Díaz y Espadas del que salieron los cambios aprobados este lunes “por unanimidad” en el grupo parlamentario, pero no su renuncia al escaño ni su dimisión como máxima responsable del partido.

Foto: Juan Espadas, felicitado por Susana Díaz. (EFE)

Ante esa resistencia de Díaz, la dirección federal vuelve a sacar sus cañones y apunta a la andaluza. Ya lo hizo la misma noche electoral, cuando varias voces de la dirección federal advirtieron de que Ferraz estaba dispuesta a intervenir y montar una gestora si Díaz pretendía alargar su marcha hasta final de año, fecha del congreso regional si no hay adelanto, como con las primarias para elegir candidato. Tomar por asalto el PSOE andaluz no es posible con los estatutos en la mano. Fue el propio Sánchez el que, tras sufrir en carne propia cómo Díaz lo desbancó de la secretaría general con la mitad de las firmas más una de su ejecutiva federal, cegó cualquier vía para que esto se repitiera. Es condición necesaria que la andaluza dimita de la secretaría general para montar la gestora, repiten desde Madrid. Y hay salidas, subrayan, “menos traumáticas”, como esa del adelanto de las primarias que quedan en el congreso del PSOE de Andalucía.

Ábalos aprieta a Espadas

El domingo hubo un acto con el secretario de Organización, José Luis Ábalos, en Sevilla al que, como muestra de que no hay normalidad en absoluto en las relaciones, no acudieron ni Susana Díaz ni nadie de su ejecutiva regional. La noche antes, Ábalos y Santos Cerdán se reunieron con Espadas para apremiarle a que definitivamente haga dimitir a la líder socialista sin más dilación.

Hay verdaderos tratados psicológicos entre los socialistas, más allá de la política o el apego al poder, para tratar de comprender por qué Susana Díaz sigue aferrada al sillón orgánico después de tres reveses tan claros como la derrota en 2017 en las primarias frente a Pedro Sánchez, la pérdida de la Junta de Andalucía en diciembre de 2018 y el batacazo en las primarias del pasado 13 de junio, cuando un 55% de su organización le dijo que no la quería de candidata. A Díaz, sus adversarios la siguen temiendo, aunque la mayoría admite que está totalmente desactivada y que caerá más pronto que tarde. Si pensó que su salida podría ser aspirar a la secretaría general del PSOE de Sevilla, un último fortín en el que replegarse, se equivocó. Las primarias demostraron su debilidad incluso en su provincia y cuna política, donde Espadas obtuvo un 54% frente al 41% de Díaz.

Foto: El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)

En el fondo, todos admiten que es mucho más mundano, que se trata de que la expresidenta de la Junta tenga una salida digna tras la última derrota. "¿Dónde está la 'nueva Susana' que no quería carguitos?", se preguntan con sorna sus adversarios entonando lo que ella ha dicho en sus mítines. Ella no quiere ir al Consejo Consultivo de Andalucía, donde tiene un sillón nato por haber presidido la Junta. Allí no cobraría salario, sino dietas. Las supuestas ofertas que está recibiendo del ámbito privado, donde cuentan que Felipe González, que se ha sumado a pedir su salida, le está echando una mano, no deben de ser tantas ni tan suculentas. Para evitar que fuera a las primarias, recibió jugosas ofertas, desde la presidencia del Senado a sillones en consejos de administración de empresas públicas.

Ahora, lo único que podría salvar su futuro político con 46 años es ser senadora por designación de la comunidad autónoma. Hay tres asientos elegidos desde el Parlamento, deberían salir Marisa Bustinduy, Fernando López Gil o Miguel Ángel Vázquez. Ella ha pedido que sea este último, que lleva dos años trabajando por el cambio tras haber sido miembro destacado de su equipo. Espadas no piensa entregar ese último trofeo a Díaz, avisan los suyos. En eso y en colocar a sus íntimos estaría la explicación de esta demora en dimitir. O eso al menos trasladan quienes están más cerca que, por cierto, cada vez se guardan más de responder por qué Susana Díaz sigue sin dimitir ocho días después de su derrota definitiva.

No es nuevo. Juan Espadas, candidato del PSOE andaluz y alcalde de Sevilla, pide tiempo y poder hacer las cosas a su manera cada vez que Ferraz pierde los nervios con Susana Díaz y saca la artillería pesada. Es el estilo Espadas, nada que ver con la costumbre de las cuchilladas orgánicas, marca de los aparatos de los partidos. Quizá la combinación funcione y estemos ante el típico reparto de papeles de 'poli bueno' y 'poli malo', tan habitual en política, pero lo cierto es que de nuevo es la dirección federal la que ha dado un plazo. Si en dos semanas no hay acuerdo, se activará la cuenta atrás para echar a Díaz.

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