Cs da por hecho el 'no' de Vox en primera vuelta pero no cree que fuercen elecciones

La investidura del Gobierno en Andalucía se ha convertido en un juego de póker en el que los partidos doblan sus apuestas conforme se aproxima el momento clave de la votación del futuro presidente autonómico. La situación actual es desconcertante con un pulso retransmitido, en directo y al minuto, entre Cs y Vox que podría hacer naufragar el cambio político en Andalucía aunque, en el fondo y de momento, pocos dan credibilidad a esa posibilidad de segundas elecciones.

Vox sabe que tiene el foco mediático y ha dejado muy claro que piensa estirar la cuerda y reivindicar su protagonismo pase lo que pase. Cada cierto periodo de tiempo saca un hilo de Twitter con sus condiciones. Cs ha trasladado que no piensa ceder a ninguna foto negociando en la misma mesa con este partido, que lo aleja de las posiciones liberales y del centro político. Desde el partido de Albert Rivera dan por hecho que los diputados de Vox van a rechazar en primera vuelta la investidura del candidato del PP, Juanma Moreno. Les bastaría la abstención para bloquear la investidura. Creen que alargarán la agonía unas semanas para seguir teniendo el protagonismo. Están convencidos de que Vox quiere dejar claro que son quienes mandan antes de dar el 'sí'. Sin embargo, no se creen de ninguna manera que ese órdago vaya a conducir a segundas elecciones. Dan por seguro que Vox no puede bloquear el cambio político porque le costaría muy caro, sostuvieron fuentes de Cs protagonistas en esta negociación.

El ¿farol? de Vox

La diferencia es que el partido de Santiago Abascal está jugando con mucha comodidad y desde Vox insisten en que prefieren no faltar a la palabra dada a sus votantes que evitar una segunda convocatoria electoral en Andalucía. Como es la primera vez que este partido está en las instituciones y nunca ha jugado antes en la liga política de primera división, no se sabe hasta dónde va de farol o será capaz de consumar su amenaza. Desde Vox se muestran convencidos de que ir a segundas elecciones les haría crecer aún más y no les penalizaría. En eso coinciden con el PSOE, que anhela una repetición electoral convencido de que los votantes de izquierda que se quedaron en casa ahora sí se movilizarían.

En este peligroso juego, que por otra parte es de manual en cualquier negociación política, unos y otros siguen elevando sus listones, sus líneas rojas, condiciones insalvables y sus amenazas, mientras que el PP hace de mediador, se pone el casco azul y trata de salvar una investidura que considera crucial para sus intereses políticos inmediatos. En el fondo, en las filas populares dan también por hecho que habrá investidura de Juanma Moreno porque creen que Vox no puede permitirse bloquear el cambio político en Andalucía.

Nuevas carteras

PP y Cs volvieron este jueves a la mesa de negociación para perfilar el organigrama del Gobierno andaluz. Quieren presentar la semana próxima la estructura del Gobierno, que crece o mengua de 10 a 12 consejerías según las dificultades de encaje de ambos partidos. Marín (Cs) anunció una Consejería de Regeneración. La formación naranja insistió en que no se sentará en una mesa a negociar con Vox porque limitan su acuerdo al PP, aunque necesiten los votos de la formación de extrema derecha. Sí seguirán los contactos, desde Madrid, Teodoro García Egea y Javier Ortega Smith. Los populares están abiertos a alcanzar acuerdos con Vox para incorporar al futuro Gobierno andaluz sin tocar ni modificar el pacto de 90 medidas cerrado con Cs en Andalucía.

Tanto PP como Cs ponen el foco en el resto de condiciones lanzadas por Vox más allá de la exigencia de que se deroguen las leyes de igualdad y contra la violencia de género. Ambos partidos se niegan, tanto en público como en privado, a que Vox se cobre ese precio. No hubo votos en contra en el pacto de Estado contra la violencia de género, un acuerdo de 293 medidas que tuvo unanimidad cuando se firmó en 2017 y pasó el filtro del Congreso un año más tarde, el pasado septiembre. PP y Cs también apoyaron en Andalucía las leyes de igualdad y la reforma de la ley contra la violencia de género. Descartan tocar esos puntos del acuerdo programático cerrado días atrás. A cambio subrayan que el resto de condiciones señaladas por Vox son asumibles: reducción fiscal, desmontaje de la administración paralela, apoyo al mundo rural...

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Isabel Morillo. Sevilla

Desde el partido de Abascal contraatacaron la negativa de Cs de sentarse a negociar con ellos recordando que este partido sí propuso dentro de las negociaciones del pacto nacional contra la violencia de género “promover una ley contra la violencia intrafamiliar”, justo lo que ellos reclaman, equiparando los crímenes machistas contra las mujeres a otros que se den en el seno de las relaciones familiares o afectivas, negando que la violencia de género sea una lacra específica que sufren las mujeres.

El calendario

La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs), reunió la Mesa del Parlamento y comunicó que la semana próxima, 9 de enero, abrirá la ronda con los portavoces de los cinco grupos políticos para fijar un candidato y una fecha para la investidura. Será ella quien, oídos los partidos, decida quién se presenta a esa investidura y en qué fecha. Tendrá que fijar sesión plenaria antes del miércoles 16 de enero. Aunque es Bosquet quien tiene el poder de decidir candidato y el calendario, tendría muy difícil no postular a quien se presente con más apoyos. Si Vox sigue dejando en el aire su apoyo a Juanma Moreno y Susana Díaz logra el apoyo de Adelante Andalucía, la dirigente socialista cobrará un inesperado protagonismo que piensa desplegar.

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Los planes de PP y Cs pasan por cerrar la negociación y resolver la investidura cuanto antes. Vox no tiene prisa ninguna, según dijeron desde esta formación. Piensan aprovechar el protagonismo adquirido con sus 12 diputados.

El PSOE confirmó que sí presentarán a Susana Díaz como candidata a la investidura sin dar espacio a dudas y reivindicaron su derecho a optar por delante de cualquier otro candidato. Ahí estará el juego. Será la presidenta del Parlamento la que abra la partida. Díaz no tiene posibilidades de salir elegida pero la estrategia del PSOE pasa por elevar la presión sobre el pacto de PP, Cs y Vox y no creen que una nueva derrota de la dirigente socialista vaya a desgastarla aún más. Si Vox piensa abstenerse en primera votación, Juanma Moreno no obtendrá mayoría absoluta y deberá someterse a una segunda investidura o a tantas cuantas solicite hasta que los diputados de Abascal den sus votos. A partir de la primera votación empieza la cuenta atrás y si en dos meses no hay acuerdo habrá segundas elecciones.