Sánchez inicia una gira europea para recabar apoyos y reconocer a Palestina

Después de recorrer Oriente Próximo, ahora toca el turno de Europa. De aquí a la semana próxima, el presidente Pedro Sánchez va a visitar cuatro capitales europeas (Oslo, Dublín, Liubliana y Bruselas) con un mismo propósito: “Impulsar el reconocimiento de Palestina” y presionar así a Israel para que dialogue y pacte con los palestinos la creación de un Estado que conviva pacíficamente con el suyo. Este será también uno de los temas que abordará, el lunes en Madrid, con el nuevo primer ministro portugués, Luís Montenegro.

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, hizo este anuncio el martes, al término del Consejo de Ministros. Recordó que Sánchez ya había empujado en esa dirección el 22 de marzo cuando, al margen del Consejo Europeo de Bruselas, los jefes de Gobierno de España, Irlanda y Eslovenia se comprometieron a dar ese paso del reconocimiento. El primer ministro belga, Alexander de Croo, titubeó, pero, al final, no firmó el comunicado conjunto.

Otros muchos Estados europeos también reconocieron a Palestina, pero lo hicieron antes de ingresar en la UE, como Malta, o cuando ni siquiera eran democracias y estaban aún en la órbita soviética, como Rumanía y Bulgaria. Solo Suecia dio ese paso en solitario (2014), cuando ya formaba parte del club europeo, pero el actual gobierno de centroderecha parece arrepentido.

El primer viaje de Sánchez será este viernes, a Oslo, para reunirse con el primer ministro Jonas Gahr Store. Noruega no pertenece a la Unión Europea, pero, como recordó Alegría, tiene “una larga tradición de mediación” como la de los Acuerdos de Oslo de 1993 que trataron de ofrecer una solución definitiva al conflicto palestino-israelí. A diferencia de la UE, Noruega no incluyó a Hamás en la lista de organizaciones terroristas.

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La semana pasada Sánchez ya peregrinó por tres capitales árabes (Ammán, Riad y Doha) para convencerlas de que aunaran esfuerzos con parte de Europa para promover la paz en la región. Era su cuarto desplazamiento a la región desde que, el 7 de octubre, Hamás perpetró su brutal ataque contra el sur de Israel y, días después, el Ejército israelí empezó a invadir Gaza. Esa última gira fue la más importante, a ojos de Moncloa, porque logró en erigirse en nexo entre los moderados del mundo árabe y una parte de la UE.

Cuando iba de camino hacia Ammán Sánchez dio, por fin, a los periodistas en el avión, una fecha aproximada de cuando tomaría tal iniciativa: antes de que acabe el primer semestre del año. Se especula con que lo haría más bien, par razones de política interior, entre las elecciones catalanas del de 12 mayo y las europeas del 9 de junio.

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El primero en reaccionar, tras escuchar el martes a la portavoz del Gobierno, fue el embajador palestino en España, Husni Abdel Wahed. “Una vez más el presidente Pedro Sánchez muestra una gran capacidad de iniciativa y liderazgo”, declaró a El Confidencial. “Es lo que realmente hace falta; traducir los anuncios en hechos concretos”, añadió. “El suyo es un aporte valioso a la solución política dentro del marco del derecho internacional”, prosiguió. "Ahora les toca a los demás demostrar su compromiso con la solución definitiva de este conflicto", concluyó.

El éxito o el fracaso de la gira europea de Sánchez se podrá medir primero en función de los países que le secunden. ¿Darán de verdad Irlanda y Eslovenia, al mismo tiempo que él, el paso del reconocimiento? ¿Lo hará también simultáneamente Noruega que no es miembro de la UE? La reacción de los “pesos pesados” de la UE será también significativa, así como la EEUU. A medida que se alarga la guerra en Gaza y aumentan los muertos -ya son más de 33.000- las potencias europeas son menos benévolas con Israel.

Lo que sí está claro de antemano es que la mera gira presidencial, anunciada por la portavoz del Gobierno, y el posterior reconocimiento de Palestina, convertirán la tensión entre España e Israel en una nueva crisis. Es harto probable que la embajadora israelí en Madrid, Rodica Radian-Gordon, sea de nuevo llamada a consultas por su Gobierno como ya lo fue en noviembre pasado.

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Sánchez recibió, el martes, el inesperado apoyo a sus proyectos de Alol Liel, un diplomático israelí jubilado que fue director general en su ministerio y también embajador. “Un reconocimiento español de Palestina en este momento puede provocar el impulso que podría conducir a un reconocimiento general europeo y de la ONU”, afirmó en un artículo publicado por el Real Institiuto Elcano. “España se convertiría así en un actor significativo (...) en el conflicto palestino-israelí, en línea con su esfuerzo anterior cuando acogió la Conferencia de Paz de Madrid sobre Oriente Medio en 1991”.

Entonces Felipe González encabezaba el Gobierno y su relación era buena con Israel y excelente con el presidente George Bush (padre) de EEUU. Por eso, la primera gran conferencia de paz sobre Oriente Próximo desde la fundación, en 1948, de Israel, pudo celebrarse en Madrid.