El PP desinfla un acuerdo sobre el CGPJ en el mes adicional de la 'fórmula Reynders'

Ni la presión del Gobierno ni el mes de margen que la Comisión Europea ha dado para intentar renovar ya el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) van a surtir efecto. El PP no ve factible poder cerrar ahora un pacto, pese a que el comisario de Justicia, Didier Reynders, permanece en su cargo hasta finales de abril y mantiene intacta su voluntad de poner de acuerdo al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y al vicesecretario general del PP, Esteban González Pons. "Realmente estamos muy, muy cerca de un acuerdo sobre la renovación del Consejo en materia de justicia, pero también sobre una serie de reformas necesarias en el sistema judicial español. Ahora es una cuestión de voluntad política saber cuándo queremos hacerlo", ha explicado este jueves Reynders al finalizar una rueda de prensa en Bruselas, unas declaraciones recogidas por la agencia EFE.

Reynders ya es candidato oficial del Reino de Bélgica para ser secretario general del Consejo de Europa, una institución que no pertenece a la Unión Europea y que el belga ya había intentado liderar en el pasado. El código de conducta de la Comisión Europea le obliga a abandonar el cargo mientras esté haciendo campaña, pero Reynders ha pedido que su excedencia comience el 25 de abril. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dado el visto bueno a esa fecha, lo que da al PP y al PSOE tiempo para una o dos reuniones más con el comisario de Justicia.

A pesar de estas semanas extra, fuentes populares defienden que la actualización del órgano de los jueces y el consenso que buscan sobre un cambio en el sistema de elección de los miembros del CGPJ no será posible "hasta después de las elecciones europeas". Hasta ese momento, aseguran distintas fuentes, "no hay opciones". Moncloa y Génova, a pesar de los contactos que desde comienzos de año han mantenido Bolaños y González Pons, atraviesan una de las peores fases en su ya distante relación. "Estuve totalmente disponible para celebrar una reunión en Madrid si fuera necesario. Pero para eso la señal debe venir de ambos partidos políticos", ha explicado este viernes el comisario de Justicia.

El supertrimestre electoral con vascas el 21 de abril, catalanas el 12 de mayo y europeas el 9 de junio pone más difícil a los populares, según analizan en el partido, un acercamiento con el Ejecutivo, que se ve además lastrado por la decisión de Pedro Sánchez de impulsar la amnistía a los independentistas, el estallido del caso Koldo y la cascada de asuntos que han explotado a continuación, desde las reuniones de la mujer del presidente con Air Europa hasta el presunto fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. En estas circunstancias consideran que para avanzar en el diálogo, si es que finalmente lo consiguen, lo mejor es esperar. Esta es la postura, salvo que Alberto Núñez Feijóo cambie repentinamente de opinión.

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La candidatura de Reynders al Consejo de Europa se hizo oficial el mismo día que se canceló la última reunión entre Reynders, Bolaños y González Pons para seguir negociando la renovación del CGPJ. Desde el equipo del comisario se insistió en que no se suspendía por su parte, y que estaban a disposición de los dos partidos para seguir negociando. Ese es el mensaje que se ha seguido enviando en los días siguientes, y el que ha vuelto a lanzar este viernes, insistiendo en que se encuentra "completamente disponible" para más rondas de contactos.

El Gobierno ha dejado claro en todo momento su disponibilidad. Primero, transmitió que la anulación del encuentro en Madrid, previsto para el Miércoles Santo, no fue a instancia suya. Y, después, insistió en preservar las conversaciones con el PP y esperar al verano, a pesar de la tensión existente entre socialistas y populares. Pero con el mes de margen que Von der Leyen ha dado a Reynders elevó la reclamación de proseguir con los contactos. Desde el Ejecutivo se mantiene que a la Comisión Europea "no le gusta ni un pelo" la actitud del PP. Fuentes populares se sacuden de encima cualquier presión y señalan que "estamos todos muy cansados". El CGPJ lleva cinco años caducado por decisión del PP.

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Lo mejor para la Comisión Europea es que el acuerdo se cierre con Reynders como comisario. Hay varias razones. La primera es que cuando el belga aceptó el papel como mediador entre los dos partidos -una fórmula que propuso Alberto Núñez Feijóo- se le hizo ver que el acuerdo estaba cerca, y que su trabajo era minimizar el impacto político que pudiera tener en ambas formaciones un pacto con cesiones mutuas.

De hecho, inicialmente el Ejecutivo comunitario limitó a dos meses el plazo durante el que estaban dispuestos a mediar entre populares y socialistas, buscando que el llamado “diálogo estructural” se limitara a ese tiempo, que era justo el que Reynders tenía antes de abandonar su puesto para centrarse en su carrera por el CoE.

Además, a mitad de año la Comisión Europea adopta sus informes sobre la situación del Estado de derecho en los Estados miembros. Y, después de que cada año el Ejecutivo comunitario haya tenido que incluir la “urgencia” de la actualización del CGPJ, para Bruselas sería todo un éxito poder eliminar ya esa recomendación sobre España.

La paciencia y resistencia de Reynders

Otra cuestión es el fin de la “fórmula Reynders”. El belga es un optimista empedernido, un hombre que lleva décadas en la política de un país que requiere la negociación constante y paciente entre políticos que tienen intereses totalmente inversos. Nadie negocia con la paciencia y la resistencia de los belgas.

Y, cuando a finales de abril el comisario de Justicia tenga que abandonar su puesto, Von der Leyen se encontrará en la difícil situación de elegir a otro mediador, y no está claro quién podría encargarse de ese trabajo. Desde luego, no parece fácil que pueda tener el perfil de Reynders. Una opción sería Vera Jourová, vicepresidenta de la CE, pero la checa es mucho menos flexible y paciente que su colega belga, aunque también ha seguido de cerca y desde el principio la crisis del CGPJ.

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La Comisión Europea tiene muchos incentivos para querer que en las próximas semanas se cierre por fin el capítulo del órgano español de gobierno de los jueces, pero en Bruselas no son optimistas. Saben que el ambiente político no es nada favorable y la experiencia y dinámica de los últimos encuentros les indica que no es esperable cerrar un pacto en el corto plazo, aunque Reynders, siempre optimista, señalaba tras el último encuentro con Bolaños y González Pons que él tiene la costumbre de acabar lo que empieza.

Lo cierto es que el comisario de Justicia lo podría dejar suficientemente encarrilado para que PP y PSOE fueran capaces de rematar justo después de las europeas, con un clima político un poco menos envilecido. Fuentes populares apuntan que incluso sin Reynders ni ningún otro mediador podría alumbrarse el acuerdo.