Reynders se muestra optimista por el CGPJ aunque Pons habla de "posiciones congeladas"

Estrasburgo (Francia) ha sido escenario de la más tensa de las reuniones que Félix Bolaños, ministro de Justicia, y Esteban González Pons, vicesecretario de Asuntos Institucionales del Partido Popular, han celebrado con la mediación de la Comisión Europea para intentar desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que lleva congelada desde hace cinco años. El encuentro, presidido por Didier Reynders, comisario de Justicia, que ha sido algo más corto que los dos primeros, se ha celebrado solamente unas horas antes de que se vote la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados, y se trata de una cita clave, ya que el objetivo inicial de Bruselas era intentar tener un acuerdo cerrado antes de que terminara marzo.

Aunque Reynders se ha mostrado optimista, anunciando una nueva reunión en Madrid a finales de mes, Pons ha señalado que, "por desgracia, las posiciones siguen congeladas". El negociador popular ha insistido en la necesidad de que la renovación del CGPJ incluya una reforma del método de elección de los jueves. "En la defensa de la independencia judicial no nos vamos a rendir", ha asegurado Pons, que ha explicado que no tiene "ninguna prisa".

El comisario de Justicia ha subrayado que, "en mi experiencia de varias negociaciones, cuando se organizan tres o cuatro reuniones a lo largo de dos meses, es porque hay ganas de avanzar". "Ahora bien, sigue siendo difícil y hay gente como yo que es muy optimista, pero eso nunca indica nada sobre la siguiente fase de las discusiones. Pero hay que ser optimista si se quiere continuar", ha señalado Reynders. Por su parte, Bolaños ha señalado que no es optimista ni pesimista, sino "realista". "El hecho de que estemos sentados y hablando, acercando posiciones e intentando comprender al de enfrente es un progreso y es un avance".

La tensión es máxima y en Génova quieren que el Gobierno se mueva en las negociaciones. Los nombres para la renovación llevan ahí ya mucho tiempo, la clave está en si se consigue una reforma del método de elección de los jueces o no. Hasta ahora el Gobierno se ha cerrado en este punto, considerando que la mediación europea se debe limitar a la elección de los nuevos miembros, pero los populares quieren ir más allá y forzar a los socialistas para hacer políticamente más aceptable llegar en estos momentos tan delicados a un acuerdo con un Ejecutivo con el que están rotos todos los puentes.

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Aunque algunas fuentes comunitarias se mostraban optimistas respecto a posibles avances tras las dos primeras reuniones entre Bolaños y Pons celebradas en Bruselas, otras apuntaban hacia un estancamiento de las conversaciones. La semana pasada, en Bucarest (Rumanía), donde el Partido Popular Europeo (PPE) celebraba su Congreso Electoral de cara a las elecciones europeas de junio de 2024, Pons incluso arrojaba dudas sobre si acudiría o no al encuentro ya planeado para este jueves en Estrasburgo. "Es muy difícil llegar a un acuerdo sobre el CGPJ con alguien que al mismo tiempo está humillando, desautorizando y obligando al Tribunal Supremo a corregirse, rompiendo la división de poderes", explicaba el negociador popular.

Fuentes populares señalaban que el encuentro dependería de hasta dónde llegaban las cesiones del PSOE en el nuevo redactado de la ley de amnistía. Sin embargo, el día que se conocía el texto revisado, las mismas fuentes confirmaron que Pons sí se desplazaría hasta Estrasburgo, aunque se mostraban muy pesimistas sobre la posibilidad de éxito de la mediación europea en un contexto en el que el choque entre el Gobierno y la oposición es total. Este martes, en vísperas del encuentro, Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, ha confirmado que su negociador acudiría a la sede del Parlamento Europeo en Francia a negociar y que los populares no se van "a levantar de la mesa", y que el objetivo es tanto la renovación del CGPJ como la reforma del método de elección de los jueces.

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Este miércoles en Estrasburgo, el negociador popular ha rechazado que las negociaciones vayan a volar por los aires. "No será por nosotros que las reuniones fracasen", ha señalado Pons ante un grupo de periodistas. Preguntado sobre si la ley de amnistía complica el acuerdo, el popular ha explicado que "ya existía cuando las negociaciones empezaron y se han producido durante su tramitación". "Lo que ocurre es que las últimas concesiones ponen en cuestión todavía más la independencia de los jueces", ha subrayado Pons.

En Bruselas, los mensajes de la semana pasada, en los que se dudaba de que González Pons fuera a desplazarse a Estrasburgo o de que la mediación europea fuera a llegar a buen puerto, no gustaron. Para Reynders, la operación de mediación tenía muchos riesgos. El comisario de Justicia ha sido propuesto por el Gobierno belga para ser secretario general del Consejo de Europa (CoE), una institución que no pertenece a la Unión Europea, pero que interesa al político liberal. Para hacer campaña para el CoE deberá abandonar su puesto de comisario a finales de marzo, y, aunque Pons sugería que la mediación podía continuar con otro facilitador, en el Ejecutivo comunitario querían que la operación se limitara únicamente a Reynders. El belga ha sido preguntado por su salida: "Tengo la costumbre de terminar lo que empiezo".

Reynders comenzó ese ejercicio de mediación asumiendo que el PSOE y el PP no iban a traicionar su confianza, no iban a volver a hacer saltar por los aires las negociaciones y no iban a acabar perjudicando su campaña para el CoE. Si Reynders aceptaba mediar era porque todo el mundo le ofrecía garantías de que la voluntad de llegar a un acuerdo era esta vez real, así que cualquier vacilación o cualquier duda sobre el compromiso con la negociación genera mucho malestar en Bruselas.

Para el PP se trata de un ejercicio delicado. El sector encabezado por Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, apunta a que cualquier acuerdo en estos momentos con un Gobierno acosado por los casos de corrupción y a punto de sacar adelante la ley de amnistía es sencillamente un tabú. González Pons ha hablado siempre de una negociación complicada y señalaba pocas opciones de éxito, aunque tras el segundo encuentro admitía algunos avances en las conversaciones.

La renovación del CGPJ es una absoluta prioridad para la Comisión Europea, que lo ha incluido en todos los informes sobre la situación del Estado de derecho en España que ha ido elaborando en los últimos años, solicitando una renovación urgente y proceder inmediatamente después a la reforma del método de elección de los miembros del órgano de gobierno de los jueces para así acercarlo a los "estándares europeos". Reynders y su equipo apostaban por cumplir con esa secuencia de renovación y posterior reforma, pero el belga también se ha mostrado en ocasiones abierto a que ambas cosas ocurran de la mano si es posible, lo que ahora se ha convertido en una exigencia para los populares.