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Estupor en la dirección del PSOE porque Ábalos muere matando: "Se queda por el aforamiento"
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EL EXMINISTRO SE AFERRA AL ESCAÑO

Estupor en la dirección del PSOE porque Ábalos muere matando: "Se queda por el aforamiento"

En el interior del partido creen que se quedó esperando la llamada del "emperador" Sánchez para darle una salida y que ahora se venga. Entre los cuadros hay debate sobre si se le podía pedir el acta solo con una resolución de la ejecutiva

Foto: El exministro José Luis Ábalos, durante la rueda de prensa. (EFE/Zipi Aragón)
El exministro José Luis Ábalos, durante la rueda de prensa. (EFE/Zipi Aragón)
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Las películas con las tramas demasiado forzadas tienen el riesgo de parecer inverosímiles. Y al PSOE, esta última, se le ha ido de las manos. José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización, uno de los hombres más importantes en los últimos años en el partido, acaba en el grupo mixto. Un exceso de guion, incluso para los socialistas, que no parecen tener suficiente con la amnistía, la dependencia de Junts y el batacazo de las elecciones gallegas.

Amanecen este miércoles con Ábalos suspendido cautelarmente de militancia y exiliado, por decisión propia, en el gallinero del Congreso tras su negativa a asumir su "responsabilidad política" en el caso Koldo. Pedro Sánchez ha conseguido ejecutar la sentencia contra quien fue uno de sus principales colaboradores antes de llegar a la Moncloa y durante los siguientes tres años. Ábalos está fuera del PSOE, como él exigió. Aunque el desenlace haya sido desastroso para ambos y el partido se encuentre en un estado de conmoción.

El presidente lo tendrá que aguantar en el mixto, mientras que Ábalos, más crítico con el PSOE que con el cobro de comisiones, arrastra el castigo del destierro y de su desafío a la dirección. Él, que hasta hace dos años era el encargado de que se cumplieran las órdenes, muta ahora a abanderado de la militancia. Uno, pretende preservar el honor de su Gobierno y de su organización. El otro, el suyo propio. En esta crisis confluyen muchos elementos, según coinciden distintas fuentes consultadas. La necesidad del exministro de mantener un sueldo y la de seguir aforado. Pero también la relación personal entre Sánchez y su exnúmero tres y la convicción de Ábalos de que si su jefe ha llegado donde está, es gracias a su ayuda.

En su comparecencia en el Congreso, el exdirigente negó tanto el asunto del dinero como el aforamiento. En el interior del PSOE sí creen que figuran en el trasfondo de su decisión. José Luis Ábalos lo ciñe todo a que debe defenderse porque su partido lo ha abandonado. Poner fin a su vida política, como le exigía Ferraz, habría supuesto un "signo de culpabilidad" que, dijo, "no asumo". Él mantiene que no tiene nada que ver con las presuntas mordidas de su asesor y hombre de confianza, Koldo García Izaguirre, en los contratos de mascarillas. "No puedo acabar mi carrera política como un corrupto cuando soy inocente", señaló.

Pero no es capaz de explicar por qué no asume su responsabilidad política en este escándalo, tras la confianza que depositó en su asistente, a quien dejó hacer e incluso colocar a dos de sus familiares en el ministerio. Tampoco resulta comprensible que no cargue con dureza contra él, que es quien, afirman en el PSOE, le "ha arruinado la vida". Su versión es que se atrinchera en el escaño para que "los que ahora pretenden echarme a la calle por la puerta de atrás tengan que mirarme a la cara". En definitiva, para aguarle la fiesta a Sánchez y socavar su autoridad.

Aunque él mismo reconoce que durante estos días intentó conseguir una "solución compartida". Si no inmediata, al menos una "reparación posterior" a su "cancelación civil". No fue posible, entre otras causas, porque en la cúpula no le garantizaban su regreso a la vida pública si finalmente, como él sostiene, no se ve salpicado por los tejemanejes de Koldo García. En la búsqueda de esta salida han entrado también en juego las debilidades humanas.

Fuentes de Ferraz confirman que hubo una negociación. "Se ha hablado mucho con él" y "ha habido piel" para tratar de encontrar una opción. Pero otras personas del partido consideran que se ha sentido herido, menospreciado, por no poder realizar estas gestiones directamente con "el emperador", en referencia a Sánchez. Quienes conocen bien a Ábalos piensan que tener que abordar este asunto con Santos Cerdán se lo ha tomado como un "insulto".

Foto: Adriana Lastra, Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, en 2017 tras ganar las primarias a Susana Díaz. (EFE/J.P. Gandul)

"Es una cuestión de respeto", subrayan, por la amistad mantenida estos años con el presidente, pese a que la confianza entre ellos desapareció, precisamente, con su fulminante destitución en julio de 2021 como ministro y también —nadie ha explicado el porqué— como responsable de Organización. "Si no acaba implicado, que se prepare Sánchez en el próximo congreso, que le hará todas las putadas posibles", pronostican. ¿Venganza? ¿Rabia? Sobre todo, esgrimen, la negativa a no acabar de este modo abrupto su trayectoria política.

Otras fuentes del partido son menos condescendientes con él y le ven como un político de otro tiempo que "no se ha sabido adaptar" al momento histórico actual. Solo pretendía, indican, que se le compensara con otro cargo. Distintos interlocutores de la dirección y del grupo parlamentario, afirman que él se queda en el mixto por "el aforamiento": "Lo demás son cuentos chinos". Es también la explicación más recurrente entre los diputados. "Es lo que le ha debido recomendar su abogado", apuntan.

Y aunque son muchas las personas que opinan que es la razón principal, algunas de ellas precisan que no por una posible implicación en el caso Koldo, sino como un puro "mecanismo de protección". Si deja el acta, quedaría al albur de que cualquier juez acepte una demanda contra él, sin estar necesariamente muy sostenida. "Ya sabemos cómo está la Justicia en este país", valoran.

Foto: El exministro José Luis Ábalos en el Congreso (EFE/Fernando Villar)

Su interés por conservar la protección del Tribunal Supremo durante el tiempo que dure la legislatura se percibe como la pulsión principal, que le ha llevado a incumplir la orden de la dirección, en referencia a la resolución de este lunes de la ejecutiva, donde se le exigía el acta de diputado. "Te lo ha pedido tu partido", resume un dirigente, con la tesis de que solo cabía el acatamiento. De haberlo hecho, una posible rehabilitación posterior, indican, "habría sido más fácil".

La dificultad para entender por qué todo un exministro y número tres del PSOE se va al grupo mixto conduce a la tercera de las cuestiones que han podido decantar su decisión: la económica. Si la dirección no le podía ofrecer otro puesto o uno a la altura de sus demandas, seguir como diputado le garantiza el sustento de un hombre con importantes cargas familiares, que a lo largo de toda su vida ha saltado de un cargo público a otro.

Ábalos rechazó este martes públicamente esta interpretación. “¿Dicen que tengo una situación personal compleja? Tan compleja como la de cualquier ciudadano. ¿Creen que son circunstancias económicas las que me llevan a hacer esto? Me hubiera ido mejor dejando el escaño, no es ese el problema”, declaró. Su argumento es que se debe a la militancia. El de Ferraz, que ha hecho daño a la organización y todo el mundo deseaba que se fuera. Aunque entre los cuadros del partido existe bastante unanimidad en que debía dimitir, también se reprocha a la dirección una deficiente gestión de la crisis.

Fuentes del grupo apuntan que fue un "error" darle un ultimátum de 24 horas, porque eso le acorraló aún más. Y también apuntan a una sensación de inseguridad jurídica interna por el modo en que han intentado tumbar a Ábalos, con una resolución de la ejecutiva. "Es la primera vez que pasa en el partido".

La apertura del expediente disciplinario y la suspensión cautelar de la militancia, tras su anuncio de que se pasa al mixto, se basan en las reglas internas, pero no la reclamación de la dirección de su acta, explican. "Si lo lleva a los tribunales, igual lo gana". "En los estatutos no dice: artículo uno, porque lo dice Pedro Sánchez, artículo dos, ante la duda, lo que diga Pedro Sánchez", ironizan.

Los estatutos, los de verdad, sí obligan a Ábalos, según fuentes parlamentarias, a cumplir con la disciplina de grupo mientras la pérdida de militancia no sea definitiva. Hasta que se resuelva, debe "respetar las decisiones políticas de los órganos de dirección del partido", votar con el PSOE, y está obligado a seguir pagando las cuotas. Si no, se expone a que lo multen.

Foto: El exministro José Luis Ábalos en el Congreso (EFE/Fernando Villar)

Ábalos no es ni el primero ni el último que ha sufrido la línea roja de Sánchez contra la corrupción. Son muchos en el partido los que se han quejado cuando los procesos judiciales donde se han visto involucrados han quedado en nada. Lo sabe bien el candidato de las recientes elecciones gallegas, José Ramón Gómez Besteiro, que estuvo apartado durante años de la primera línea por un calvario judicial con hasta 10 imputaciones que han quedado archivadas.

Incluso hay voces que siguen defendiendo a Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que cayeron después de uno de los primeros "caiga quien caiga" del presidente del Gobierno. Chaves y Griñán dejaron el cargo y perdieron el aforamiento a pesar de que, a día de hoy, siguen convencidos de su inocencia después de una condena en el caso de los ERE fraudulentos confirmada por el Supremo.

"Sentirte inocente y que no defiendan tu inocencia debe ser muy duro, pero aquí se dilucidaba otra cosa y Ábalos no ha querido verla", expresa un dirigente territorial. "Es duro, pero es lo que toca", admite otro miembro de la ejecutiva federal, mientras que otra fuente socialista apoya la dureza con la que se ha empleado Ferraz ante la resistencia de Ábalos a dejar el escaño. "Le tocaba asumir responsabilidad política", apunta un cargo orgánico regional que recuerda cómo a "algunos" el partido los ha tratado "injustamente muchas veces y no se les ha ocurrido salirse del tiesto ni hacer daño". Informa Carlos Rocha.

Ninguno de estos precedentes le vale a Ábalos. Sobre él no pesa en estos momentos una imputación judicial. Sí es más factible que entienda los reproches a su comportamiento por la controvertida decisión de irse al mixto, aunque no los ha tenido en cuenta. Él repitió que se atrinchera para defender sus ideas. Al menos esta semana no se verá en la obligación de hacerlo. Ayer no se quedó al pleno del Congreso y hoy tampoco está prevista su asistencia, según fuentes de la dirección. Pero comienza un peregrinaje por los medios que pueden agravar aún más la delicada situación que atraviesa el PSOE. En el partido, ni siquiera lo ocultan: "Estamos jodidos".

Las películas con las tramas demasiado forzadas tienen el riesgo de parecer inverosímiles. Y al PSOE, esta última, se le ha ido de las manos. José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización, uno de los hombres más importantes en los últimos años en el partido, acaba en el grupo mixto. Un exceso de guion, incluso para los socialistas, que no parecen tener suficiente con la amnistía, la dependencia de Junts y el batacazo de las elecciones gallegas.

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