Ábalos mantiene el pulso: deja la presidencia de la Comisión de Interior, pero no el escaño

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José Luis Ábalos dimite como presidente de la Comisión de Interior del Congreso, pero no renuncia aún a su escaño, a pesar del ultimátum de Ferraz. El exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE mantiene así latente la crisis interna abierta por el caso Koldo. Después de que esta mañana la ejecutiva socialista le reclamara de manera oficial el acta de diputado, por la detención de su asesor en el ministerio, Koldo García Izaguirre, su único movimiento, pasadas las 15.30 horas de la tarde, ha sido dejar la presidencia de la comisión, que se debe reunir este miércoles.

Todavía queda tiempo para que expire el plazo de 24 horas que le ha dado la dirección socialista. Pero este paso no va encaminado a cumplir con las exigencias de Pedro Sánchez. Lo natural es firmar directamente el escrito en el que se informa al Congreso de que abandona el cargo de parlamentario. Y con ello decae el resto de las funciones que tiene en la Cámara. Ábalos ha optado por hacerlo al revés, lo que da pábulo a la opción de que obvie la amenaza de Ferraz y siga en el escaño.

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El exdirigente socialista está enrocado en que no tiene nada que ver en la trama de cobro de comisiones en la venta de mascarillas, de la que presuntamente su asesor y hombre de confianza sí se benefició. Aunque en los últimos días ha esgrimido en los medios de comunicación que es una injusticia la demanda de que ponga fin a su vida pública, la necesidad de un sueldo todos los meses también opera como uno de los elementos fundamentales de su resistencia.

La dirección del PSOE quiere poner el cortafuegos al caso Koldo en la figura del exnúmero tres del PSOE, porque entiende que, en su caso, existe "responsabilidad política", al margen de que judicialmente no haya en estos momentos ningún indicio contra él. Pero el acta de diputado es personal y solo Ábalos puede renunciar a ella. Si no lo hace, el PSOE podría expulsarlo del partido y enviarlo al Grupo Mixto, pero no retirarle la condición. Esto no es baladí, ya que, mientras forme parte del Congreso, Ábalos está aforado y su posible implicación en cualquier causa judicial debe estudiarla el Tribunal Supremo y no puede ser investigado por un juzgado ordinario.

Aunque el exministro de Transportes no aparece en la querella de la Fiscalía Anticorrupción, que dio pie a la detención de su asesor y hombre de confianza en el ministerio, Koldo García, la cúpula socialista entiende que erró al escogerle y no vigiló su actuación. Sánchez, que no ha estado presente en la reunión de la ejecutiva, busca con su salida de la vida pública cortar el vínculo que une al Gobierno con este escándalo por el presunto cobro de mordidas.

En un principio, los socialistas se centraron en recalcar que el asesor no era militante del partido y en dejar que la Justicia actuara, pero la situación cambió pronto. El viernes comenzaron las presiones públicas por parte de distintos miembros del Ejecutivo. "Yo sé lo que yo haría", dijo María Jesús Montero, número dos del PSOE y vicepresidenta del Gobierno. Comenzó un goteo que tuvo su culmen cuando Pedro Sánchez, el sábado en un acto de partido, dejó claro que la corrupción es una línea roja y que en su formación "hay que ser implacable, caiga quien caiga".

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En Ferraz y la Moncloa quieren limitar el efecto de esta crisis en Ábalos, que tenía intención de seguir su carrera política en Europa a partir de junio, con las elecciones al Parlamento Europeo. Koldo García Izaguirre fue la sombra del exministro de Transportes, pero tenía relación con otros dirigentes de la cúpula de Sánchez. Fue el actual número tres del partido, Santos Cerdán, quien puso en contacto al político valenciano con el exportero de discoteca nacido en Barakaldo. Y el propio Sánchez ha dedicado palabras de alabanza al exchófer de Ábalos en sus redes sociales. En las primarias de mayo de 2017, fue García Izaguirre quien custodió la oficina donde el equipo del ahora presidente del Gobierno guardaba los avales.

Génova ha respondido con "dudas" a la propuesta del PSOE, pero contraatacará desde el Senado. El PP ha registrado ya en la Cámara Alta una comisión de investigación sobre la trama que podría celebrarse en paralelo a la comisión que han anunciado los socialistas en la Cámara Baja, presidida por Francina Armengol.

Sémper ha anunciado que en este foro pedirán la comparecencia no solo de todos los ministros salpicados por las adjudicaciones a la empresa fantasma investigada por la Guardia Civil durante la pandemia, sino también de Pedro Sánchez.