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El PSOE expulsará a Ábalos al grupo mixto si no cede y entrega el acta
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El PSOE expulsará a Ábalos al grupo mixto si no cede y entrega el acta

La dirección socialista invita también al exministro a "darse de baja" del partido porque el PSOE "es incompatible con la corrupción". El dirigente hará pública su decisión esta misma mañana, pero se inclina por marcharse al Grupo Mixto

Foto: El exministro de Transportes y diputado del PSOE José Luis Ábalos, durante un debate parlamentario en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
El exministro de Transportes y diputado del PSOE José Luis Ábalos, durante un debate parlamentario en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Cuando este miércoles Pedro Sánchez entre en el hemiciclo del Congreso, José Luis Ábalos tiene que estar o en su casa o en el gallinero del grupo mixto. No hay estadio intermedio. El ultimátum que la dirección del PSOE dio al exministro de Transportes y exsecretario de Organización para que deje su acta por su "responsabilidad política" en el caso Koldo expira esta mañana y en Ferraz ya tienen preparado el siguiente paso. "Cuando la ejecutiva toma una decisión de este calibre, sabe cuál es el itinerario", reconocen fuentes del partido.

Y si Ábalos no cede y no entrega el escaño, el siguiente movimiento será su expulsión del PSOE y su exilio inmediato al grupo mixto. Aunque se trate de un peso pesado como él, que es historia del socialismo. La baja como militante es la solución que apuntan distintas fuentes, si el exministro persiste en su negativa de abandonar ya la vida política. La otra posibilidad es que él mismo opte por quedar fuera de la disciplina socialista e irse al mixto, ante la amenaza de sus compañeros de echarlo. De esta manera se garantiza el aforamiento y el sustento económico.

Foto: El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. (Ricardo Rubio/Europa Press)

Mientras el partido contiene la respiración a la espera de que José Luis Ábalos comunique su decisión final en una comparecencia en el Congreso esta misma mañana, el portavoz parlamentario de los socialistas, Patxi López, fue un paso más allá y pidió la "baja" del partido al exministro además de su acta en la Cámara Baja. A esta hora, los socialistas no saben a qué atenerse. "Nos contará lo que ha decidido y, en base a esa decisión, adoptaremos las decisiones convenientes", insistía López.

Acorralado por su propio partido por el grado de cercanía que mantenía con su asesor, Koldo García, investigado ahora por cobrar comisiones en los contratos de mascarillas, Ábalos ha mantenido contra viento y marea que no hay indicios contra él —la propia querella de la Fiscalía Anticorrupción no le cita— y que está "limpio". Pero Sánchez le pasa la factura por el embrollo en que está metido el Gobierno, a cuentas de las mordidas de su hombre de confianza.

Él ha intentado a toda costa negociar para que Ferraz le ofrezca una salida, una compensación si abandona el Congreso. Otro cargo, aunque sea fuera de España, que lo aleje de los focos, pero que le permita tener un sueldo todos los meses. "Después de toda la vida dándolo todo, qué menos", señalan fuentes cercanas. Para forzar ese pacto, Ábalos ha plantado cara al PSOE con entrevistas en El País y La Sexta, nada más percibió que el apoyo inicial de la cúpula, tras la detención de Koldo García y otras personas de la trama, se desvaneció en solo unas horas.

Esta táctica parece que no ha dado resultado. La dirección no le ofrece ninguna alternativa. Ni tampoco garantías de reparación en el futuro o de regreso a la vida política si penalmente no hay nada contra él. Aunque "varias personas", de distintos niveles jerárquicos, han hablado con el exministro en los últimos días, la ausencia de una negociación real ha llevado a Ábalos a mantener el pulso. "Lo primero que debe hacer es dejar el escaño", apuntan en Ferraz, en referencia a que antes haga este gesto y luego ya se verá.

Pero el carecer de garantías ha hecho que Ábalos omita, una tras otra, todas las llamadas de atención. De la vicesecretaria general, María Jesús Montero, y del propio presidente del Gobierno. Tampoco el golpe en la mesa de la cúpula con la resolución este lunes de la ejecutiva, exigiéndole el escaño por "unanimidad", que también hay quien ha interpretado como unas horas de tregua antes de ejecutar el expediente de expulsión. La única respuesta hasta ahora del exministro ha sido dejar su puesto de presidente de la Comisión de Interior. Una señal más de su empeño en mantener el pulso con Sánchez hasta el final para que opte por una alternativa menos cruenta.

Foto: El portavoz del PP, Borja Sémper, en la sede nacional de Génova. (EFE/Mariscal)

Lo cierto, según explican fuentes del partido, es que al presidente lo que más le conviene ahora es demostrar su fuerza, aun a costa de dejar a Ábalos, justa o injustamente, sin escaño y sin carné, porque el mensaje que lanza al PP es que él no protege a nadie, ni a sus más allegados. Transmite que no tiene "nada que temer".

Frente a quienes creen que el sacrificio de su exsecretario de Organización le deja "sin escudo", en la Moncloa y en Ferraz lo ven justo al contrario, que se aíslan de las salpicaduras que provoca la raja del caso Koldo, de las conjeturas sobre si Sánchez sabía o no de posibles trapicheos en el Ministerio de Transportes y por eso lo destituyó o de si posee información comprometida de su etapa como secretario de Organización.

Además, permite al presidente ser coherente con su discurso contra la corrupción. De no actuar, estaría en cuestión. Pero su posición también tiene un reverso, la de quienes consideran que la organización "no protege a los suyos" y los deja caer a la primera de cambio, sin ni siquiera ser objeto de una investigación judicial.

Ante el enconamiento en las posturas de Ábalos y de la dirección socialista, al exministro incluso ya le puede interesar más su marcha al grupo mixto. No se va, le echan. Mantendría el sueldo de diputado —la cuestión económica en esta crisis no es menor—. Y en caso de que el caso Koldo se complicara, conservaría el aforamiento, lo que hace que solo le pueda investigar el Tribunal Supremo y no un juzgado ordinario.

Además, conservaría cierta capacidad de presión sobre su propio partido, porque con una mayoría parlamentaria tan exigua como la actual todos los votos son vitales. "Tendrían que pedirle el voto para todo". La situación de Ábalos ha sumido al PSOE en un grado de conmoción muy intenso. Cuesta mucho imaginar a todo un exsecretario de Organización en el grupo mixto. Ganaría un par de años, reconocen en la formación, pero "pierde todo su pasado". El problema es que Ábalos solo piensa en el futuro. En su familia y, según ha repetido insistentemente, en su honorabilidad. "No quiere irse", destacan fuentes cercanas, "como un apestado".

Cuando este miércoles Pedro Sánchez entre en el hemiciclo del Congreso, José Luis Ábalos tiene que estar o en su casa o en el gallinero del grupo mixto. No hay estadio intermedio. El ultimátum que la dirección del PSOE dio al exministro de Transportes y exsecretario de Organización para que deje su acta por su "responsabilidad política" en el caso Koldo expira esta mañana y en Ferraz ya tienen preparado el siguiente paso. "Cuando la ejecutiva toma una decisión de este calibre, sabe cuál es el itinerario", reconocen fuentes del partido.

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