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Euforia en Génova y aires de revancha: "El PSOE no existe, solo queda Sánchez"
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QUINTA MAYORÍA ABSOLUTA

Euforia en Génova y aires de revancha: "El PSOE no existe, solo queda Sánchez"

Feijóo salva el 'match point' de Galicia y blinda su liderazgo tras una campaña de alta tensión. La alegría en el PP choca con el hundimiento de los socialistas: "Sánchez ha terminado humillado y destrozando su partido"

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, mantiene una videollamada con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tras su victoria en Galicia. (EFE/PP/David Mudarra)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, mantiene una videollamada con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tras su victoria en Galicia. (EFE/PP/David Mudarra)

Alfonso Rueda respira aliviado, el PP mantiene su feudo y Feijóo salva un match point. Pese al gran estirón del BNG, que firma un resultado histórico de 25 escaños, el PP afianza su quinta mayoría absoluta en la Xunta y asesta un duro golpe al PSOE, que sale en coma de las elecciones en Galicia. El candidato popular no logra mantener la marca de 2020, pero mejora de forma holgada el debut de Núñez Feijóo en 2009. Los 40 escaños fueron recibidos como un bálsamo en el PPdeG y, sobre todo, en la sede nacional de Génova. El PP contuvo la respiración hasta el último minuto tras una campaña accidentada que, finalmente, tuvo un feliz desenlace para los populares.

"El PSOE no existe, solo queda Sánchez", celebró la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. La dirigente bajó a la sala de prensa de Génova escoltada por distintos vicesecretarios del partido, con una sonrisa de oreja a oreja que les permite no solo alejar el fantasma de una crisis interna, sino hurgar en la debilidad de un PSOE que se ha estrellado en las autonómicas gallegas con tan solo nueve escaños. "Sánchez ha abandonado sus siglas para alimentar al independentismo", incidió Gamarra. Alberto Núñez Feijóo no atendió a los medios de comunicación para dejar el protagonismo a su sucesor en la Xunta.

La secretaria general de los populares destacó la "fortaleza" que representa para el PP haber logrado afianzar la quinta mayoría absoluta en Galicia. "Hoy se ha lanzado un mensaje claro y rotundo. Entre muros y puentes, se han elegido puentes. Entre lío o estabilidad, se ha elegido estabilidad. Y entre división o unión, se ha elegido unión. Y Galicia lo ha hecho con total rotundidad", celebraba. No en vano, el resultado de este domingo insufla optimismo al PP para afrontar el ciclo electoral de 2024 con la energía de haber superado su primer y decisivo test frente al hundimiento de José Ramón Gómez Besteiro y, por ende, de Pedro Sánchez.

La victoria amplia de Alfonso Rueda permite alejar también el fantasma de una nueva crisis de liderazgo en Génova, que había cobrado forma tras el traspié en campaña de Alberto Núñez Feijóo por el enredo con el indulto condicionado a Puigdemont. La euforia salió de la sede nacional del PP y se extendió por las baronías territoriales, donde respiran también aliviados por haber salvado la partida. "Feijóo sale fortalecido, mientras que Sánchez termina humillado y destrozando su partido", resume un presidente autonómico, que define la noche como "extraordinaria" para los intereses del partido.

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Las elecciones gallegas se entendían como un examen al propio liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. El presidente del PP planteó el 18-F como un primer plebiscito sobre Pedro Sánchez desde el minuto uno, azuzando el voto de castigo contra el bloque de izquierdas por las cesiones del Ejecutivo al independentismo y la tramitación paralela de la ley de amnistía. Pero los errores del PP en campaña frente a un BNG al alza terminaron convirtiendo los comicios en un test de estrés sobre el propio liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, una tormenta que ahora amaina.

"Feijóo sale muy reforzado. Nos jugábamos mucho. Es evidente que era todo o nada, y ha salido inmejorable", analiza otro barón del PP. El resultado ha sido positivo, pero también es cierto que lo que debía ser un paseo a priori sencillo —el PP ha gobernado con mayoría absoluta en Galicia durante cuatro legislaturas— terminó convirtiéndose por momentos en un via crucis. El PP llegó al final de la campaña con la lengua fuera y con una sensación de total incertidumbre respecto al resultado final.

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Alfonso Rueda tenía el reto de mantener la marca de su predecesor y, al mismo tiempo, presentarse como un líder autónomo a las órdenes de Génova. Diseñó una caravana electoral paralela a la de Alberto Núñez Feijóo para tratar de marcar perfil propio, pero fue perdiendo el control del mensaje en una campaña demasiado estatalizada por la dirección nacional. El vértigo de perder la mayoría en su feudo histórico se disparó especialmente en la última semana por el "error" de reconocer en la recta final que Génova contactó con Junts el pasado verano, que estudió durante 24 horas el "encaje legal" de la amnistía y que valorarían un indulto condicionado a Carles Puigdemont.

Fue una auténtica bomba de racimo que provocó una enorme confusión en todo el partido, pero que, finalmente, no tuvo efecto real en unas elecciones de nuevo dominadas por los azules. Galicia, advertían en el partido, tiene un "ecosistema propio" alejado de las polémicas en la capital, y permitió al PP mantener a salvo su botín electoral. El líder del PP siguió el escrutinio en la sede nacional de Génova arropado por su equipo de dirección al completo. Conforme el escrutinio avanzaba, la tensión inicial fue tornando en alivio.

En Génova, eran conscientes de que perder la mayoría absoluta tenía más implicaciones directas para Alberto Núñez Feijóo que para el propio Alfonso Rueda. El líder del PP abandonó la Xunta para tratar de llegar a la Moncloa. Ganó las elecciones, pero la aritmética le jugó una mala pasada y fracasó. Perder su feudo histórico hubiese implicado un duro golpe a su credibilidad que le costaría remontar. Pero no sucedió, y la euforia inundó la sede de los populares.

El propio líder popular fue recibido con aplausos, en privado, por su equipo. Y este lunes viajará a Galicia para compartir el triunfo con Rueda y participar en la Junta Directiva Regional del PPdeG. El candidato a la Xunta le devolvió el favor a su predecesor en su discurso de agradecimiento, en el que no podía contener la emoción. Dio las gracias a Mariano Rajoy por "entregarse" en la campaña. Pero también a Alberto Núñez Feijóo. "Gracias a ese militante disciplinado que estuvo donde le pedimos y sumó con todo lo que hizo", resaltó.

El plan del PP para el presente ciclo electoral seguía un esquema claro, que había transmitido también a sus filas: absoluta en Galicia, crecer en Euskadi y "arrasar" en las elecciones europeas. Cumplir los tres hitos, opinan en Génova, llevaría a Sánchez a la extenuación y debilitaría una legislatura ya marcada por la pugna con sus socios independentistas. Pero un revés en el primer examen electoral hubiese implicado un posible desastre en cadena. En principio, el partido hubiese cerrado filas con el liderazgo de Feijóo, aunque reconocen que a la interna se hubiese desatado "una tensión insoportable".

Feijóo reunirá el martes a sus barones en Génova, y lo hará con la cabeza alta. El Comité Ejecutivo Nacional estaba previsto desde hace días, en un intento de oficializar un cierre de filas pasase lo que pasase la noche electoral. El PP incidirá ahora en el desgaste de Sánchez tras el descalabro del PSOE en Galicia, fagocitado casi por completo por un BNG al alza. Tanto Sumar como Podemos se mantuvieron como fuerzas extraparlamentarias, una agonía especialmente acusada en el caso de la formación morada, que cayó por detrás del partido animalista Pacma.

Alfonso Rueda logró neutralizar también la influencia de Vox en Galicia, cuyo papel seguirá siendo testimonial cuatro años más. Los de Abascal solo lograron mejorar su resultado en poco más de 6.000 votos, insuficientes para acercarse a la barrera del 5% de los votos. Sí dio la sorpresa Democracia Ourensana, que irrumpió en el Parlamento de Galicia con un diputado por Ourense. El partido de Gonzalo Pérez Jácome aspiraba a ser la llave de la Xunta ante una mayoría "ajustada" del PP, pero salvó la honra en una noche electoral dominada por los azules.

Alfonso Rueda respira aliviado, el PP mantiene su feudo y Feijóo salva un match point. Pese al gran estirón del BNG, que firma un resultado histórico de 25 escaños, el PP afianza su quinta mayoría absoluta en la Xunta y asesta un duro golpe al PSOE, que sale en coma de las elecciones en Galicia. El candidato popular no logra mantener la marca de 2020, pero mejora de forma holgada el debut de Núñez Feijóo en 2009. Los 40 escaños fueron recibidos como un bálsamo en el PPdeG y, sobre todo, en la sede nacional de Génova. El PP contuvo la respiración hasta el último minuto tras una campaña accidentada que, finalmente, tuvo un feliz desenlace para los populares.

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