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El PSOE rechaza que el trompazo sea por la amnistía y asume que carece de proyecto gallego
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'shock' en Ferraz

El PSOE rechaza que el trompazo sea por la amnistía y asume que carece de proyecto gallego

Ferraz se apresura a confirmar a Besteiro para evitar que se abra una guerra interna en el PSdG y el propio candidato verbaliza que se queda al frente de la oposición

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el mitin de cierre de campaña en Santiago. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el mitin de cierre de campaña en Santiago. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)
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En una esquina de la calle Ferraz, justo a la derecha de la sede socialista, todos los días se reza el rosario. "Por España y por el mundo", indica la convocatoria. Luego, directamente se manifiestan contra Pedro Sánchez. Este domingo, al PSOE no le habría venido mal alguna oración por el resultado de las elecciones gallegas. A ver si, con la intervención de Dios, el tortazo que el PSdG se ha llevado el 18-F era un poco menos intenso.

Era difícil superar unos datos tan malos como los de 2020 (14 diputados y el 19,3% de voto) y el socialismo gallego, con José Manuel Gómez Besteiro de candidato, lo ha conseguido. Le han volado cinco diputados y cinco puntos de respaldo (que suponen 46.000 votos menos), a pesar de que cuenta con una importante base social a nivel municipal. Se queda en unos esqueléticos nueve escaños y la papeleta de solo un 14% de ciudadanos, que lo enraíza como tercera fuerza. El BNG se consolida aún más al frente de la oposición y el PP, como el partido que mejor representa a Galicia.

Los nacionalistas le han sacado al PSdG 16 diputados y el PP, 31. Y eso que los socialistas gobiernan con mayoría absoluta el Ayuntamiento de Vigo y con apoyo de otras fuerzas en A Coruña y en Lugo. No les ha valido de nada, son tercera fuerza en las tres ciudades y cuarta en Ourense capital. Se quedan lejos hasta de sus peores expectativas y a años luz del sueño de Pedro Sánchez de erosionar a Alberto Núñez Feijóo con una derrota del PP en Galicia.

Al contrario. El batacazo es tan grande (de unos esmirriados 14 al descenso infernal de lograr solo nueve), que el foco está todo en el PSOE y en el PSdG. Pero en Ferraz rechazan que el trompazo esté vinculado con el desgaste que para las siglas del PSOE ha supuesto la amnistía. Porque, razonan, el BNG, que también está a favor del perdón a los independentistas, ha subido seis y el PP, que se opone, ha bajado dos. Su conclusión es que la cuestión nacional no ha influido en ningún sentido, aunque los populares han obtenido más votos que en 2020.

Foto: Yolanda Díaz y Marta Lois, en Santiago de Compostela en el cierre de campaña de Sumar. (EFE/Xoan Rey)

La lectura de la cúpula socialista, donde concentran las razones de la derrota, es que carecen de un proyecto sólido en Galicia. "La gente vota y no se equivoca", destacan. Su voto, subrayan, "no se ha quedado en casa", sino que ha migrado al BNG. El PSdG pierde cinco parlamentarios y los nacionalistas ganan seis. Aunque aseguran que les ha faltado tiempo (las elecciones tocaban en julio y se adelantaron) y que se les han escapado los últimos escaños en las cuatro provincias, su propia visión de España y las mayorías parlamentarias que sujetan al PSOE desde 2018 han engordado al nacionalismo.

Ferraz ya ha maniobrado para que el daño interno y externo no sea aún mayor, con la conclusión de que se ha votado "en clave gallega". La portavoz del PSOE, Ester Peña, compareció para decir apenas una frase. Una declaración de minuto y medio. Ni rastro de autocrítica, pero sí una señal muy nítida: "Confiamos en Besteiro". De este modo, la dirección trata de evitar movimientos internos en el PSdG para quitarle de en medio, tras perder dos diputados en Ourense, dos en Pontevedra y uno en A Coruña.

En su declaración anoche desde Santiago, unos minutos antes, el propio candidato lo había apuntado. Admitió "sin paliativos" que no han logrado transmitir que existía una "necesidad de cambio", algo que, afirmó, "no se consigue de un día para otro". Y apostó por construir un proyecto para toda la ciudadanía, de abajo arriba, de lo local a lo autonómico que, dijo, "realizaré desde la oposición".

Besteiro mandó así un mensaje de continuidad para conformar una "alternativa real" que, en estos momentos, solo representa el BNG. Había muchas dudas sobre su futuro porque ni siquiera renunció a su escaño en el Congreso. Pero es la apuesta de Sánchez y desde la cúpula se le señala ya como el candidato dentro de cuatro años. Para superar a los nacionalistas y ser la alternativa al PP tiene que "picar piedra", declaran fuentes del partido. "El voto de izquierdas se ha concentrado en Ana Pontón".


De nada ha servido la importante presencia del presidente del Gobierno en Galicia durante la campaña y en los días previos. Hasta ocho veces ha viajado Sánchez a la región desde que Alfonso Rueda convocó las elecciones. Y ha mandado uno tras otro a sus ministros. Incluso José Luis Rodríguez Zapatero, que fue de tanta ayuda en los 15 días que dictaminaron el resultado de las generales del 23-J, ha protagonizado cuatro mítines.

Foto: Zapatero y el candidato socialista a la Xunta, Gómez Besteiro. (EFE/Cabalar)

El debate ahora, con una caída del PSdG de tanta envergadura, puede ser el contrario. Si tanta implicación de la dirección nacional fue contraproducente. Igual la cúpula socialista ha podido cometer el mismo error que en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, que en la Moncloa plantearon como una competición nacional, con una presencia muy relevante del presidente, en un momento de desgaste de su figura política, que se recuperó notablemente el 23-J, con una propuesta audaz de presencia en medios de comunicación y el motor tractor del miedo a un Gobierno de PP y Vox.

En las próximas semanas, el PSOE, tanto en Madrid como en Santiago, tiene mucha tarea analítica que afrontar, en clave gallega y nacional. Por la pérdida de peso electoral del PSdG, que pasa a ser casi irrelevante a nivel autonómico, y por el fuelle del BNG, que forma parte de la mayoría parlamentaria que sujeta al Gobierno de coalición. Y también, aunque lo nieguen, por un posible 'efecto amnistía'.

Revertir la situación en cuatro años parece casi imposible. La ejecutiva del PSOE, con Sánchez al frente, se reúne este mismo lunes para empezar el trabajo. Pero cómo la herida gallega duele, los socialistas han empezado con los analgésicos: "El PP tiene un 4% en Cataluña y un 6% en Euskadi. Llevan la penitencia en otros sitios".

En una esquina de la calle Ferraz, justo a la derecha de la sede socialista, todos los días se reza el rosario. "Por España y por el mundo", indica la convocatoria. Luego, directamente se manifiestan contra Pedro Sánchez. Este domingo, al PSOE no le habría venido mal alguna oración por el resultado de las elecciones gallegas. A ver si, con la intervención de Dios, el tortazo que el PSdG se ha llevado el 18-F era un poco menos intenso.

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