Dirigentes del PP alertan de que la izquierda está ganando "el relato" de la crisis de los 'pellets'

Marea política por la crisis de los pellets. A tres semanas de que comience oficialmente la campaña electoral de las gallegas, el PP ha constatado que la izquierda no dará tregua para intentar sumar y desbancar a Alfonso Rueda de la Xunta. La Moncloa ha encontrado en el vertido de microplásticos un filón para agrietar la mayoría absoluta que las encuestas vaticinan para los populares. La estrategia es similar a la llevada a cabo en las andaluzas con los regadíos de Doñana. Como en aquella ocasión, el PSOE ha elevado el asunto hasta Bruselas solicitando una reunión urgente con el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca. También lo han hecho eurodiputados de IU y el BNG.

Hasta este martes, en las filas populares no se percibía tensión. Las alarmas saltaron cuando el presidente gallego acabó declarando el nivel 2 de alerta que le pedía el Ejecutivo pese a negarse a ello solo unas horas antes. “Da la sensación de que siempre llegamos tarde al relato”, lamentan cargos populares. Alberto Núñez Feijóo almorzó este martes con la mayoría de sus barones tras el comité ejecutivo en Génova. Varios de los asistentes coinciden en que fue una "comida de hermandad" en la que el asunto de los pellets se abordó "de refilón", pese a que algunos líderes en privado reconocen que hasta el momento no se ha llevado la iniciativa.

"Estos temas, o los controlas o pasan factura", señala un dirigente popular que alerta de que no se puede menospreciar el "desgaste" electoral. "Nos están comiendo la tostada. Parece que la culpa es de la Xunta y no del Gobierno", lamenta en declaraciones a este periódico un presidente autonómico. Otro barón territorial que estuvo presente en Génova este martes cree que la situación no se le irá de las manos a Rueda, siempre y cuando no afecte a la fauna. "Si no aparecen peces o aves muertos, el asunto estará controlado", ejemplifica.

Hasta el momento, la Xunta ha incidido en que los microplásticos que impregnan la costa cantábrica no son "tóxicos" ni "peligrosos" para el medio ambiente. Y acusan a la izquierda de intentar sacar "tajada política" intentando revivir el efecto Prestige a las puertas de las elecciones gallegas. "No vamos a ver aves moribundas", confían fuentes populares. Por si acaso, los socialistas han comenzado a sacar la artillería pesada en redes sociales con imágenes de peces muertos por la ingestión de bolitas de plástico bajo el rótulo de Outra Máis.

Génova se apresuró a desmentir dicha instantánea, que no corresponde a las costas gallegas sino a Sri Lanka. Pero el debate está abierto. La dirección del PP prevé también una campaña a cara de perro en que la izquierda tratará de dinamitar la mayoría absoluta de Alfonso Rueda a base de "intoxicaciones". Desde la cúpula advierten, no obstante, de que el empeño del Gobierno en "culpar" a la Xunta de la crisis de los pellets comparándola con el Prestige "se les puede volver en contra", porque "los gallegos no son tontos" y aquel desastre ambiental afectó de forma especial al Ejecutivo central, entonces presidido por José María Aznar.

Con todo, en el recuerdo del partido pesan dos antecedentes negativos. El primero son las elecciones de Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco adelantó los comicios con las encuestas rozando la mayoría absoluta. Estalló el llamado caso de la carne tras las declaraciones del por entonces ministro de Consumo, Alberto Garzón, arremetiendo contra las granjas de gran tamaño porque “contaminaban el suelo, el agua y luego exportaban esta carne de mala calidad”. Génova vio una oportunidad y nacionalizó las elecciones. La campaña fue un desastre. Los populares quedaron lejos de la mayoría absoluta y hubo que sellar el primer Gobierno de coalición con Vox.

También existe ahora ese miedo a nacionalizar las gallegas. En Castilla y León, fue contraproducente. "El enemigo a batir no es Sánchez. Los gallegos saben diferenciar bien", afirma un veterano que aconseja no fiar todo al desgaste del presidente del Gobierno. "En el 'Galicia, Galicia, Galicia', el PP es imbatible", opina otro presidente autonómico, haciendo alusión al último lema electoral de Feijóo al frente de la Xunta, durante la campaña de 2020.

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Mario Escribano

El líder del PP hará campaña en Galicia, pero dejando espacio a su sucesor. No participó en el acto de apertura, pese a estar en Galicia ese fin de semana, y tampoco irá al que Rueda ha organizado este domingo 14 de enero en A Coruña con los presidentes autonómicos. Fuentes de Génova aseguran que se "pactó" con la dirección del PPdeG que "el foco" este fin de semana fuese en exclusiva para Rueda. "Es él quien nos marca los tiempos", añaden. Feijóo sí viajará a su tierra natal el 20 y 21 de enero, fecha en la que el PP celebrará un "gran acto" de partido con motivo de la 26 interparlamentaria, que se prevé multitudinario. El objetivo pasa por exhibir fuerza frente a Sánchez, que esos mismos días estará también en tierras gallegas.

Los más supersticiosos recuerdan que Mariano Rajoy siempre desaconsejó ir a las urnas en febrero, con el argumento de que los ciudadanos están desmotivados en estas fechas. Más allá de las meigas, la consigna del líder del PP es rebajar las expectativas de las encuestas. Tras el 23 de julio, en Génova hablar de sondeos es "mentar a la bicha". Si en las generales se pecó de optimismo con los trackings en la mano, ahora el mensaje será el contrario. Hay que movilizar al electorado al máximo y evitar que nadie dé por hecho que Galicia es un paseo militar. "No podemos conformarnos ni creer que todo está hecho. Las encuestas, encuestas son", alertó Feijóo ante el comité ejecutivo. En el partido, piden "salir en tromba" contra los debates de la izquierda. Desde Feijóo al último afiliado. Y avisan: "No gobernar en Galicia sería letal".