Podemos medita unirse a ERC y dejar Sumar tras quedarse sin ministros

En todas las guerras, el bando que la declara busca una coartada para justificar el primer ataque frontal. En Podemos, tras meses de batalla más o menos soterrada, oficializaron el conflicto con Yolanda Díaz este lunes. El desencadenante ha sido la confirmación de que Irene Montero ha quedado fuera del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. En una carta a la militancia, la secretaria general de los morados, Ione Belarra, arremetía contra la líder de Sumar y anunciaba que la formación va a “recuperar su autonomía política”. ¿En qué se traduce este aviso?

En primer lugar, Podemos está sopesando el futuro de sus cinco diputados. Pablo Iglesias ya anunció que se sienten libres para romper la disciplina de voto. El plan pasa por obligar al PSOE a que negocie con Belarra, al margen de Díaz, el apoyo a las iniciativas que lleve al Congreso. “Sánchez necesita cada voto en cada votación”, amenazan. Desde esta posición de fuerza, lo primero que tendrán que decidir es si siguen dentro del grupo parlamentario de Sumar o, como están sopesando desde hace meses, pasan al Mixto o incluso llegan a un acuerdo con ERC. Esta última opción es la que más complace a Iglesias, que plantea una colaboración con los republicanos incluso para concurrir juntos a las elecciones europeas. Los de Oriol Junqueras no están muy por la labor, aunque escucharán si finalmente llega la propuesta. La mala relación con la ministra de Trabajo les une. Por el momento el mensaje oficial es permanecer en Sumar hasta madurar las alternativas y el coste económico de estas.

Bruselas es el refugio para Montero. La idea es que sea la candidata al Parlamento Europeo el próximo año bajo el argumento de la vuelta a los orígenes. Podemos arrancó su aventura en las instituciones tras dar la sorpresa en 2014 y lograr cinco escaños en Estrasburgo. El nombre de la ministra de Igualdad ha sido el casus belli entre Iglesias y Díaz desde que este la designase sucesora. Hasta este fin de semana Sumar ha estado intentando buscar un punto de encuentro para que los morados ocupasen un sillón en el Consejo de Ministros.

El viernes, cuando Podemos vetó la oferta de que fuese Nacho Álvarez el que ostentase una cartera, se intentó contactar con Ione Belarra, que según el entorno de Yolanda Díaz no contestó al teléfono. Las mismas fuentes desmienten que no haya habido interlocución desde julio. Sostienen que Díaz y Belarra han cruzado mensajes y que se han reunido para abordar la convivencia de Podemos dentro de Sumar. Han llegado a tener algún encuentro “subido de tono”, como el que se produjo justo después de las elecciones del 23-J. La vicepresidenta habría advertido a su compañera de filas de que no iba a tolerar los constantes ataques desde la formación que lideró Iglesias. Cabe recordar que la misma noche electoral, los morados criticaron el resultado de Sumar y achacaron la pérdida de votos a la ausencia de Montero en las listas.

“O Irene en Igualdad o nada”. De esta ecuación no se movieron en ningún momento de la negociación los morados. No solo vetaron a Álvarez, que ha acabado dejando la política, sino que también descartaron que la propia Belarra pudiera repetir como ministra. Iglesias ya había dado la orden de mantener el órdago. Su obsesión es “acabar con Yolanda Díaz”, en primer lugar, y después desestabilizar el Gobierno de Sánchez. Los que le conocen bien destacan que es “obsesivo” en sus filias y fobias y ponen como ejemplo lo que ocurrió con Íñigo Errejón. Incluso Juan Carlos Monedero, fiel al bautizado como núcleo de Galapagar, ha sido cuestionado por sugerir que se facilitase un candidato a ministrable al margen de Montero.

Los morados tendrán que ir midiendo los pasos, porque los malos resultados electorales cosechados en las últimas citas con las urnas han mermado sus arcas. El portazo de pasar al Grupo Mixto o unirse a ERC se medirá en términos políticos, pero fundamentalmente económicos. Al varapalo en las elecciones autonómicas del 28 de mayo hay que añadir que los morados han sido el partido que más dinero en subvenciones ha perdido respecto a la legislatura pasada.

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Alejandro López de Miguel

Ha pasado de ingresar 5.178.517,39 euros, según los datos facilitados por la formación, a 1.621.709,65 euros. Es decir, percibirán casi tres millones y medio menos. A Sumar le corresponden 7.050.911,53 euros por escaño y votos, teniendo en cuenta lo que percibe del Ministerio de Interior y del Congreso de los Diputados. De esta cantidad, a Podemos le corresponde el 23%, atendiendo al acuerdo que cerró en junio con Díaz.

El acuerdo entre Sumar y Podemos tiene una cláusula antitransfuguismo por la que si alguna de las 14 formaciones que conforman la plataforma pasaban al Grupo Mixto dejarían de percibir su asignación. Hasta el momento, esta ha sido la principal baza de Díaz para amarrar a los de Iglesias. De hecho, la vicepresidenta sostiene en privado que los cinco diputados no darán el paso de marcharse. Además, no podrían pedir a Interior la subvención que otorga este departamento por los gastos de funcionamiento de los partidos políticos porque no concurrieron como tal al 23-J. El tercer objetivo del núcleo de Galapagar es encontrar fuentes de financiación. Las guerras, históricamente, son muy caras.