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Díaz asegura que Podemos conocía el pacto con el PSOE y los morados la acusan de mentir
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Iglesias carga contra el acuerdo

Díaz asegura que Podemos conocía el pacto con el PSOE y los morados la acusan de mentir

Sumar avisa a los morados de que el acuerdo les "incumbe" también a ellos, en una nueva escalada de tensión interna. Según la vicepresidenta segunda, han estado en la negociación "desde el minuto 1"

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)

Yolanda Díaz asume renuncias de calado en el pacto de gobierno sellado este martes, como la herencia universal, el tope de hipotecas o la abolición de la prostitución. Pero celebra haber arrancado al PSOE el compromiso para reducir la jornada laboral que, a su entender, es histórico. Frente a la voluntad inicial de los socialistas de conformarse con un documento "vago", según fuentes de la negociación por parte de Sumar, los suyos han logrado un documento que interpretan mucho más allá de lo que dice en su literalidad. Díaz gana algo de oxígeno con la inclusión de una versión rebajada de su propuesta estrella para trabajar menos horas. Y lo hace ante la nueva ofensiva de Podemos, que en 24 horas ha pasado de decir que el pacto era "insuficiente" a afirmar que no lo conocen.

El principal negociador de Sumar en esta materia, el secretario de Estado en funciones y todavía dirigente morado, Nacho Álvarez, afirmó ante los micrófonos de la Cadena Ser que él mismo informó a Podemos y al resto de partidos de la coalición electoral de las negociaciones. Desde la formación liderada por la vicepresidenta en funciones, de hecho, ya advierten a los morados de que lo suscrito "incumbe" a todos. Este acuerdo, según fuentes de sus filas, es "igual o más ambicioso" que el rubricado en 2019 entre el PSOE y Unidas Podemos, con Pablo Iglesias al frente de la coalición. "Es enormemente ambicioso" y "tiene avances iguales o superiores al de hace cuatro años", abundan.

Durante la tarde del miércoles, desde Bruselas, la propia Díaz aseguraba que los morados conocían las negociaciones "desde el minuto 1". "No solamente conocen el alcance de las decisiones, sino que conocen el alcance del mismo", intentó zanjar. Y el exportavoz parlamentario y dirigente de Podemos, Pablo Echenique, aprovechaba sus declaraciones para acusarla de mentir. "Vuelve la vieja política, vuelve la mentira", afirmó en la red social X, antes Twitter. La tensión volvía a escalar a máximos.

Los principales espadas morados obviaron el pacto este martes, con Ione Belarra a la cabeza, aprovechando para presumir de los logros de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, en lo que a avances feministas se refiere. La web informativa de Iglesias no dejaba dudas sobre sus posiciones antes del acto de Sánchez y Díaz, con un primer editorial asegurando que la composición del Gobierno —donde quieren situar a Montero— será lo que defina realmente si el documento rubricado con el PSOE se cumplirá o no. "Hasta que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no anuncien la composición del futuro Gobierno, será imposible saber si lo que han escrito en el papel —sea lo que sea— se va a cumplir o se va a quedar en un cajón", zanjaba.

Foto: Yolanda Díaz, junto a Pedro Sánchez, tras llegar a un acuerdo de Gobierno. (EFE/Emilio Naranjo)

Un segundo editorial de Diario Red, publicado este miércoles, denunciaba "la evidente falta de concreción" del texto. "El acuerdo entre PSOE y Sumar firmado ayer no es otra cosa que la victoria aplastante del actual presidente en funciones sobre el espacio situado nominalmente a su izquierda". "La estrategia de rechazo al combate político con el PSOE, de demonización del 'ruido' y de arrinconamiento de todo lo que significa la praxis política de Podemos por parte de Yolanda Díaz solamente conduce a la subalternización de la izquierda bajo el rodillo de los socialistas y a la resultante amputación de toda capacidad transformadora", advierte el medio que dirige Iglesias. Alianza Verde, uno de los dos partidos ecologistas dentro de la coalición, afirmó en un comunicado hecho público el miércoles que las medidas "ambientales" del acuerdo "son poco concretas", y pidió ir más allá de las "declaraciones de intenciones".

A última hora, el propio Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos y distanciado del núcleo duro en los últimos meses, admitió las críticas al acuerdo, pero consideró más preocupante que su partido no se sumase a la celebración del pacto: Me preocupa que tantos movimientos estén expresando críticas al acuerdo @PSOE y @sumar. Aún más que Podemos no esté en algo que debiera ser una fiesta de toda la izquierda. Algo va mal", advirtió. La jornada arrancaba con el anuncio de un pacto alcanzado al filo de las dos de la madrugada, y con Ada Colau, líder de los comunes, advirtiendo a Podemos de que si no cumple con el acuerdo de coalición no podrá seguir llevándose el 23% de las subvenciones que recibe. Durante la tarde, los de Díaz reforzaban esta llamada de atención. El acuerdo con el PSOE, apuntaron, "implica al conjunto de la coalición y al conjunto de los diputados".

Mientras dirigentes como Alberto Garzón (IU) o Mónica García (Más Madrid) acudían a arropar a Díaz en la presentación, en la que Sánchez volvió a cederle buena parte de los focos, los morados solo rompían su silencio para verter críticas. El acuerdo, como deslizaba Echenique, es inconcreto en buena parte de su redactado, pero en Sumar se cubren las espaldas.

Afirman que los socialistas "no consideraban que fuera necesario" un texto "tan prolijo", o que sus socios pretendían atarse a apenas "tres o cuatro páginas", no a casi 50. "Pensaban que con el reparto ministerial y con una hoja de ruta pactada nos entenderíamos", añaden, pero un acuerdo "bien detallado (...) evita posibles conflictos". Sostienen que no cubre todas las acciones que persiguen desplegar, pero sí un porcentaje importante, como hacía el anterior pacto, del que cumplieron "buena parte" en tres años y medio. Y, a diferencia de sus socios, no querían evitar la concreción por cómo pueda influir en las conversaciones con Junts o PNV, formaciones "que no son de izquierdas", porque asumen que cada apoyo habrá que pelearlo, pero al menos ya tienen unos cimientos sobre los que construir. "Aquí hay mucho de desiderátum, pero, también, mucho de concreto", reconocieron.

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a su llegada a la rueda de prensa para informar sobre el acuerdo de Gobierno. (EFE/Emilio Naranjo)

"Lo que está escrito está labrado en mármol, y al mismo tiempo sujeto a una negociación continua", sostienen, en parte por los acontecimientos que puedan darse —en la anterior legislatura, afrontaron la pandemia y el impacto de la guerra de Ucrania—, y en parte por la endiablada aritmética parlamentaria. Leen mucho más allá de lo que estrictamente establece el texto, por ejemplo, en lo que toca al apartado fiscal.

Los 10.000 millones que aspiran a recaudar con el endurecimiento del impuesto de sociedades, sostienen, servirán para pagar la milmillonaria factura de las ocho semanas de nuevos permisos remunerados y de la "primera ampliación en años" de la cartera de servicios sanitarios cubiertos por el sistema público. Y la puerta abierta en el apartado fiscal, aunque no comprometa rotundamente la reedición de los impuestos a la banca y a las energéticas, la interpretan como una opción de acometer, por fin, una verdadera reforma fiscal en profundidad. La vinculación del salario mínimo interprofesional (SMI) al mínimo de un 60% del salario medio, en el Estatuto de los Trabajadores, es otra de sus grandes apuestas.

Foto: La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero. (EFE/Pablo Garrigos)

Frente a las críticas de los morados en materia de políticas feministas, destacan lo que incluye el texto. En el anterior acuerdo, que sentó las bases para desarrollar las leyes del solo sí es sí, trans o la reforma de la ley del aborto, las medidas ocupaban el doble de páginas. Hoy presumen de la ley de cuidados, sin concretar en el texto, como una norma "enormemente ambiciosa". O de la agenda que va "más allá" del trabajo desarrollado esta legislatura, entre otras cuestiones con una ley contra la trata, otra de las normas que pasaron de estar en tramitación a acabar en vía muerta con las elecciones anticipadas. "Nosotros estamos satisfechos con las políticas feministas", sostienen.

Las renuncias son varias: ni Díaz logra el compromiso de rebajar la jornada laboral hasta las 37,5 horas en un año —será en dos, y la reducción definitiva hasta las 32-35 horas no aparece siquiera—, ni ha logrado imponer el tope a las hipotecas, o la actuación ante el encarecimiento de la cesta de la compra. La redacción sobre su fórmula para renovar el CGPJ es "ambigua", admiten, muy lejos de lo que habrían querido plasmar. Y el apartado sobre Palestina no incluye el compromiso de reconocimiento unilateral del Estado palestino por parte de España. Se han dejado pelos en la gatera. Y está por ver cómo lo evidencian sus socios dentro de Sumar.

Yolanda Díaz asume renuncias de calado en el pacto de gobierno sellado este martes, como la herencia universal, el tope de hipotecas o la abolición de la prostitución. Pero celebra haber arrancado al PSOE el compromiso para reducir la jornada laboral que, a su entender, es histórico. Frente a la voluntad inicial de los socialistas de conformarse con un documento "vago", según fuentes de la negociación por parte de Sumar, los suyos han logrado un documento que interpretan mucho más allá de lo que dice en su literalidad. Díaz gana algo de oxígeno con la inclusión de una versión rebajada de su propuesta estrella para trabajar menos horas. Y lo hace ante la nueva ofensiva de Podemos, que en 24 horas ha pasado de decir que el pacto era "insuficiente" a afirmar que no lo conocen.

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