Boicot preventivo de Podemos al pacto de Sumar con el PSOE: "Es insuficiente"

Podemos considera "insuficiente" el "acuerdo" programático entre Sumar y PSOE, que deberá guiar la acción del nuevo Gobierno, pero no aclara qué falla o qué falta. Y lo considera "insuficiente" y poco "ambicioso" cuando este pacto ni siquiera está cerrado, según los negociadores. Con los socialistas anticipando que es inminente, y los de Yolanda Díaz enfriando el entendimiento hasta que no se incluya la reducción de la jornada laboral en este marco, el partido de Ione Belarra ya lo da por hecho y se desmarca anticipadamente. "Por lo que sabemos del acuerdo PSOE-Sumar, nos parece insuficiente", afirmó este lunes Pablo Fernández, coportavoz de los morados. "Con este acuerdo, las posibilidades de lograr transformaciones reales se limitan mucho", afirmó.

En rueda de prensa en la sede de la formación, Fernández ha calificado de "insuficientes" las propuestas abordadas en la negociación, pero también en ese supuesto acuerdo. "Esas negociaciones, esas conversaciones, nos parecen insuficientes". "Lo que se está abordando no hace que esas transformaciones sean ambiciosas y profundas", apuntó Fernández, denunciando que sus propuestas "no están siendo recogidas" y reclamando al PSOE y a Sumar "que reevalúen esas conversaciones" para lograr un acuerdo "verdaderamente ambicioso". Reiteró las propuestas de los morados, ya conocidas desde hace semanas, pero no especificó los motivos que les llevan a calificar así un supuesto acuerdo del que forman parte, toda vez que son integrantes del grupo parlamentario Sumar. "Formamos parte del grupo parlamentario Sumar, estamos informados en detalle", precisó él mismo al ser preguntado sobre quién les habría transmitido los pormenores de la negociación.

En el Congreso, el partido de Belarra ha reivindicado una autonomía de actuación para sus cinco diputados similar a la que gozan los dos de Compromís, y en el marco de las negociaciones para formar Gobierno ha tratado de contar con voz propia, enviando a PSOE, sus compañeros de filas en Sumar y a otros partidos, un documento con sus principales propuestas. No han obtenido respuesta. Entre esas recetas se encuentra mantener la gratuidad del transporte público, derogar la ley mordaza, seguir incrementando el salario mínimo interprofesional (SMI) o aprobar de inmediato el índice que marcará las subidas máximas en los alquileres de viviendas.

Son iniciativas que ya abandera Sumar en la negociación con el PSOE, aun con diferencias, ya que no avala la cifra de 1.500 de SMI que reclama Podemos. La reclamación en la que más énfasis ponen, que Irene Montero revalide el Ministerio de Igualdad, se da por imposible por ambas partes, aunque el partido de Díaz insiste en que aún no hay conversaciones sobre el reparto de carteras ministeriales. Los morados no se sienten representados en estas conversaciones entre la coalición de la que forman parte y el PSOE, hasta el punto de que su secretaria general dejó claro que ella actuaría de forma distinta. "Si yo liderara la negociación como Sumar con el PSOE", afirmó el jueves, "lo que dejaría claro en el próximo acuerdo de gobierno es que las posiciones trascendentales para el futuro de nuestro país, como es la política exterior, tienen que ser pactadas también con el socio minoritario. Es imprescindible", dijo.

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En este caso se refería a la posición de España frente a Israel y Palestina, pero la lógica es extrapolable al resto de materias que afectan a la acción del Ejecutivo. Los morados van endureciendo progresivamente su discurso, mientras tramitan un cambio de hoja de ruta política que les llevará a alejarse de Sumar de cara a las próximas citas electorales. Podemos no votará contra la investidura de Sánchez, pero otra cosa es que se consideren parte del nuevo Gobierno si no forman parte del mismo figuras elegidas por su dirección.

Sumar asume que contará con tres ministerios, frente a los cinco que logró Unidas Podemos en la anterior legislatura, y trata de poner todos los focos en las reticencias del PSOE a comprometerse con la reducción de la jornada laboral que plantean, una de las promesas electorales estrella de la vicepresidenta segunda de cara al 23-J. El objetivo es pasar de trabajar 40 horas semanales a 37,5 en 2024, y consolidar jornadas de entre 32 y 35 horas al final de la legislatura.

En la tradicional rueda de prensa del lunes, dos horas antes de la comparecencia de Podemos, el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, tildó esta medida de "imprescindible" y "nuclear". Su formación no hace el mismo énfasis en otras propuestas como la herencia universal de 20.000 euros que sí abanderó en campaña, y que fue rechazada por buena parte de la izquierda. El principal caballo de batalla en este pacto, que abarca materias como un plan para mejorar la atención en materia de salud mental o una ley de plazos de atención máximos para la sanidad pública, es precisamente la reducción de la jornada laboral.

Calviño no la considera prioritaria

Por otro lado, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, se abrió este lunes a "debatir" sobre la reducción de la jornada laboral, pero incidió en que la "prioridad" debe ser el pleno empleo. En una entrevista en TVE, la número dos del Ejecutivo en funciones ha remitido las conversaciones sobre la jornada laboral al ámbito de la negociación colectiva, y Urtasun ha incidido después en que no es "incompatible" legislar con hacerlo en el marco del diálogo social, un escenario en el que Díaz presume de su desempeño.

En el partido de la vicepresidenta insisten en que el acuerdo puede darse en cuanto el PSOE modifique sus posiciones sobre esta materia, y no descartan que Sánchez y Díaz tengan que verse para desatascar la situación. En cualquier caso, la fotografía de ambos servirá para escenificar este pacto, y puede producirse, en España, hasta este martes. O en Bruselas, donde estarán juntos el miércoles. En Sumar insisten en enfriar el optimismo de los socialistas, que en los últimos días aceleraron para cerrar esta negociación algunos días antes de cumplirse el plazo que se dieron ambas fuerzas, el mes de octubre.