La sanidad balear es un polvorín y hay cuatro mechas encendidas que pueden hacerla explotar

En Baleares, como en casi toda España, faltan médicos. Allí son unas 800 plazas las que deberían habilitarse para acabar con el déficit sanitario, cada vez más palpable en las islas, según la estimación del sindicato médico. El nuevo Govern de Margarita Prohens (PP) puso en marcha este verano un plan de choque para revertir el problema. Ofreció un extra de 20.000 euros al año para todos los profesionales que decidan cubrir las vacantes que no hay forma de llenar. La desesperación cala sobre todo en los pacientes oncológicos, que en muchos casos llevan meses de espera para ser atendidos pese a la urgencia de su enfermedad y critican la escasez de doctores. ¿Qué pasa en el archipiélago?

Son varios problemas los que hacen que el sistema sanitario balear se tambalee. Por un lado, está la falta de médicos, pero no es la única carencia. Este mismo lunes, los farmacéuticos colegiados de Baleares recordaban la crisis de suministros que afrontan a la hora de adquirir determinados medicamentos. No hay una única razón, pero sí tienen algunas certezas. "Es un problema multifactorial", explica el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares, Antoni Real, en declaraciones a El Confidencial. Una de estas caras es la concentración de los principios activos que se adquieren en muy pocas plantas, las de India y China. Así que, a la más mínima interferencia con estos proveedores, se quedan sin opciones.

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Falta de fármacos

Real explica que los problemas para obtener suministros se remontan al año 2016. Desde entonces, han ido "alertando" en las más de 10.000 oficinas de farmacia distribuidas por España. En ellas tratan de detectar las carencias que puede haber, y, según advierten, estas van "cronificándose cada año". A veces, estos problemas que afectan a empresas y farmacéuticas privadas se extrapolan a otros ámbitos públicos, como la atención primaria. "Cuando un medicamento viene con impurezas hay que reiniciar todo el proceso, y eso retarda su llegada también a los centros de salud", asume el presidente del órgano colegial.

Hace un año, pasó con los antibióticos infantiles. El diciembre pasado, en pleno pico de infecciones respiratorias, las cooperativas en Baleares reconocieron un desabastecimiento de amoxicilina pediátrica, uno de los medicamentos más demandados en edades tempranas. A día de hoy, se dan situaciones similares con otros fármacos, ya sea por problemas puntuales de demanda o bien porque hay empresas a las que no les resultan rentables. "Algunos valen menos de un euro", remarca Real, que apunta que estos son generalmente ignorados por los principales laboratorios.

La solución que han propuesto a la Conselleria de Salud, que en las islas dirige Manuela García Romero, es colaborar con los servicios de atención primaria de una forma "más directa" que la que ya existe. Hasta ahora, varios ambulatorios baleares cuentan con farmacéuticos entre su plantilla. Es una modalidad específica de estos centros, en la que se trabaja con medicamentos para el paciente. A este circuito, ahora quieren añadir otra vía: la de las subvenciones para incorporar nuevos profesionales y descongestionar el sistema sanitario. "Está todo saturado", asume Real.

Falta de profesionales

Y es que la crisis por la falta de personal en hospitales y ambulatorios no es exclusiva de Baleares. Hace años que todo el Sistema Nacional de Salud muestra sus costuras y carencias: cada vez hay más jubilaciones o las habrá próximamente, pero no siempre es posible reponer estas plazas, que quedan vacantes, con nuevos especialistas. Para el presidente del sindicato médico de Baleares, el doctor Miguel Lázaro, el origen es claro: "No es que no tengamos jóvenes profesionales preparados para asumir estas responsabilidades, ¡es que se nos van fuera!".

En su opinión, la falta de perspectivas laborales y salariales que hay en España, en comparación con otros países, es una prueba irrefutable de ello. Los nuevos médicos terminan su residencia y prefieren emigrar a otros lugares con mejores condiciones. Según los datos que manejan, en la última década se produjo una fuga de entre 18.000 y 20.000 especialistas formados aquí que acabaron trabajando en el extranjero. Lo que para Lázaro y muchos otros sanitarios debería ser "un problema de Estado" termina reduciéndose a "una competencia de las comunidades autónomas", que tienen delegadas las responsabilidades en esta materia.

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La situación para las enfermeras también deja que desear. La portavoz balear de Satse, el sindicato de enfermería, Verónica León, afirma que en su centro "están siempre sin profesionales para contratar", con las "bolsas de trabajo agotadas y obsoletas", sin cortes desde 2022. Prácticamente, solo se cubren los puestos más indispensables, como las vacaciones, apunta León. Pero las bajas o los días de asuntos propios, no. En caso de que se haga, sería a costa del personal que se queda y prolongaría su jornada, ya de por sí exhaustiva en los turnos de guardia de 12 horas. Las quejas se acumulan porque, además, denuncia Satse que aún no tienen Dirección de Enfermería para coordinarlas: "Así es demasiado complicado".

Falta de vivienda

Pero más allá del gris escenario general, hay un problema autóctono que las fuentes consultadas priorizan por encima de todos: los alquileres están por las nubes. No es una novedad, pero en el primer trimestre del año la región volvió a liderar el ranking nacional de la subida del precio por arrendar una casa. En este tiempo, registra un aumento del 18% y una media de 16,32 euros por metro cuadrado en junio de 2023. Por comparar, la siguiente en la lista fue Madrid, la capital, donde los precios rondan los 14 euros por m². Este problema se acentúa en Ibiza, donde hacerse con una habitación conlleva un gasto aún más desorbitado: el rango medio para esta medida alcanza los 20 euros.

Para hacerle frente, en el sindicato médico y otras organizaciones sanitarias dicen haber hecho todo lo posible. Lo primero fue ponerse en contacto con el Govern, tanto con el antiguo (PSOE) como con el nuevo (PP, tras un acuerdo con Vox). No quieren ser solo una entidad reivindicativa: "Queremos proponer soluciones". Una fue la del complemento salarial de 20.000 euros anuales para quienes opten a un puesto de muy difícil cobertura. Esta nueva categoría es pionera en toda España, y ha nacido en Baleares para reconocer aquellas plazas, con especial énfasis en las de oncología, que son casi imposibles de reemplazar.

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El anterior Gobierno socialista de Francina Armengol no llegó a ponerlo en marcha, pero la medida fue acogida de buen grado por el nuevo Ejecutivo de Prohens, que la anunció recientemente y, según el sindicato, ya ha empezado a aplicarla. De hecho, desde la Conselleria de Salud detallan que la idea es "captar", primero, y "fidelizar", después, a los profesionales que lleguen al archipiélago. Sobre la propuesta de los farmacéuticos, explica la institución autonómica a este periódico que desde que llegaron al poder, hace unos meses, ya plantearon "integrar la farmacia comunitaria" dentro del sistema de salud, un paso más allá de lo que piden los colegiados, a quienes les basta con una colaboración más estrecha.

El sobresueldo de 20.000 euros al año es una de las medidas para atraer médicos

"Vamos a aprovechar las sinergias que ya tenemos para encontrar los puntos en común, y mejorar la asistencia final a la ciudadanía", prometen desde Salud. Su hoja de ruta más inmediata será iniciar una ronda de contactos y crear grupos de trabajo en colaboración con las oficinas farmacéuticas, tanto las comunitarias como las hospitalarias o las de atención primaria. De esta forma, podrán "dispensar medicamentos en centros públicos" y el sistema gozará, a su juicio, de un "mayor y mejor control de las patologías crónicas".

Con la vivienda hay algunas esperanzas. Se prevén estrategias a corto y medio plazo, como un plan de emergencia habitacional para crear nuevas viviendas en Baleares. Al final, este es un problema que afecta no solo a los médicos, sino a todo tipo de funcionarios: desde el profesorado hasta los agentes de policía o las enfermeras. "Yo he visto a profesores pasando la noche en un coche porque no podían pagarse el alquiler en Ibiza", se entristece Lázaro, representante sindical, que pide auxilio a las instituciones para resolver un problema al que hace mucho deberían haber puesto fin.