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"Reforma o ruptura": el punto clave de Sánchez en la ONU que pasó desapercibido
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"Reforma o ruptura": el punto clave de Sánchez en la ONU que pasó desapercibido

La presencia del presidente en funciones en Naciones Unidas ha agitado la política nacional por sus declaraciones, pero también sirvió para pronunciar un discurso muy revelador

Foto: Pedro Sánchez, en la Asamblea General de la ONU. (EFE/Miguel Rodríguez)
Pedro Sánchez, en la Asamblea General de la ONU. (EFE/Miguel Rodríguez)
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La presencia de Pedro Sánchez en la ONU dejó unas declaraciones que han resonado con fuerza en la política española, pero que han oscurecido las líneas geopolíticas que dibujó en su discurso. En él, señalaba el papel que la UE, y España como parte de ella, debía jugar en un mundo sujeto a demasiadas sacudidas.

Los grandes conceptos que aparecieron en su intervención, defensa de la democracia, de los derechos fundamentales y de un orden internacional basado en reglas, o el impulso a la ayuda oficial al desarrollo y a la agenda 2030, son bien conocidos. También eran esperables su condena a Rusia, el mantenimiento de la paz y su apuesta por el progreso frente a una “ola reaccionaria que crece en el mundo”, esa que pretende regresar “a un pasado mítico que nunca existió”.

Es una agenda de prioridades compartida por un buen número de países occidentales y en la que España se alinea con la UE y ejerce como uno de sus socios importantes. El discurso de Sánchez se movió permanentemente en ese eje.

El nuevo orden mundial

Sin embargo, para entender el valor de esta posición, hay que comprender antes lo que António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), fue desgranando en su discurso de apertura de la 78ª Asamblea General. Realizó en él un llamamiento urgente a la multilateralidad que contenía una petición expresa de reforma de la institución. La actual refleja el orden internacional surgido de 1945 y ahora el mundo es otro. Por lo tanto, hay que dar pasos claros hacia la multipolaridad si se desea que la ONU sea útil a la hora de resolver conflictos y de mantener la estabilidad internacional.

Sánchez hizo una mención a António Guterres en su discurso y afirmó estar de acuerdo con el secretario general: “Es imprescindible desarrollar una gobernanza multilateral para tratar las cuestiones relacionadas con la inteligencia artificial”. Ciertamente, hay problemas, como el cambio climático, que solo pueden resolverse a nivel global, pero lo que Guterres afirmaba era otra cosa muy distinta.

Los Brics insisten en que la arquitectura institucional surgida de Yalta no es válida hoy: quieren un nuevo equilibrio de fuerzas

Por sintetizar, Sánchez recogía la postura occidental al asegurar que hay que dar pasos a la hora de solucionar desafíos comunes y Guterres se posicionaba, por el contrario, con las posiciones de los Brics y de los Estados que han solicitado su inclusión en ese grupo. Hay muchas diferencias entre unos y otros.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. (EFE/EPA/Miguel Rodríguez)
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Los Brics insisten en que la arquitectura institucional surgida de Yalta ya no es válida para el mundo presente. Hay países que han cobrado mucho peso en la escena internacional y cuya importancia no se ve reflejada en las instituciones existentes, del mismo modo que hay nuevos intereses que deben encontrar un espacio en el que puedan ser defendidos. La ONU necesita ser reformada para dar cabida a ese nuevo equilibrio de fuerzas.

Guterres aboga por reformar el Consejo de Seguridad y por rediseñar la arquitectura financiera internacional

En la Asamblea, ha habido algunas menciones a uno de los puntos esenciales, la reforma del Consejo de Seguridad, algo que Biden, más allá de la condena de Rusia, recogió en su discurso. Pero los Brics no se detienen en ese punto: se trata de la reforma de la ONU en sí misma y también del resto de instituciones internacionales, a las que acusan de tener un sesgo claramente occidental que no se corresponde con la realidad. Guterres lo afirmó expresamente: “Esto significa reformar el Consejo de Seguridad en sintonía con el mundo de hoy, rediseñar la arquitectura financiera internacional para que sea universal y sirva de red de seguridad global para los países en desarrollo y con dificultades”.

La coordinación política de los Brics

En este contexto, hay que subrayar las consecuencias de la guerra de Ucrania, ya que ha sido la condición de posibilidad para que los Brics se coordinen políticamente. Hasta ahora, eran un grupo de países ligados económicamente, pero la invasión ha abierto la puerta a metas mayores. Los integrantes de los Brics, los aspirantes a ingresar y otros afines, eso que se ha dado en llamar el Sur Global, comparten propósitos: se ha tejido una esfera internacional alternativa para la que multilateralidad y multipolaridad son conceptos clave.

Quieren impulsar una menor dependencia del dólar a través de la utilización del renminbi para sus intercambios comerciales

Los Brics tienen la evidente intención de fortalecer sus lazos y sus intercambios comerciales, así como impulsar instituciones regionales con las que hacer efectivos sus propósitos. Estados Unidos y Europa tienen un papel en ese nuevo entorno, pero su influencia ha disminuido, lo que explica muchas cosas de las acontecidas desde que la guerra de Ucrania comenzó. Y también algunos de los planes de futuro que están sobre la mesa: la menor dependencia del dólar no se vehiculará a través de una nueva moneda, ni mediante la desdolarización, pero sí a través de la utilización de una moneda, el renminbi, para sus intercambios comerciales y las relaciones con terceros países. Al fin y al cabo, insisten, no es muy distinto de lo que Europa ha hecho con el euro.

El "encaje"

Entre los Brics y afines, figura el rival hegemónico, China, hay países claramente enfrentados con Occidente, como Rusia o Irán, y otros Estados, caso de India o Brasil, que están desarrollando un plan propio que precisa de mantener buenas relaciones con EEUU y Europa al mismo tiempo que con el área de influencia china.

Foto: La cumbre de los BRICS de este pasado agosto. Gianluigi Guercia / REUTERS

En todo caso, y por distintas agendas que puedan tener, coinciden en el objetivo de reformar las instituciones internacionales y contar con un nuevo papel en el mundo. Creen que ha llegado la hora de la multilateralidad y los efectos de ese propósito se están dejando sentir: las sanciones a un tercer país dictadas por la ONU las cumplirán, pero no las fijadas unilateralmente por un Estado o una serie de ellos, lo que explica que hayan seguido comerciando con Rusia a pesar de todo. El mismo hecho de que consideren la guerra de Ucrania como un asunto puramente europeo que refleja el declive de un continente, que es la valoración que suelen ofrecer del asunto, es notablemente indicativo.

"La alternativa a la reforma es una mayor fragmentación. Esto es, reforma o ruptura"

Encontrar un nuevo “encaje”, por citar un término últimamente nombrado en España, es el propósito. La respuesta de Occidente, como ha señalado Sánchez en su discurso, tiene poco que ver con la agenda de esa serie de países, ya que apunta hacia áreas de colaboración concretas, pero no hacia una reforma sustancial de las instituciones. Estas dos direcciones que no convergen llevan a afirmar a Guterres que “la alternativa a la reforma es una mayor fragmentación. Esto es, reforma o ruptura”.

Europa, como parte del bloque occidental, sigue anclada en la negativa a reconocer la existencia de la desglobalización, ya sea porque insista en que el comercio internacional sigue bien vivo o porque no hay desacoplamiento, sino reducción de riesgos. Pero la apuesta de los Brics va mucho más allá de eso. “Reforma o ruptura” es una expresión que deja bien claro que la arquitectura creada en la era global está siendo sometida a grandes tensiones, que además prometen ir en aumento. Las consecuencias de esta pugna en las relaciones internacionales y en la política interna de los países occidentales son bastante más serias de lo que pensamos.

La presencia de Pedro Sánchez en la ONU dejó unas declaraciones que han resonado con fuerza en la política española, pero que han oscurecido las líneas geopolíticas que dibujó en su discurso. En él, señalaba el papel que la UE, y España como parte de ella, debía jugar en un mundo sujeto a demasiadas sacudidas.

Pedro Sánchez Geopolítica
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