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El exlíder de Podemos en Madrid y viejo comunista que se rinde a Sánchez: Jesús Montero votará al PSOE
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Elecciones generales el 23-J

El exlíder de Podemos en Madrid y viejo comunista que se rinde a Sánchez: Jesús Montero votará al PSOE

Dirigente de las juventudes comunistas ya en los ochenta, el exmorado, que apostó fuerte por Manuela Carmena como candidata, ha visto cumplirse su "sueño húmedo" de un Gobierno de coalición. Ahora se confiesa "harto" de las batallas en la izquierda

Foto: Monedero, Montero, Iglesias y Errejón, cuando Manuela Carmena fue elegida alcaldesa de Madrid, en 2015. (EFE/Chema Moya)
Monedero, Montero, Iglesias y Errejón, cuando Manuela Carmena fue elegida alcaldesa de Madrid, en 2015. (EFE/Chema Moya)
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La capacidad "autodestructiva" de la izquierda no tiene límites, afirma, pero él ya está absolutamente "harto" de sus batallas "cainitas". Dice que no tira la toalla y asegura que no cambia de convicciones, pero la desesperación ante la "falta de cultura democrática" de su espacio político ha hecho que, por primera vez en 40 años, Jesús Montero decida dar su voto al PSOE el 23-J, como mal menor. "Quiero que en Madrid el PSOE saque más diputados que el PP, con la esperanza de que Feijóo vaya a septiembre de 2027 habiendo obtenido el certificado B2 de inglés", afirma el veterano militante comunista y exdirigente de Podemos.

El hombre que vio cumplido "el sueño húmedo" de su "adolescencia política" con el primer Gobierno de coalición desde la restauración de la democracia, acaba de hacer pública su "confesión pecadora" en su blog. Y asegura a El Confidencial que lo que espolea su "salida del armario socialdemócrata" es su absoluto "desencanto". "Lo han hecho muy mal". Está convencido de que la izquierda aún cuenta con opciones el 23-J, pone un "notable alto" a la "excelente gestión" del Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos y defiende a capa y espada sus medidas. Pero eso no basta, y lo sabe. El "susto" les llegó el 28-M, y ahora se exponen a un escenario todavía más sombrío.

Foto: Yolanda Díaz, en el inicio de campaña. (EFE/Cabalar)

Le gustan la música, la "narrativa utópica" y "el horizonte" que pergeña el partido que lidera Díaz. También la "concentración electoral" que supone, y buena parte de las figuras que ponen el rostro al proyecto, con excepciones como la flamante portavoz feminista, Elizabeth Duval, por considerar su nombramiento "en la línea de los star-system", del "famoseo". Pero le "amarga" la "genealogía incestuosa" de Sumar.

"Tenemos un problema con la cultura democrática en mi subcultura política: toda corriente se transforma en fracción, y toda fracción en escisión, y en paralelo las legítimas direcciones se van enrocando a medida que la corriente fracciona y ellas, las direcciones de todos, toman partido, y la desconfianza y el sectarismo hacen el resto ante la transformación de la fracción en escisión y la dirección en parte de parte", escribe. Solo parte una lanza en favor de IU, por la "experiencia" acumulada. Ese "sectarismo", ese enroque de una cúpula que va achicando cada vez más su espacio, es justo lo que aprecian en Podemos buena parte de sus exdirigentes, pero también muchos de sus aliados en Sumar. Ninguno está libre de pecado, reconoce el hombre que en 1984, ya como secretario general de la UJCE, afirmaba que "iba para cura". Se quedó en la militancia y en su carrera profesional.

Foto: Yolanda Díaz. (EFE/Juanjo Martín)

Llegados a este punto, "¿por qué no acuerdan disolver los partidos y repartir los recursos?". Permanecer separados conlleva "peligros" en el horizonte, con las elecciones europeas de 2024 como hito a destacar, abunda. "No hay diferencias programáticas, es mentira. Puede haber un ala más socialdemócrata y otra más revolucionaria retóricamente", pero "no va a haber un asalto al palacio de invierno". "¿Por qué no una nueva formación política, superadora?", pregunta. En su blog, desarrolla su propuesta a las tres casas matrices que aprecia hoy en la izquierda, y aboga por una "nueva formación confederal o, mejor, federativa".

Montero (Mataporquera, 1963), residente en Cantabria durante sus primeros 20 años de vida, empezó a militar en las Juventudes Comunistas con 15 años; fue secretario general de la UJCE en los ochenta; participó en la fundación de IU, y fue el primer secretario general de Podemos en la ciudad de Madrid en 2015, jugando un rol destacado en la elección de Manuela Carmena como candidata a la alcaldía. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, y funcionario en la Universidad Complutense, abandonó el cargo en Madrid dos años después, sin aspavientos. Tras renunciar al carné, siguió apoyando electoralmente a Unidas Podemos. Hasta estas elecciones generales. Dice que no volvería a militar —"Me he hecho pacifista del todo"—, pero ha aportado dinero para la campaña de Sumar.

Foto: Yolanda Díaz. (EFE/R. García)

Recuerda que los errores de la izquierda a la izquierda del PSOE son muy evidentes desde el errejonazo, el portazo de Íñigo Errejón a Podemos al arranque de 2019, sumado a la "sectarización" de Pablo Iglesias. Y, luego, a la decisión de Yolanda Díaz de excluir a Irene Montero y Ione Belarra en el famoso acto con Compromís a finales de 2021, cuando ya "mostraba la patita". "Ha hecho pasar a Podemos por debajo del futbolín, y es un error".

¿Quién mató la esperanza? En su opinión, "han malogrado" el espacio político "entre todos"; desde el exnúmero tres de Podemos Alberto Rodríguez, que "monta un partido" que fragmentó el voto de la formación morada que gobernaba en Canarias hasta el 28-M, hasta los errejonistas, que abjuraron del "pacto de los botellines" entre Iglesias y Alberto Garzón, para después unirse a IU en pro de "achicar el espacio a Podemos". Un partido que "no quiso crear organización" y que centró sus esfuerzos en lo comunicativo, en los platós de televisión, orillando los territorios.

"Si entran en la Moncloa, no los sacamos"

La historia que narra con voz pausada y cierta amargura es cíclica; la vio con el PCE e IU, la ha visto en Podemos y la vislumbra en Sumar. El riesgo, si no logra mayoría con el PSOE, es que la "nueva ola carlista", de "tradicionalismo y conservadurismo rancio", "con viento europeo de cola", sea muy difícil de combatir en las urnas. Que use todos los resortes del poder para perpetuarse durante 12 años, abunda. "Nos jugamos mucho, por mucho tiempo".

Foto: Ione Belarra y Yolanda Díaz. (EFE/Fernando Alvarado)

"Votar al PSOE no me produce frustración, porque sé lo que puedo esperar de la calle Ferraz, sus políticas y sus límites", advierte, pero lo hace "por alerta social y democrática". No está, insiste, renunciando a sus planteamientos y convicciones, es un "cambio de opción electoral en un momento determinado". El viejo comunista desencantado afirma que esto no es necesariamente un adiós, sino un "hasta luego": "Si me devolvéis la ilusión, veremos". Hoy, lamenta, no le dan "motivos".

La capacidad "autodestructiva" de la izquierda no tiene límites, afirma, pero él ya está absolutamente "harto" de sus batallas "cainitas". Dice que no tira la toalla y asegura que no cambia de convicciones, pero la desesperación ante la "falta de cultura democrática" de su espacio político ha hecho que, por primera vez en 40 años, Jesús Montero decida dar su voto al PSOE el 23-J, como mal menor. "Quiero que en Madrid el PSOE saque más diputados que el PP, con la esperanza de que Feijóo vaya a septiembre de 2027 habiendo obtenido el certificado B2 de inglés", afirma el veterano militante comunista y exdirigente de Podemos.

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