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Los estatutos del PSOE obligan a consultar a las bases sobre la abstención que reclama Feijóo
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ELECCIONES GENERALES 23-J

Los estatutos del PSOE obligan a consultar a las bases sobre la abstención que reclama Feijóo

Génova sitúa el foco durante el arranque de campaña en un hipotético bloqueo político y revive la traumática abstención de los socialistas, pero el PSOE blindó en los estatutos los pasos a seguir de repetirse esto

Foto: Militantes del PSOE de La Rioja, votando en la consulta interna tras las autonómicas de 2019 para avalar la formación de un Gobierno de coalición. (EFE/Raquel Manzanares)
Militantes del PSOE de La Rioja, votando en la consulta interna tras las autonómicas de 2019 para avalar la formación de un Gobierno de coalición. (EFE/Raquel Manzanares)
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Alberto Núñez Feijóo ha redoblado en las últimas horas la presión para que el PSOE lo deje gobernar en solitario si gana las elecciones. Ante el rechazo de Pedro Sánchez, el líder de los populares ha avanzado que llamaría a los barones socialistas para que interviniesen en esta operación. Génova sitúa así el foco durante el arranque de campaña en un hipotético bloqueo político y revive la traumática abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy, tras la repetición electoral de 2016. Sin embargo, desde aquella abstención que desgarró al partido, forzando la creación de una gestora y la salida de Sánchez de la secretaría general por su no es no para recuperarla posteriormente, se celebró un congreso federal donde se blindaron en los estatutos los pasos a seguir de repetirse esta circunstancia. Esto es, dejar la decisión en manos de los militantes a través de una consulta vinculante.

La consulta a la militancia, "obligatoria y vinculante", se estableció en el 39º Congreso Federal, celebrado en 2017, para "los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE, sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el gobierno a otro partido político y para decidir, en su caso, la revocación de los/as secretarios/as generales". Este mismo precepto volvió a ratificarse, en los mismos términos, en el 40º Congreso Federal, de 2021. Así consta en el artículo 348 del texto aprobado en el último congreso.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el candidato popular en la Región de Murcia, Fernando López Miras. (EFE/Marcial Guillén)

Este blindaje hace casi imposible que se repita la abstención de 2016 que ahora reclama Feijóo para sacar a Vox de la ecuación. La militancia de los partidos tiene posiciones ideológicas más férreas que las de los votantes y, habitualmente, que la dirección de sus partidos. La de los socialistas está así más escorada a la izquierda y alejada de fórmulas de gran coalición o que favorezcan la gobernabilidad de la derecha. De hecho, en la consulta que se realizó en 2019 sobre el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, el 92% se decantó a favor y dejó vía libre también para buscar en la investidura la necesaria abstención de ERC.

Tanto los barones críticos como los afines han mostrado una inusual unanimidad para cargar contra el líder de los populares. En su mayoría, haciendo hincapié en la contradicción de que el PP no aplicase su máxima de la lista más votada en las capitales de provincia y comunidades autónomas donde ganaron los socialistas y los populares se decantaron por priorizar pactos con Vox para hacerse con el poder. De ahí que todos ellos rechacen cualquier tipo de abstención, a no ser por la falta de sumas en los bloques que deriven en un bloqueo institucional y la consiguiente repetición electoral, como sería el caso del aragonés Javier Lambán.

El expresidente del Gobierno Felipe González mantiene una posición similar. Ante situaciones de bloqueo político, por las que "el país se debilita, se polariza, pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente", González ha abogado por que "busquemos soluciones en las que la lista más votada sea aceptable cuando no haya otra opción. ¿Qué pedimos a cambio de permitir gobernar? No pedir nada. Si no pides nada, tendrán que llegar a acuerdos en cada proyecto de ley y en el presupuesto".

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante un acto electoral en Burgos, este lunes. (EFE/Santi Otero)

Esta es la reflexión que el expresidente socialista lanzaba esta semana en el prólogo del monográfico de Nueva Revista, editada por UNIR en colaboración con la Fundación Felipe González, y que lleva por título Pactos. Se decanta así por la fórmula de la lista más votada como mal menor ante el hipotético bloqueo político que impide explorar otros grandes acuerdos entre PSOE y PP, que tilda como "pactos de centralidad". Todo ello a pesar de que, según percibe, "los ciudadanos sienten un enorme alivio cuando ven que, en lugar de estarse peleando por cuestiones personales, por destruir al otro, los políticos se ponen de acuerdo".

Si de las palabras de Feijóo se desliza un convencimiento de que los barones protagonizarían como en 2016 una suerte de rebelión interna para cambiar el no es no de Sánchez por una abstención, esta opción también perdería viabilidad tras los cambios en los estatutos. En aquella ocasión, la dimisión en bloque de la ejecutiva forzó la creación de una gestora. Sin embargo, ahora, de repetirse algo similar, el secretario general contaría con la baza de la consulta a la militancia, también "obligatoria y vinculante".

El otro blindaje ante rebeliones internas

Si más de la mitad de la ejecutiva acordase revocar al secretario general para crear una comisión gestora, esta operación solo podría consumarse si logra la ratificación de la militancia. Ante las dudas sobre el día después al 23-J si el PSOE no consigue sumar mayoría suficiente con el espacio a su izquierda, el presidente del Gobierno y líder de los socialistas ya lanzó un mensaje claro a los suyos en el último Comité Federal: "Algún día dejaré de ser presidente, pero no el 23-J".

Un mensaje en clave motivacional, para arengar a los suyos a preparar las generales y huir del pesimismo tras el 28-M, pero también en clave de sucesión. La propia posibilidad de una repetición electoral ante la falta de mayorías absolutas (en las dos últimas citas de elecciones generales, hubo que repetirlas) alimenta las razones de mantenerse en el cargo hasta que se resuelva la situación.

Más allá del blindaje de los estatutos, Sánchez también ha confeccionado unas listas electorales con personas de su total confianza, garantizándose una mayor lealtad ante este tipo de escenarios. De hecho, de forma poco usual, Ferraz optó por imponer a sus candidatos en varias listas, tanto de territorios liderados por barones críticos como por afines.

Alberto Núñez Feijóo ha redoblado en las últimas horas la presión para que el PSOE lo deje gobernar en solitario si gana las elecciones. Ante el rechazo de Pedro Sánchez, el líder de los populares ha avanzado que llamaría a los barones socialistas para que interviniesen en esta operación. Génova sitúa así el foco durante el arranque de campaña en un hipotético bloqueo político y revive la traumática abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy, tras la repetición electoral de 2016. Sin embargo, desde aquella abstención que desgarró al partido, forzando la creación de una gestora y la salida de Sánchez de la secretaría general por su no es no para recuperarla posteriormente, se celebró un congreso federal donde se blindaron en los estatutos los pasos a seguir de repetirse esta circunstancia. Esto es, dejar la decisión en manos de los militantes a través de una consulta vinculante.

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