Rubiales se presenta ante la jueza que le investiga como una víctima de "terminales mediáticas"

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se considera una víctima de lo que califica como “terminales mediáticas”. Así se ha presentado por escrito ante la jueza de Majadahonda que investiga sus negocios ocultos para vender la Supercopa de España a la dictadura de Arabia Saudí junto al exfutbolista del Barça Gerard Piqué. El máximo mandatario del fútbol se muestra a favor de archivar el caso y carga contra la prensa que informa de sus actividades, según dice, en busca de “titulares jugosos”. Los tribunales han avalado hasta el momento todas las informaciones desveladas, y la jueza ha decidido seguir investigando al menos por seis meses más.

Esta semana se cumplía un año desde que el juzgado admitió a trámite la denuncia presentada por la Fiscalía Anticorrupción a partir de la serie de exclusivas de El Confidencial Supercopa Files. Por ley, la magistrada Delia Rodrigo tenía que estudiar si ampliaba el plazo de sus pesquisas y dio opción a las partes para que se pronunciaran al respecto. Rubiales argumentó que “lo procedente sería decretar el sobreseimiento libre y archivo de las actuaciones, ya que no se ha puesto de manifiesto ni un solo indicio de criminalidad en los hechos investigados”. No lo ve así ni la jueza, ni la Fiscalía, ni el resto de acusaciones. Tampoco tuvo éxito Rubiales al proponer que, en caso de prórroga, “se estableciera por un plazo inferior a seis meses”.

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En el escrito del presidente de la RFEF, al que ha tenido acceso este periódico, acusa a las partes personadas en el procedimiento de instrumentalizar el caso y mantenerlo “artificialmente con vida y así obtener jugosos titulares con los que alimentar a sus terminales mediáticas y al mismo tiempo dañar la imagen pública de los afectados”. “Les vale todo con tal de conseguir sus espurios fines”, concluye el máximo mandatario del fútbol español. En su defensa, aporta al juzgado una sentencia reciente que avala el despido del que fuera su jefe de gabinete, su tío Juan Rubiales. Su intención es destacar que la resolución indica que no se ha aportado ninguna prueba sobre la fiesta con “azafatas de imagen” en un chalé en Salobreña (Granada) donde acudieron directivos de la RFEF.

El exjefe de gabinete del presidente de la RFEF había declarado en la Fiscalía que a principios de agosto de 2020 se organizó una fiesta en un chalé de Salobreña que “supuestamente era para cuestiones de una jornada de trabajo, pero que no fue tal, sino únicamente para disfrute de él y de su equipo más directo, pagando los gastos con tarjetas de empresa de la propia RFEF; fiesta a la que se invitó por parte de Nené (exfutbolista, amigo del presidente) a un grupo de 8 o 10 chicas jóvenes”. Rubiales contestó con un comunicado oficial de la RFEF en el que desmintió de “forma tajante” esta versión, desvelada por El Mundo en septiembre.

Chicas "captadas en las discotecas"

La Federación se refirió a una reunión de trabajo de sus empleados y negó el uso de fondos federativos ni irregularidades. No fue hasta semanas después cuando admitió que en el cónclave de Salobreña hubo tiempo para el trabajo, pero también para el ocio. El mismo día que trascendió esta información, El País informó citando fuentes conocedoras de la fiesta que “las chicas no eran prostitutas, sino captadas en las discotecas y que su presencia en el chalet no las obligaba a mantener relaciones sexuales”.

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En octubre, Rubiales ya utilizó el término barbacoa en algunas entrevistas como la que concedió a El País: “Hubo también momentos de ocio en una barbacoa entre amigos y amigas. Parece ser que no puede haber personas de diferente género tomándose algo o comiéndose una paella, que es lo que hicimos”.

Después, en un escrito remitido por la RFEF al juzgado de Majadahonda y al que tuvo acceso El Confidencial, la RFEF alegó que su cúpula se reunió en una casa de playa por razones estrictamente profesionales y con el objetivo de preparar la siguiente temporada, aunque confesó que se eligió ese emplazamiento para que los participantes pudieran disfrutar del tiempo libre en un entorno "estival".

"Ninguno de los directores había podido disfrutar de vacaciones", se justificó la RFEF en el documento. Sobre la fiesta, la Federación dijo que "se desarrolló desde aproximadamente las 15 horas hasta las 19-20 horas" y finalmente admitó que "a dicha barbacoa se invitó a amigos y amigas de la zona, pagándose íntegramente de manera particular por los distintos miembros asistentes de la RFEF".

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Rubiales y la Federación trataron de prohibir que El Confidencial publicase datos sobre sus presuntas irregularidades. Algunas de las exclusivas tenían que ver con su vivienda de lujo en Madrid, viajes internacionales a cargo de los fondos federativos y las grabaciones a miembros del Gobierno de España, entre otras actividades bajo sospecha. Este periódico tuvo acceso incluso a los mensajes entre Rubiales y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En todos los casos, los tribunales han desestimado sus pretensiones y han avalado las publicaciones.

Ya en un primer auto dictado por un juzgado de Pozuelo de Alarcón —donde tiene fijada su sede el medio de comunicación—, una jueza determinó que las exclusivas de los llamados Supercopa Files apuntaban "hechos de dudosa legalidad". Ese criterio fue confirmado después por la Audiencia Provincial de Madrid. “La información es totalmente veraz”, zanjaron en enero los jueces madrileños.

Aún así, Rubiales ha intentado lo mismo en otros juzgados. Fue después de que El Confidencial publicara una batería de wasaps suyos en los que hablaba en primera persona al referirse al Real Madrid durante un partido contra el Sevilla: "A ver si nos cepillamos a los palangana, me caen mal".

En esa misma información, el presidente de la RFEF y máximo responsable de los árbitros confesó que los equipos que peor le caen son, "en este orden, Villarreal, Sevilla y Valencia". También se refirió al Atlético de Madrid como “el patético”. El Juzgado de Primera Instancia Número 81 de Madrid ha denegado su petición de impedir la publicación de los mensajes: "Indudablemente, tiene interés público conocer la opinión que tiene el presidente de la Federación Española de Fútbol sobre ciertos clubes que forman parte de esa Federación".