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Sánchez borra de su agenda la presidencia europea para centrarse en la campaña del 23-J
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"Solo lo estrictamente necesario"

Sánchez borra de su agenda la presidencia europea para centrarse en la campaña del 23-J

La prioridad en la agenda electoral del presidente del Gobierno son los debates. Sánchez apuesta por celebrar el mayor número posible, anteponiendo el formato cara a cara con el líder de los populares

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un encuentro en Moldavia con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. (EFE/Fernando Calvo)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un encuentro en Moldavia con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. (EFE/Fernando Calvo)
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La puesta en valor de la gestión del Gobierno no dio resultados el 28-M, mucho menos el perfil internacional del presidente. Pedro Sánchez arrancó la campaña en Washington con una visita a Joe Biden. El escenario soñado por Ferraz para fortalecer su mensaje de la influencia en el exterior. Tras la debacle de las elecciones municipales y autonómicas, la lectura en la sala de máquinas del PSOE es que el ruido de la campaña, marcada por la polémica de las listas de EH Bildu, a la que tuvo que responder ante la prensa desde los jardines de la Casa Blanca, y los casos de supuesto fraude electoral con el voto por correo sepultaron su intento de "campaña en positivo". De ahí que hayan decidido virar 180 grados de cara al 23-J hacia una campaña más emocional. De confrontación directa. Dejando para ello en un plano secundario no solo su hoja de servicios, sino también la buscada proyección en política exterior del jefe del Ejecutivo.

Todo ello, pese a solaparse el marco electoral con el arranque de la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea el 1 de julio. Un semestre que desde Moncloa se había preparado concienzudamente para exhibir la figura del presidente en la arena europea: aprovechar este escaparate en la campaña de las generales, que se celebrarían al final de la presidencia del Consejo de la UE. Tras la decisión del adelanto electoral y el viraje de la estrategia, las fuentes consultadas ya avanzaban que la agenda fuera de España del presidente se limitaría "solo a lo estrictamente necesario" para volcarse en la campaña electoral.

Foto: Manfred Weber, líder del PPE. (EFE/EPA/Julien Warnand)

El Gobierno confirmaba este viernes la renuncia de Pedro Sánchez a ofrecer su discurso ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo. La cita coincidiría en la recta final de la campaña, entre el 10 y el 13 de julio. Una intervención protocolaria por parte del jefe de Gobierno del país que asume la presidencia del Consejo de la Unión Europea y en la que se presentan la agenda y las prioridades para el semestre europeo. La cercanía con las elecciones también llevó al Partido Popular Europeo (PPE) a solicitar que se retrasase hasta septiembre, como finalmente se ha decidido. Desde el Ejecutivo negaron que la presión de los conservadores europeos motivase su decisión, recalcando que ya lo habían trasladado así el pasado martes. No obstante, no se oficializó mediante petición formal hasta después de que lo reclamase el grupo que integra a los eurodiputados del PP.

Parece imponerse la máxima de que "las elecciones se ganan en Soria y no en Siria", como gustaba recordar al exjefe de gabinete de la presidencia del Gobierno, Iván Redondo. El pasado jueves, el líder del Ejecutivo ya evitó ofrecer una rueda de prensa con el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, y la presidenta de la República de Moldavia, Maia Sandu.

Tras la declaración ante los medios con ambos mandatarios para dar cuenta de la Cumbre de la Comunidad Política Europea, que acogió la ciudad moldava de Bulboaca, solo la anfitriona atendió a las preguntas de los medios de comunicación. Sánchez renunció a su exposición y, también, a contestar a la prensa por primera vez tras la debacle del domingo, cuando se encontraba a casi 2.700 kilómetros de distancia de Madrid. Este lunes volverá a tener oportunidad de hacerlo, una semana después de la cita con las urnas, coincidiendo con la visita a Moncloa del primer ministro sueco, Ulf Kristersson, que actualmente ostenta la presidencia del semestre europeo y cuyo encuentro servirá para preparar el traspaso dentro de un mes.

Foto: Sánchez, en la cumbre de la OTAN en Madrid en 2022. (EFE/Lavandeira jr.)
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El siguiente desplazamiento al extranjero de Sánchez será a Vilna. La capital lituana acogerá la cumbre de líderes de la OTAN entre el 11 y 12 de julio. Fuentes de Moncloa anticipan que, por el calendario electoral, "no vamos a perder cuatro días de campaña en Vilna". Unas previsiones que dejan entrever que el siguiente y último viaje antes de las elecciones, para asistir a la Cumbre UE-CELAC de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas entre el 17 al 18 de julio, será exprés para limitarse a lo estrictamente protocolario.

La prioridad en la agenda de campaña de Sánchez son los debates electorales. Desde el equipo de campaña apuestan por celebrar el mayor número posible. Priorizando el formato cara a cara con el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. "Nos benefician", aseguran estas mismas fuentes. Al ataque, en línea con los enfrentamientos dialécticos del Senado, que Sánchez ha explotado durante los últimos meses. Se intentará retratar a Feijóo por su dependencia de Vox, y es que estos debates coincidirían con las negociaciones para la formación de los parlamentos autonómicos o los acuerdos ya consumados para la elección de sus presidencias y el resto de miembros de la mesa.

Polarizar desde la cercanía

El doble objetivo de la campaña de los socialistas es evitar la desmovilización de los suyos y la concentración de voto progresista. Un reto que no encararán, precisamente, apelando a los aspectos más racionales de la política, como ya clarificó el propio presidente del Gobierno en su discurso del pasado miércoles al grupo parlamentario socialista. Y para esa movilización se necesita cercanía y buscar el cuerpo a cuerpo con Feijóo. No desde la arena internacional, sino desde la doméstica.

Pedro Sánchez ha comenzado así a mimetizarse con el discurso de Podemos, tratando de volver a "ilusionar" a los suyos tras la depresión poselectoral y atraer a los ajenos. Un discurso en clave de polarización frente a PP y Vox, trazo grueso e hipérbole. Dramatizando las consecuencias de un hipotético Gobierno de la "derecha extrema y extrema derecha", pues, según trasladaba el pasado miércoles en la reunión de los grupos parlamentarios, "no hay distinción" entre los populares y la formación de Santiago Abascal. Una actualización moderna del no pasarán que también entonó Pablo Iglesias en su campaña para las elecciones madrileñas de 2021 y cuyo resultado reforzó los apoyos del bloque de la derecha.

El recibimiento del Colegio de Comisarios y cinco reuniones informales con ministros de la UE también se colarán en la campaña electoral

En la campaña del 28-M, Sánchez ya declinó asistir a la Cumbre del Consejo de Europa que se celebró los pasados 16 y 17 de mayo en Reikiavik. A pesar de que acudieron la mayoría de los jefes de Estado, como el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, o el primer ministro británico, Rishi Sunak, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Sánchez delegó en el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Las otras fechas programadas por el semestre europeo que se colarán en campaña antes del 23-J, además del acto inaugural y el traspaso del testigo de la presidencia Sueca los próximos 1 y 2 de julio, son el recibimiento del Colegio de Comisarios (6 y 7 de julio) y hasta cinco reuniones informales de ministros de la UE. La del Consejo de Agricultura y Pesca (10 y 11 de julio en Vigo); la del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (13 y 14 de julio en Madrid); la del Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía (17 y 18 de julio en Valladolid); la del Consejo de Medio Ambiente (18 y 19 de julio en Valladolid) y la del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (19 al 21 de julio en Logroño).

La puesta en valor de la gestión del Gobierno no dio resultados el 28-M, mucho menos el perfil internacional del presidente. Pedro Sánchez arrancó la campaña en Washington con una visita a Joe Biden. El escenario soñado por Ferraz para fortalecer su mensaje de la influencia en el exterior. Tras la debacle de las elecciones municipales y autonómicas, la lectura en la sala de máquinas del PSOE es que el ruido de la campaña, marcada por la polémica de las listas de EH Bildu, a la que tuvo que responder ante la prensa desde los jardines de la Casa Blanca, y los casos de supuesto fraude electoral con el voto por correo sepultaron su intento de "campaña en positivo". De ahí que hayan decidido virar 180 grados de cara al 23-J hacia una campaña más emocional. De confrontación directa. Dejando para ello en un plano secundario no solo su hoja de servicios, sino también la buscada proyección en política exterior del jefe del Ejecutivo.

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