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El gran guiño: 46 líderes europeos se reúnen a escasos kilómetros del Ejército ruso
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"Un mensaje bastante importante"

El gran guiño: 46 líderes europeos se reúnen a escasos kilómetros del Ejército ruso

El pequeño país del este de Europa acoge una cumbre con 46 líderes europeos que buscan crear un foro de diálogo y lanzar un mensaje de firmeza a Moscú

Foto: La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, pronuncia su discurso en una sesión informativa en el palacio presidencial de Chisináu. (EFE/Dumitru Doru)
La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, pronuncia su discurso en una sesión informativa en el palacio presidencial de Chisináu. (EFE/Dumitru Doru)

El castillo de Mimi, cerca de Chisináu (Moldavia), acoge este jueves la segunda reunión de la Comunidad Política Europea (EPC, por sus siglas en inglés), un club de 47 países europeos que se dieron cita por primera vez el año pasado en Praga (República Checa) y que este año reúne a 46 de los participantes —todos menos el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan— a solamente unos kilómetros del conflicto que inspiró a Emmanuel Macron, presidente francés, a impulsar una iniciativa que todavía nadie sabe del todo hacia dónde va o cuál es su objetivo final.

Para Moldavia, un Estado frágil, siempre amenazado por la sombra de Rusia, que de hecho en su región de Transnistria cuenta con presencia del Ejército ruso, se trata de un reto logístico y político, pero también un guiño y un respaldo por parte de los socios europeos. La elección no es casual. A solamente unos kilómetros de la frontera de Ucrania, y a muchos menos de una región moldava con presencia militar rusa, Chisináu ejemplifica la delicada situación en materia de seguridad que afronta el este de Europa. Altos mandos militares rusos expresaron al poco tiempo del inicio de la invasión de Ucrania la intención de un avance rápido por el sur del país para conectar sus zonas controladas en territorio ucraniano con la región moldava de Transnistria, en un ejemplo de la dificultad en materia de seguridad que ha vivido Moldavia en los últimos tiempos.

Foto: Manifestación a favor de la adhesión de Moldavia a la UE, en Chisináu. (EFE/Dumitru Doru)

Ahora, un país que vivía en los márgenes del continente se ha convertido en cuestión de un año en un Estado de primera fila en el tablero geopolítico europeo, precisamente por su vulnerabilidad y su exposición a la influencia rusa. El resto de países europeos tienen claro que si quieren frenar los tentáculos de Moscú en el este del continente, Moldavia es un frente clave. "Si te sientas en Moscú y ves a 46 países en tu vecindad inmediata o cercana reuniéndose, creo que es un mensaje bastante importante, incluso si se trata de una [reunión de] cooperación suave", explica una fuente europea.

La EPC reúne a 46 países europeos, más allá de las fronteras de la Unión Europea y de la OTAN, con el objetivo de crear un foro para el debate sobre la política exterior y de seguridad del continente fuera de los foros existentes. Pero incluso intentando ser una idea independiente a las instituciones europeas, lo cierto es que la UE ha ocupado la primera fila del proyecto. El problema es que nadie tiene del todo claro para qué sirve la EPC.

¿Es una plataforma para acercar a todos los países europeos al proyecto comunitario? No es así como lo planteó Macron, que de hecho busca alternativas a la adhesión como política de influencia de la Unión Europea. Sin embargo, países como Moldavia, Ucrania o Georgia tienen como objetivo, de hecho, acercarse al núcleo duro del continente, y la EPC es una manera más de hacerlo.

Desde su primera edición, en octubre de 2022, el foro ha servido para facilitar el diálogo de paz entre Armenia y Azerbaiyán y algunos expertos consideran que ha ayudado al acercamiento entre el Reino Unido y Francia tras el Brexit. Y aunque la EPC no esté directamente relacionado con la adhesión a la Unión Europea, lo cierto es que ha coincidido en el tiempo con un empuje por relanzar la ampliación hacia el este, con la decisión de los líderes europeos de ofrecer el estatus de candidatos al ingreso a Ucrania y Moldavia.

Según fuentes europeas, las discusiones en Chisináu girarán alrededor de tres grandes bloques: la seguridad, el más importante de ellos; la energía, que es clave para países como Moldavia, muy expuestos a los chantajes energéticos de Moscú; y la conectividad en materia de infraestructuras. La reunión está planteada de manera que los líderes se dividen en distintas mesas temáticas y además les permite tener mucho tiempo para reuniones bilaterales y encuentros informales.

Pero aunque se trate de un foro pensado para facilitar los intercambios entre los líderes, la situación de Moldavia jugará un papel central. Maia Sandu, la presidenta proeuropea del país, intentará aprovechar la cumbre para asegurar apoyo a Chisináu, cuyo PIB se contrajo un 6% el año pasado y sufrió una inflación del 30% a raíz de la guerra de Ucrania. Y no necesita ayuda económica solamente para salir adelante de la coyuntura de una recesión puntual: el ministerio de Defensa calcula que necesitaría invertir 250 millones de euros cada año hasta 2030 para preparar al ejército para hacer frente a posibles amenazas rusas.

El castillo de Mimi, cerca de Chisináu (Moldavia), acoge este jueves la segunda reunión de la Comunidad Política Europea (EPC, por sus siglas en inglés), un club de 47 países europeos que se dieron cita por primera vez el año pasado en Praga (República Checa) y que este año reúne a 46 de los participantes —todos menos el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan— a solamente unos kilómetros del conflicto que inspiró a Emmanuel Macron, presidente francés, a impulsar una iniciativa que todavía nadie sabe del todo hacia dónde va o cuál es su objetivo final.

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