Salvar a los murciélagos: el objetivo que une a PSOE, UP y PP a pocas horas de la campaña

La protección de los animales de caza sembró la discordia, pero la conservación de los murciélagos ha unido a las fuerzas del Congreso de los Diputados (salvo por la abstención de Vox) a escasas horas del arranque de una campaña electoral que se adivina a cara de perro. La penúltima semana de pleno ha permitido aprobar la ley de prevención de pérdidas y contra el desperdicio alimentario, ha alumbrado la reprobación a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez —ya antes censurada por el Senado—, y ha unido a PSOE, PP, Unidas Podemos o Ciudadanos junto al resto del hemiciclo para mejorar la protección de los únicos mamíferos capaces de volar.

Con 279 votos a favor, dos en contra y 57 abstenciones, la Cámara Baja ha ratificado el acuerdo sobre la conservación de las poblaciones de murciélagos en Europa, redactado en Londres en diciembre de 1991, hace casi 32 años, así como las enmiendas al acuerdo incorporadas en Bristol, en 2000. Diputados de distintos grupos parlamentarios mostraban cierta estupefacción tras el pleno, para después vender la importancia del acuerdo. Sus 14 artículos, a los que se añaden las enmiendas, obligan a los estados firmantes a prohibir la captura, posesión o muerte deliberada de estos animales, salvo que sea autorizada "por las autoridades competentes".

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También establece la necesidad de acotar los lugares importantes para su conservación, con intención de evitar la perturbación de las zonas "importantes para su alimentación", e incluso insta a adoptar medidas para "sensibilizar a la opinión pública acerca de la importancia" de su protección. Incluye también un llamado a desarrollar programas de investigación relativos al cuidado, aprovechamiento y conservación, a estudiar los posibles efectos de plaguicidas, y a sustituir "los productos químicos para el tratamiento de la madera que sean extremadamente tóxicos para estos animales".

"Son animales muy vulnerables, pero también grandes depredadores de mosquitos, y hacen una buena labor de mantenimiento del equilibrio ambiental", afirma Juantxo López de Uralde, de Alianza Verde, dentro del grupo Unidas Podemos. Una veterana diputada socialista señala precisamente la importancia de estos animales a la hora de preservar la armonía de los ecosistemas, y en esto coinciden la inmensa mayoría de fuerzas del arco parlamentario. El PP, que no renunció a cargar contra el Gobierno y contra Bildu por incluir a condenados por su vinculación con ETA en sus listas electorales, acabó votando a favor.

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La nota discordante corría de parte del diputado de Vox Alberto Asarta Cuevas, contrario a que España ceda "su competencia efectiva" para determinar "el estado de conservación de los murciélagos". "No se lo pierdan", apostilló, considerando la firma de este acuerdo una "erosión" de la "soberanía" española. Aun así, terminaron absteniéndose.

¿Por qué ha llevado 32 años sumarse a un acuerdo ya rubricado por casi 40 Estados, algunos fuera del Viejo Continente? "Por falta de voluntad política", resume Uralde. El 28 de febrero, el Consejo de Ministros decidió remitir este acuerdo a las Cortes Generales; fue registrado en la Cámara Baja el 2 de marzo, calificado cinco días después, y posteriormente remitido a la Comisión de Asuntos Exteriores, que emitió el dictamen favorable que hoy se ha visto refrendado en el pleno. "Falta cultura ambiental en nuestro país", abunda el diputado verde. "Tenemos un récord de retrasos en la ratificación de convenios internacionales, el de bienestar animal llevó 27 años", critica.

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Según los números que Uralde presentó en 2017 en una pregunta parlamentaria, casi el 40% de todas las especies de mamíferos amenazados en España son murciélagos. Entonces, cifraron el coste que supondría suscribir este acuerdo en 128.000 euros, a desembolsar en cuatro años: "Solo la presencia de colonias de murciélagos en zonas agrícolas devuelve unos 165 euros por hectárea cultivada, al hacer innecesarios muchos litros de insecticida", esgrimieron.

El último pleno antes de la campaña, durante la próxima semana, tampoco se anticipa de alto voltaje, pese a la tercera propuesta para reprobar a la ministra Sánchez. Un Congreso fuera de foco por la cercanía del 28-M se pronunciará sobre el inicio de la tramitación de una proposición de ley del PSOE para la mejora de la protección de las personas donantes en vivo de órganos para su posterior trasplante. También sobre otra PL del Partido Popular "para el cambio de modelo de elección de los Vocales del Consejo General del Poder Judicial y el fortalecimiento de la independencia judicial", sin visos de prosperar. Y dará luz verde al proyecto de ley por el que se crea la "Autoridad Administrativa Independiente de Defensa del Cliente Financiero para la resolución extrajudicial de conflictos entre las entidades financieras y sus clientes".

Después de los 12 convenios internacionales ratificados este jueves, con un turno de intervenciones de apenas 20 minutos, no habrá que respaldar más acuerdos de este tipo antes del 28-M. De hecho, casi una cuarta parte de esos minutos fue utilizada por el diputado Joan Baldoví para protagonizar su última intervención antes de entregar su acta. Tras 12 años de actividad, el candidato de Compromís a la Generalitat valenciana aprovechaba para dar las gracias. Fue ovacionado por la izquierda, con PSOE y UP en pie, y hasta por varios diputados del PP. No mencionó los murciélagos.