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Dos correos implican a Juan Carlos I en una investigación por fraude fiscal de Barcelona
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para pagar a su médico personal

Dos correos implican a Juan Carlos I en una investigación por fraude fiscal de Barcelona

Dos correos electrónicos enviados en noviembre de 2014 por un amigo íntimo de Juan Carlos I implican al monarca en una causa por fraude fiscal que se investiga en el Juzgado de Instrucción número 29 de la Ciudad Condal

Foto: Pepe Fanjul y el rey Juan Carlos, en una imagen de archivo tomada en 2016. (Cordon Press/Patrick Mcmullan)
Pepe Fanjul y el rey Juan Carlos, en una imagen de archivo tomada en 2016. (Cordon Press/Patrick Mcmullan)
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Dos correos electrónicos implican a Juan Carlos I en un procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona por supuesto fraude fiscal. La causa se centra en una ampliación de capital de 1,3 millones de euros, aparentemente ficticia, y se dirige contra el exbanquero mexicano Allen Sanginés-Krause y el médico personal del monarca, Manuel Sánchez Sánchez. Pero las comunicaciones descubiertas ahora vinculan al antiguo jefe del Estado con la operación. Además, los hechos se habrían producido tras su renuncia al trono, cuando ya no gozaba de inmunidad.

El 3 de noviembre de 2014, Juan Carlos I se reunió en secreto en el Hotel Claridge de Londres con uno de sus mejores amigos, el magnate cubano del azúcar Pepe Fanjul, y con el exdirectivo de Goldman Sachs Sanginés-Krause. El objetivo de la cita era encargar a Sanginés-Krause el control y la gestión de todo el dinero B que escondía en ese momento el Rey emérito. Solo 48 horas después, Fanjul envió dos correos a la examante del monarca Corinna Larsen en los que dejó por escrito el resultado de la reunión, como adelanta el libro King Corp. (Libros del K.O.).

Foto: Imagen: Learte.

El primer correo salió del móvil de empresario cubano a las 12:11 de la mañana. Fanjul explicó a Corinna que el Rey le había pedido en un primer momento que fuera él quien se encargara de su patrimonio opaco, pero aseguró que había descartado esa posibilidad porque vivía y tenía negocios en Estados Unidos y actuar como testaferro de Juan Carlos I podía ocasionarle graves problemas con la Justicia de ese país. “Él [Juan Carlos I] debe encontrar un sucesor que se encargue de manejar todas las futuras transacciones y estructuras”, escribió Fanjul, según consta en la comunicación, a la que ha tenido acceso El Confidencial.

Unas horas más tarde, a las 16:59 de ese mismo 5 de noviembre, el empresario azucarero contactó de nuevo con la examante del Rey para anunciarle el nombre de la persona que asumiría finalmente esa función. “En cuanto a todo lo relacionado con cualquier estructura [financiera] futura, él [Juan Carlos I] ha convencido a Allen [Sanginés-Krause] para que se haga cargo en el futuro”, compartió Fanjul, según consta en el segundo correo, que tampoco había visto nunca la luz.

Foto: Imagen: Pablo López Learte.
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La confesión del amigo de Juan Carlos I en esos mensajes supone que operaciones financieras que hasta el momento se atribuían íntegramente al exbanquero tendrían en realidad su origen en fondos propiedad del monarca o en transacciones ordenadas por él. Sanginés-Krause únicamente habría actuado como pantalla.

La novedad da un salto a las diligencias de Barcelona. La Justicia investiga en esta causa a Sanginés-Krause por inyectar 1,3 millones de euros en la clínica del médico personal de Juan Carlos I, Manuel Sánchez, mediante cuatro ampliaciones de capital supuestamente falsas entre 2016 y 2018. El dinero habría servido, según la Fiscalía, para regularizar pagos procedentes de tratamientos disfrutados por clientes de “alto poder adquisitivo”. El médico del Rey y su mujer, A.M.M., también están imputados en el procedimiento.

Foto: Juan Carlos I. (Reuters)

Las alarmas saltaron cuando la Agencia Tributaria comprobó que, a pesar de invertir 1,3 millones de euros en la consulta del doctor Sánchez, Sanginés-Krause solo controlaba el 35% de las acciones del negocio, mientras que el médico, con una aportación de apenas 3.010 euros, era titular del 65% de las participaciones. El exdirectivo de Goldman Sachs tampoco recibió nunca dividendos ni acudió a ninguna junta de accionistas para fiscalizar el destino de su dinero. Para los inspectores y la Fiscalía, ese desinterés solo tiene sentido si Sanginés-Krause acudió a las ampliaciones de capital para encubrir a pacientes que no podían usar dinero legal para costear sus visitas a la clínica.

Según los correos de Fanjul, en el momento en que se produjo la operativa que investiga el Juzgado número 29 de Barcelona, Sanginés-Krause ya había asumido el mando de las finanzas opacas de Juan Carlos I. El dinero de las cuatro ampliaciones de capital salió de la mercantil Sanlua Inversiones SL, una sociedad con domicilio en Madrid creada por el directivo mexicano solo un año después de convertirse oficiosamente en el testaferro del Rey. En su querella inicial, el Ministerio Público ya indicó que algunas de las facturas del doctor Sánchez que están bajo sospecha pertenecen a Juan Carlos I.

Foto: Juan Carlos I.

El instructor del caso ha enviado una comisión rogatoria a Reino Unido para recabar información adicional sobre Sanginés-Krause, que tiene fijada su residencia en ese país. Pero el Ministerio Público ya advirtió de que el procedimiento puede acabar afectando “a todas aquellas personas cuya identidad se revele en el curso de la instrucción como posibles partícipes en los hechos delictivos”.

Supondría otro revés judicial para Juan Carlos I. La Fiscalía archivó en marzo de 2022 las tres diligencias que llegó a abrir para investigar la caja B del monarca, pero este efectuó dos regularizaciones fiscales por valor de cinco millones de euros y logró que el Ministerio Público archivara todas las indagaciones. Una de ellas, bautizada con el nombre de "tarjetas mexicanas", afectaba precisamente a Sanginés-Krause. El Sepblac descubrió que el banquero estaba enviando fondos al Rey emérito a través de un ayudante de campo de la Casa Real, el coronel Nicolás Murga. Con los correos de Fanjul, esos envíos cobran ahora otro sentido.

*King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I, de José María Olmo y David Fernández, es una obra de Libros del K.O. Puede comprarse aquí.

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Dos correos electrónicos implican a Juan Carlos I en un procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona por supuesto fraude fiscal. La causa se centra en una ampliación de capital de 1,3 millones de euros, aparentemente ficticia, y se dirige contra el exbanquero mexicano Allen Sanginés-Krause y el médico personal del monarca, Manuel Sánchez Sánchez. Pero las comunicaciones descubiertas ahora vinculan al antiguo jefe del Estado con la operación. Además, los hechos se habrían producido tras su renuncia al trono, cuando ya no gozaba de inmunidad.

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