Sánchez esquiva a Feijóo para reformar la ley Montero o avalar el envío de armas a Ucrania

El nuevo debate en el Senado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo mostró este martes el desgaste del manual empleado por el presidente del Gobierno y a un líder de la oposición más prevenido. Como en anteriores ocasiones, y siguiendo la misma línea que en el discurso del Congreso de la pasada semana, Sánchez se centró en confrontar modelos y liderazgos con el PP. Las reiteradas comparaciones entre la fórmula socialdemócrata contra la crisis, "protegiendo a las mayorías sociales", y la "neoliberal" desarrollada hace años, con "pérdida de poder adquisitivo" en salarios y pensiones, fueron contrarrestadas con datos y cifras por parte de Feijóo. También el afán del jefe del Ejecutivo por dibujar al líder de la oposición fuera de la moderación y de los pactos de Estado. De hecho, el dirigente popular ofreció varios acuerdos para anular este último reproche. Eso sí, ninguno relativo a la renovación del CGPJ.

El presidente del Gobierno rechazó la oferta del líder de los populares para apoyar la reforma de la ley del solo sí es sí ante las diferencias entre los socios. El escenario ideal para Génova es que, ante la "rectificación" del Ejecutivo, este se abriese a trabajar sobre la proposición de ley que el Grupo Popular presentó en el Congreso el pasado 16 de diciembre para modificar la norma, un documento que no promueve volver a la redacción original del Código Penal para diferenciar los delitos de abuso y violación, sino que se centra en poner freno a las atenuantes de penas a agresores sexuales.

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La dirección del PP asume que el Ejecutivo no trabajará con su documento, pero se abre igualmente a facilitar con su sí la modificación de la ley Montero. Sin condiciones. Solo que la nueva proposición de ley sirva realmente para evitar que la ley del solo sí es sí siga traduciéndose en rebajas de condenas para violadores que, en algunos casos, han provocado directamente que algunos condenados salgan ya a la calle. Pero Sánchez no recogió el guante que le tendió Feijóo, aunque sí reconoció que la norma está teniendo "efectos indeseados". Desde el Gobierno, matizan que siguen trabajando en cerrar un acuerdo con el ministerio proponente, en manos de la dirigente de Podemos Irene Montero, aunque su intención es presentar la iniciativa con o sin la firma de los morados.

"Se corregirá, pero sobran improperios en este asunto tan delicado", se limitó a añadir Sánchez, en respuesta a una intervención especialmente encendida de Núñez Feijóo, que centró buena parte de su discurso en señalar al Gobierno por rectificar meses después de la entrada en vigor de la norma, y solo, dijo, por interés electoral. El dirigente popular quiso arrojar todo el peso de las consecuencias de la ley Montero sobre el jefe del Ejecutivo. "La ley del solo sí es sí es el resultado de su irresponsabilidad y de su irrelevancia como presidente", lanzó el gallego, que quiso hacerse eco de las palabras que la exvicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo había pronunciado horas antes, cuando aseguró en una tertulia radiofónica que tanto ella como el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, hicieron "objeciones clarísimas" durante el proceso de negociación de la norma de Igualdad y advirtieron de sus posibles consecuencias.

"Le dejaron hacer a usted, a cambio de mantener su coalición. ¿Qué clase de feminismo justifica haber rebajado las penas a agresores sexuales a sabiendas?", cuestionó un Feijóo que, alentado por la bancada popular, se creció ante su rival. "Usted y todo su Gobierno pasarán a la historia por dar un paso atrás en la justa lucha del feminismo", insistió. El gallego celebró que Sánchez hubiese dado finalmente la orden de modificar la ley del solo sí es sí, pero señaló cómo el jefe del Ejecutivo, a su juicio, "no dio marcha atrás por decencia, solo por miedo". Y remató: "No le preocupa tanto el daño que esta ley hace a las mujeres, sino las encuestas".

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Si la mano tendida para asegurar los apoyos a esta reforma fue rechazada, otros asuntos que Feijóo puso sobre la mesa ni siquiera se contestaron por parte de Sánchez. Se trata de los relativos a la activación del pacto antiyihadista tras el atentado de Algeciras; la colaboración de cara a la presidencia de turno de la Comisión Europea en el segundo semestre de 2023, o el aval al envío de armas a Ucrania, tras el salto cualitativo que implica la decisión de contribuir con tanques Leopard. Sacando el debate del Congreso sobre la colaboración militar con Ucrania bajo el paraguas de la OTAN y la UE, Sánchez ha evitado visibilizar una ruptura en un asunto de Estado que ya tensionó las negociaciones entre los socios para los últimos presupuestos. Unidas Podemos, al mismo tiempo, evita exhibir sus contradicciones y las disputas dentro del espacio. De hecho, el primer envío de armamento a Ucrania inauguró también los choques políticos entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y Podemos.

Asuntos de Estado con los que Feijóo quiso responder a la estrategia de Sánchez situándolo fuera de la moderación y los acuerdos de país, en línea con su predecesor Pablo Casado. El líder de los populares hizo mención expresa a convertir la presidencia de España de la Comisión Europea en una "cuestión de Estado", reclamando información sobre los objetivos comunes y defendiendo que "debemos trabajar en equipo". Tampoco hubo respuesta.

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Fuentes del Gobierno abundaron tras el debate en que si Sánchez ignoró estos ofrecimientos fue porque las peticiones de Feijóo demostraban su insolvencia, al tratarse de asuntos que o bien no tienen que pasar por el Congreso, como el caso del envío de armas, o son precipitados, como la convocatoria del pacto antiyihadista, al seguir la investigación bajo secreto. En el caso de Génova, por su parte, opinan que Feijóo logró "poner nervioso" a Sánchez con sus peticiones. Prueba de ello, opinan, es cómo Sánchez volvió a sus "grandes éxitos" durante el debate: "corrupción" —Sánchez recurrió a la etapa de Zaplana o Rato en el PP para lanzarla contra Feijóo—, "Ayuso, Casado y Vox", agregan.

Pero la petición de Feijóo de llevar al Congreso el debate sobre la contribución militar en la guerra de Ucrania no es exclusiva de los populares. Los socios parlamentarios también lo han exigido. El aumento extraordinario del gasto en Defensa al margen de los presupuestos o el acuerdo con EEUU para incrementar la presencia de buques de guerra y de personal militar norteamericano en la base de Rota (Cádiz) son otros acuerdos trascendentales que ni se votarán ni se debatirán en el Congreso.

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La confrontación entre las recetas socialdemócratas y las neoliberales forma ya parte del argumentario habitual del jefe del Ejecutivo, y se busca intensificarla de cara a la precampaña. El objetivo pasa por poner sobre la mesa las "decisiones útiles" frente a una oposición "sin proyecto" y que consideran que lo apuesta todo al ruido y "catastrofismo". Todo ello, buscando etiquetar al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, como un candidato sin solvencia, falto de liderazgo y responsabilidad de Estado. Para evitar esto último, Feijóo ha dejado varias pelotas en el tejado de Sánchez, que este martes no ha podido devolver, en un pleno del Senado en el que el factor sorpresa lo controló más el líder de los populares.