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Feijóo ordena al PP ir a la guerra cultural contra Vox: "Tenemos mucho que ganar"
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UNA PELEA EN DOS TIEMPOS

Feijóo ordena al PP ir a la guerra cultural contra Vox: "Tenemos mucho que ganar"

Las tensiones de esta semana entre el partido de Feijóo y el de Abascal se enmarcan en la estrategia electoral: el PP quiere arrinconar a Vox para salir reforzado de cara a las generales

Foto: Feijóo y Abascal, en el Día de la Fiesta Nacional. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Feijóo y Abascal, en el Día de la Fiesta Nacional. (EFE/Rodrigo Jiménez)
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El dilema de Feijóo es muy semejante al que tuvo que afrontar Sánchez en las anteriores elecciones generales, cuando afirmaba repetidamente que Podemos no entraría en el Gobierno, y que no podría dormir si fuera así. La campaña fue insistente en ese extremo, hasta que unas segundas elecciones forzaron al PSOE a aceptar los hechos. Las cifras mandan, y en la tensión entre PP y Vox las dos formaciones son muy conscientes

La gran diferencia en este caso reside en que su confrontación estará dividida en dos fases, o al menos así es percibida por ambos contendientes. La cercanía de las municipales y autonómicas, "unas elecciones que son también meta volante para diciembre", aseguran desde Génova, marca un enfrentamiento especial. Las tensiones de esta semana en Castilla y León y la intervención de Sánchez al respecto, que se ha resuelto entre reproches cruzados ("Sánchez utiliza a Vox", "el PP y PSOE actúan del mismo modo") tienen que ser enmarcadas en este contexto.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Mariscal)

La pelea por ganar la derecha

Así lo creen desde la dirección de Vox: "Nos han adelantado el debate de mayo, el de si habrá coaliciones de gobierno y cuáles serán las condiciones". La idea que manejan en la formación de Abascal es que las tensiones que viviremos hasta los comicios municipales y autonómicos forman parte de una estrategia de Génova dirigida contra su partido: "Saben que esas elecciones no van a ser las peores para Sánchez, porque hay gente que nunca le votaría, pero que sí lo hará por Lambán o por el alcalde de Vigo". En consecuencia, prefieren competir con el partido que se mueve en su mismo espectro ideológico para restarle todo lo posible, y despejar el panorama respecto de las generales: "Saben que no podremos ir a todas las circunscripciones, y ellos sí, por lo que esperan un buen resultado".

"El objetivo del PP en estos meses será intentar destruirnos, no hay otra estrategia", asumen en la dirección de Vox

Un refuerzo significativo del PP y un resultado poco sólido de Vox permitirían a los de Feijóo partir hacia las generales como el partido claramente dominante en la derecha. Y esa es la meta, según Vox: "Su objetivo en estos meses es intentar destruirnos, no hay otra estrategia. Se ve bastante claro, y es legítimo, porque entendemos que en muchos temas Feijóo está más cerca del PSOE que de nosotros, tanto en el ámbito internacional como en las líneas ideológicas".

La batalla cultural de las derechas

Desde el equipo de Feijóo niegan este extremo. Su táctica, parafraseando a Lakoff, era "no pensar en un elefante, porque sabíamos que cuanto más habláramos de ellos, más capital político nos podrían arrebatar". Sin embargo, como ha estallado la crisis de Castilla y León, "nos hemos visto obligados a hablar de ellos. Nosotros no queríamos confrontar y preferíamos que la pelea acabara cuanto antes".

"Si medimos bien y damos las batallas adecuadas, podemos ganar terreno a Vox"

El objetivo era, aseguran desde Génova, "apoyarnos en la fortaleza de nuestros alcaldes y nuestros presidentes para conseguir el mejor resultado posible en las elecciones, de manera que no tengamos que depender de nadie, tampoco de Vox". Sin embargo, una vez que la crisis ha estallado, tampoco se puede obviar. En el escenario que se ha abierto, en el que Feijóo tiene que determinar cuál va a ser el nivel de enfrentamiento con los de Abascal, se abre una oportunidad, ya que "tenemos mucho que ganar confrontando con ellos. Podemos estar en un arco ideológico similar, pero ellos están en un plano muy diferente. Si medimos bien y damos las batallas adecuadas, podemos ganar terreno a Vox", señala un dirigente cualificado del PP. La tesis de fondo es que el partido de Abascal ganó muchos votantes populares que habían quedado descontentos con la etapa de Rajoy, y los pueden traer de vuelta, al mismo tiempo que intentan atraer voto apartidista.

Es hora, por tanto, de plantar cara: "En el PP tenemos un miedo atávico a ciertos debates porque creemos que pueden dividir a nuestra base social, y es hora de comenzar a dar la batalla". En el tema del aborto "nos hemos quedado en la epidermis", asumen en Génova, porque las discusiones se han centrado en el Gobierno de Castilla y León, en la personalidad de Gallardo y aspectos más ligados con lo electoral, cuando "un debate bien aterrizado sobre el aborto puede ser mucho más eficaz que el discurso antiabortista que defiende Vox". En la dirección nacional del partido entienden que este tipo de polémicas van a ser recurrentes hasta las elecciones, "hoy es el aborto, y mañana será la eutanasia o cualquier otro tema" y tienen que entrar en ellos en lugar de quedarse al margen. La batalla cultural también tendrá su expresión dentro de la derecha.

La discutida moción de censura

Esa confrontación, ha de subrayarse, es parte de la competencia dentro del bloque conservador por hacerse con el voto de ese espacio, que se manifiesta en distintos planos. El anuncio de una moción de censura por parte de Vox, que parece haber decaído y no tiene fecha prevista, tiene que ver, según los de Abascal, con la intención del PP de no prestarles ninguna visibilidad. Feijóo ha propuesto que las municipales y autonómicas sean un plebiscito contra Sánchez, porque sabe que tiene las de ganar en ese terreno, mientras que Vox apuesta por que ese enfrentamiento se haga patente en las Cortes. "Seguimos con esa idea, no la hemos aparcado", aseguran desde la dirección de Vox, "pero el PP no desea que tenga lugar. Estamos hablando con mucha gente para conseguir su apoyo, y Génova está hablando también con mucha gente para dinamitarla".

En ese entorno asoma la manifestación de ayer, a la que los líderes más reconocidos del PP no acudieron, "puesto que Feijóo no quiere otra foto de Colón; teme que se la haga la izquierda, pero también Europa", mientras que Vox la apoyó con la presencia de sus figuras más reconocidas. Desde Génova señalan que no van a dar armas al enemigo, porque esa foto sería muy útil para el PSOE.

"Si el PP no puede pactar con Vox, entonces no podrá gobernar en España, salvo que tenga mayoría absoluta"

Esta dinámica de confrontación será dominante hasta mayo, con ambos partidos marcando distancias claras, pero con la conciencia clara de que se trata de una etapa, la primera, en una carrera cuya meta está en las generales. Y en ellas es muy probable que acaben necesitándose, de modo que, si en este tramo la pelea PP Vox estará encima de la mesa, en el segundo lo más probable es que hagan frente común contra Sánchez, que es el objetivo último. Desde el equipo de Feijóo tienen claro que las relaciones pueden tensarse, pero no romperse: "Si el PP no puede pactar con Vox, entonces no puede gobernar nunca en España, salvo que tenga mayoría absoluta. Y eso es extraño, porque parece que el PSOE puede pactar con cualquiera, incluidos Bildu y ERC, mientras que nosotros no podemos pactar con Vox".

Pablo Casado afirmaba que Vox no le preocupaba, porque era una formación que no podía dar sus votos más que al PP, y desde el equipo de Abascal señalan que tenía razón, pero no del todo: "Nuestras posibilidades son pocas, no hay trampa ni cartón en nuestra estrategia. Estamos dispuestos a pactos, sí, pero razonables. El PP tiene más posibilidades, pueden gobernar en minoría, llegar a acuerdos con otras fuerzas… Feijóo todavía tiene que contestar a la pregunta de qué harían si en las elecciones generales el PSOE es el partido más votado, pero la suma PP Vox diera para gobernar", desliza un hombre de Abascal.

El dilema de Feijóo es muy semejante al que tuvo que afrontar Sánchez en las anteriores elecciones generales, cuando afirmaba repetidamente que Podemos no entraría en el Gobierno, y que no podría dormir si fuera así. La campaña fue insistente en ese extremo, hasta que unas segundas elecciones forzaron al PSOE a aceptar los hechos. Las cifras mandan, y en la tensión entre PP y Vox las dos formaciones son muy conscientes

Partido Popular (PP) Vox Alberto Núñez Feijóo
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