Multitudinaria manifestación contra Sánchez y sus políticas en Cibeles: "Basta ya"

La plaza de Cibeles ha sido el epicentro de una multitudinaria manifestación, convocada por un centenar de asociaciones, para protestar contra el Gobierno que dirige el socialista Pedro Sánchez. Los principales partidos del centro-derecha han estado presentes en la marcha, pero Santiago Abascal ha sido el único 'jefe de filas' que se ha dado cita en el centro de la capital después de que Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, por parte del PP, o Patricia Guasp, por Ciudadanos, ya hubieran avanzado que no iban a estar.

"Estamos frente al peor Gobierno de la historia", sentenció el líder de Vox a las puertas del Palacio que alberga la sede del Ayuntamiento de Madrid. Cuando llegó el turno de atender a la prensa, evitó abrir una nueva polémica con los populares. "No saldrá de mi boca una sola palabra que empañe este día", se apresuró a decir Abascal cuando se le preguntó por la ausencia de los principales líderes de Génova en una cita que ha reunido a decenas de miles de personas: 31.000 según los datos ofrecidos por la Delegación del Gobierno y 500.000 según los organizadores.

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Las banderas de España comenzaban a verse nada más salir del metro, en Gran Vía. Buena parte de la carretera principal estaba cortada, hasta desembocar en la Plaza de Cibeles. Las mismas canciones sonaban en bucle una y otra vez: desde Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat, hasta la famosísima Resistiré, del Dúo Dinámico. En el trayecto hasta el centro de la manifestación había algunas carpas con información y merchandising de partidos políticos –el PP tenía una cerca de Neptuno, por ejemplo–, pero no solo de ellos. David, Jesús y José atendían desde el stand del sindicato Solidaridad, afín a Vox.

Celebraban "muy contentos" este día, y no mostraron preocupación alguna porque hubiera líderes que prefirieran quedar en un segundo plano. "Hemos oído rumores de que Ayuso va a salir del Palacio de Cibeles y que dirá unas palabras", llegaron a sugerir. No fue así, como era de esperar, aunque la lideresa sí compartía en esos momentos imágenes de la manifestación en su cuenta de Twitter. Cerca de aquel lugar, cuatro amigas envueltas en banderas españolas trataban de abrirse paso hacia el escenario principal. Victoria, Juana, Casta y Maripaz están hartas de un Gobierno que "libera a violadores" y "juega con la sedición". ¿Deben estar allí los líderes políticos, como ocurre con Abascal? "Que hagan lo que quieran", respondieron, muy contundentes: "Ellos no son los que han convocado. Si vienen, será en calidad de ciudadanos".

Pese a no acudir, Núñez Feijóo sí envió a la cita su mano derecha en el partido. "El PP está representado", aseguró el vicesecretario de Organización en Génova, Miguel Tellado. Los populares escudaron la ausencia de su máximo líder en que este día "el protagonismo le corresponde a la sociedad civil organizada mediante plataformas. Nosotros somos uno más". Sin embargo, no perdió oportunidad de cargar contra los pactos de Sánchez con ERC y Bildu.

"Hemos visto cómo el presidente cambiaba los presupuestos por beneficios para los independentistas y comprobamos cómo ha modificado el Código Penal para eliminar el delito de sedición y beneficiar a los condenados por el procés de Cataluña", aseveró. Por parte de Génova también estuvo Pedro Rollán, vicesecretario de Coordinación autonómica del PP; mientras que, en representación de los populares madrileños, hizo lo propio Alfonso Serrano, portavoz en la Asamblea.

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El mismo camino crítico de Tellado lo transitó Abascal, que evitó polémicas y se limitó a emitir severas críticas contra el Ejecutivo de coalición con un repaso por las medidas más controvertidas: desde el debate por la reforma del delito de sedición y malversación -"pactos oscuros con los enemigos del orden", dijo- hasta la reducción de condenas por la ley del solo sí es sí: "Mienten a los electores -sentenció- cuando solo quedan cuatro meses para la primera prueba en las urnas, los comicios del 28-M. El líder de Vox no estuvo solo y hasta Cibeles se desplazó también la cara visible del partido en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, o el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo.

A la cita también acudieron otros representantes del bloque de la derecha. Cayetana Álvarez de Toledo, que fue portavoz del PP con Pablo Casado, estuvo junto a los representantes de Ciudadanos, con quienes ya acostumbra a dejarse ver. La exlíder de los naranjas, Inés Arrimadas, indicó que Sánchez "es un peligro para España" y asistió en compañía de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el diputado Guillermo Díaz. "Haremos que fracase Sánchez para que así no fracase España", llegó a decir.

"No se trata de izquierdas, derechas o centro, se trata de no permanecer impasible ante la erosión de las instituciones, el deterioro de la democracia y el debilitamiento del Estado", han proclamado, por su parte, los convocantes de la protesta desde el escenario instalado ante la fachada del Ayuntamiento de Madrid.

En un momento complicado

Aunque en un primer momento intentaron celebrarla en la Plaza de Colón, los convocantes no obtuvieron los permisos necesarios y tuvieron que trasladar la manifestación a Cibeles. Hace apenas unos meses que Vox cogió fuerza y reunió a unas 25.000 personas allí, en otra marcha contra el Gobierno de la que intentaban salir catapultados tras estancarse en las encuestas. Sin Feijóo ni Ayuso, los de Abascal trataron de abanderar la representación política este sábado. Quisieron mostrarse como la única fuerza que viene con todo y trae a sus principales líderes en un momento complicado en las relaciones con Génova.

La polémica en el seno de la Junta de Castilla y León lo puso todo patas arriba la semana pasada. El presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, desautorizó a su vicepresidente de Vox, Juan García-Gallardo, después de que anunciara cambios en el protocolo para las mujeres que quieran interrumpir voluntariamente su embarazo, asegurando que podrían escuchar el latido del feto.

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Cuando al PP le preguntaron si daba por extinta la controversia, Tellado no dudó en tildarla de una "polémica estéril" que beneficia "solo al PSOE" puesto que, según entiende, eclipsa otras fricciones políticas en el Gobierno de coalición como la del solo sí es sí, que expuso como ejemplo. Sin embargo, lo cierto es que también existió una crisis gubernamental de peso en las Cortes castellanoleonesas. Y no tardó en disparar las tensiones entre los de Abascal y Feijóo que, a falta de mayorías absolutas, tendrán, casi con toda seguridad, que ser capaces de entenderse tras las elecciones locales, autonómicas y generales.