Los 2 millones de votos madrileños que centran la pelea PSOE-PP

El triunfo de Díaz Ayuso en las próximas elecciones autonómicas se da por descontado. También el de Almeida en el ayuntamiento, aunque en ese ámbito la izquierda conserva alguna esperanza de remontar. Sin embargo, y por más que los indicios no anticipen grandes sorpresas, hay elementos políticos relevantes en las próximas elecciones que exceden la pregunta de quién gobernará Madrid y sus municipios.

El PSOE ve la posibilidad cierta de recuperar terreno electoral, el papel que juegue Más Madrid será relevante, también por lo que subrayará de la viabilidad de Sumar, y los populares madrileños creen que un triunfo rotundo de Díaz Ayuso enviaría mensajes claros respecto de las generales y otros más difusos destinados a Génova.

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Más allá de estas variables, las próximas elecciones madrileñas nos dicen mucho de los elementos ideológicos que se están utilizando en la política contemporánea. Y el punto central de todo ello es el voto de las grandes ciudades madrileñas, cuya importancia en números, según los expertos, son dos millones de votos que pueden caer de un lado o de otro.

El tercer factor

Las anteriores elecciones en la comunidad, en las que el PP arrasó, fueron especiales por varios factores: la pandemia y el Madrid abierto que Ayuso lideró, la irrupción de Iglesias en la campaña, que movilizó a los votantes de Podemos, pero también y mayoritariamente a los de la derecha, y el hecho de que fueran elecciones aisladas: se votó únicamente para elegir Gobierno de la comunidad. Ninguno de esos tres factores estará presente en los próximos comicios.

Hoy, el voto dual, ese que compatibilizaría la papeleta del alcalde socialista con la de Ayuso, parece mucho menos probable

En la Puerta del Sol preocupa especialmente el último. En la comunidad, el poder local del PSOE es amplio: cuenta con 13 de los 22 municipios más grandes, y con ocho de los 10 con mayor población. Domina, además, el cinturón sur, y sus alcaldes rigen Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Leganés o Getafe. En todos esos municipios, es probable que el efecto arrastre beneficie al PSOE. Es decir, el voto dual, ese que compatibilizaría la papeleta del alcalde socialista con la de Ayuso, parece mucho menos probable. "Ocurrirá", aseguran desde el equipo de Díaz Ayuso, "pero hay riesgo de que las dos papeletas vayan a parar al mismo partido". En consecuencia, aunque "la campaña de la presidenta será global, tendrá más presencia en los municipios del sur". Desde el PSOE, llevan tiempo trabajando en el análisis electoral de esas poblaciones, porque saben que en ellas se concentran muchas de sus posibilidades de crecimiento.

Ni Vox ni Más Madrid preocupan

Esa partida se lidiará fundamentalmente entre los dos partidos mayoritarios. El PP cree que su problema con Vox tiene lugar sobre todo "en los barrios bien de la capital y en algunas zonas de la comunidad de elevados recursos", y el PSOE está convencido de que será el segundo partido y el primero de la izquierda, porque su músculo es mucho mayor que el de Más Madrid, que queda limitado a la capital.

La contraposición entre un Madrid pujante y una España en crisis institucional será una de las principales bazas de Díaz Ayuso

Los contenidos de la campaña irán variando y se adaptarán a cada municipio, pero los marcos de partida están ya delimitados. Díaz Ayuso jugará la baza antisanchista y seguirá confrontando con el presidente. Lo hará en términos ideológicos, y prolongará la idea de Génova de convertir estas elecciones en un plebiscito, pero también desde la variable local: señalará a Sánchez como el responsable de las disfunciones madrileñas. Los problemas que pueda tener la comunidad parten de una actitud hostil del Gobierno de la nación, que trata de evitar la buena marcha de Madrid por razones políticas, lo que explica su deficiente financiación. La contraposición entre un Madrid pujante y una España en crisis institucional será una de sus principales bazas.

Los socialistas adoptarán la posición contraria y priorizarán la gestión: sus alcaldes lo están haciendo bien y son el ejemplo de cómo se podría gobernar la Comunidad de Madrid. Dado que su candidato no es especialmente conocido, necesita apoyarse en aquellas figuras políticas que tienen una aceptación clara en sus municipios para extender su capital simbólico al conjunto del partido, y esa vinculación será continua.

El Madrid de las piscinas

Sin embargo, establecer la gestión como prioridad les obliga a tomar dos direcciones. Una de ellas ha sido polémica, ya que las declaraciones de Juan Lobato, el candidato socialista, acerca de su decisión de no subir impuestos, resultan reveladoras: se trata de ofrecer a esas clases medias que Jorge Dioni denominó la España de las piscinas, cierta seguridad acerca de una gestión moderada. El otro foco será la sanidad, como ejemplo principal del mal funcionamiento de los servicios públicos bajo el Gobierno de Ayuso. La idea central será defender una red de seguridad para los madrileños a partir de aquello que estabiliza, la prestación pública, un mensaje que dirigirán también a los sectores con menos recursos.

Estos marcos dibujan un movimiento simétrico: mientras el PP aboga por la pujanza del territorio y encuentra en Sánchez y sus políticas el principal obstáculo, el PSOE dibujará una gestión adecuada de los territorios en los que gobierna, y opondrá a ellos una presidenta que no es capaz de proveer de aquello que sus ciudadanos necesitan. Por más que unos insistan en la ideología y el crecimiento de Madrid, y otros en la gestión y en los servicios públicos, la tensión entre un territorio que funciona y un Gobierno central deficiente será el terreno en que ambos se desenvuelvan. Para unos, el Ejecutivo que representará el papel negativo será el de la comunidad, para los otros, el de España.