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Díaz y Podemos irán por separado a las generales si no cierran un pacto antes de marzo
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La crisis que atenaza a la izquierda del PSOE

Díaz y Podemos irán por separado a las generales si no cierran un pacto antes de marzo

Tras una semana de golpes en la mesa y mensajes de Podemos trasladando a Díaz hasta dónde pueden llegar para no perder su rol hegemónico, se han puesto un plazo límite para definir los papeles a la izquierda del PSOE

Foto: La vicepresidenta Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/E.N.)
La vicepresidenta Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/E.N.)
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La espiral de confrontación en el seno Unidas Podemos, derivada de las diferencias a la hora de conformar la candidatura electoral para las próximas generales, entró esta semana en una "fase crítica". Afines a las dos partes en conflicto así coinciden en reconocerlo, aun culpabilizándose mutuamente de haber llegado a este punto. Por un lado, se encuentra Podemos, con la ministra Irene Montero a la cabeza y reivindicando no asumir una posición subalterna en la plataforma electoral de Sumar. Por el otro, Yolanda Díaz, que cuenta con el respaldo de IU y Comunes para liderar y definir la candidatura, además de la legitimidad de las encuestas. Tras una semana de golpes en la mesa y mensajes claros de Podemos, trasladando hasta dónde están dispuestos a llegar para no perder su rol hegemónico en el espacio a la izquierda del PSOE, se ha puesto el mes de febrero como límite para clarificar su relación. Acuerdo o ruptura.

"Como máximo, antes de marzo tiene que estar todo clarificado", indican un dirigente parlamentario, afín a la vicepresidenta segunda. El proyecto de Sumar no se presentará a municipales y autonómicas con su marca, pero estas mismas fuentes indican que en el primer tramo del año deberá estar preparada la hoja de ruta para el ciclo electoral de 2023, que rematará con las generales previstas entre los meses de noviembre y diciembre. "No podemos llegar al día siguiente de las elecciones de mayo sin definir antes los papeles", añade otro colaborador de Díaz. Precisamente, desde la dirección de Podemos habían presionado para que la candidatura quedase configurada antes de las municipales y autonómicas y contar con el respaldo de la vicepresidenta segunda.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante un pleno del Congreso. (EFE/Javier Lizón)

Unas elecciones en las que, por la escasa implantación territorial de los morados, se les vaticina unos pobres resultados que reducirían su capacidad de negociación si Díaz se desmarca o da su apoyo a candidaturas de las que no forme parte Podemos. De hecho, en el equipo de la vicepresidenta segunda hay voces más intransigentes que buscan aprovechar dicha debilidad. Estas apuestan por no sentarse a negociar hasta que las elecciones de mayo definan el peso de Podemos. "Un juego de suma cero", afea un diputado del grupo parlamentario en referencia a estas posiciones.

El hecho de que Izquierda Unida vaya a celebrar "entre finales de enero y principios de febrero" una reunión de su Coordinadora Federal, coincidiendo con el calendario fijado para cerrar sus confluencias y poner en marcha la maquinaria electoral, es un hito que empuja a acotar los plazos para cerrar esta decisión. Cuando las espadas están en alto, sin embargo, escasea el optimismo para que se pueda llegar a un punto de encuentro que evite el choque de trenes. El único convencimiento es que se ve insostenible prolongar en el tiempo la dinámica en la que ha entrado el espacio.

Desde la dirección de IU se está tratando de actuar de puente, a través de hechos consumados, para llegar a un entendimiento. Las municipales y autonómicas se ven como un paso previo imprescindible para lograr tener unos buenos resultados en las generales. Como ejemplo, enumeran "procesos de confluencia" que se están produciendo en diferentes territorios y que van en la línea de lo que busca aglutinarse bajo la fórmula de Sumar para las generales. El último que destacan como espejo al que mirarse es el principio de acuerdo alcanzado en la provincia de Sevilla entre IU, Podemos, Más País Andalucía, Verdes Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde para concurrir en candidaturas conjuntas a las municipales.

Desde Podemos habían presionado para que la candidatura quedase clarificada antes de las municipales y autonómicas

Desde el sector de la vicepresidenta segunda también reconocen que de enconarse la crisis más allá de febrero, hasta el punto de provocar una suerte de intervención de Sánchez para evitar una hipotética crisis de Gobierno, las consecuencias serían desastrosas. Tanto por el mensaje que se lanzaría al electorado progresista, como por la perdida de fuerza para impulsar leyes con su sello, como porque el liderazgo de Díaz quedaría tocado, al concederse carta de naturaleza a las ministras de Podemos, Irene Montero e Ione Belarra, como interlocutoras en igualdad de condiciones.

La idea que se trasmite es que si en el plazo marcado se logra un armisticio, habrá margen para presentar un proyecto unitario creíble y movilizar a su potencial electorado. Si por el contario no hay acuerdo, al menos habría margen para un mayor control de años, evitando que el conflicto estallase en escasos meses de la cita con las urnas. El antecedente de las elecciones andaluzas, con una precampaña que quedó condicionada por los conflictos internos entre los socios, está en mente de todos. No solo por los malos resultados obtenidos, sino porque la paz cerrada en falso a última hora hizo que las tensiones siguiesen reproduciéndose tras conformarse el grupo parlamentario.

Entre acusaciones cruzadas de zancadillas y estrategias de reafirmación propia, el resultado inmediato es que se está enturbiando tanto la coordinación dentro del Gobierno de coalición como la negociación con el PSOE de leyes pendientes en el Congreso. La coalición se ha convertido en un "tripartito de facto". Ya no solo por el número de interlocutores, sino por los diferentes intereses de cada parte.

Foto: Irene Montero, en una imagen de archivo. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Vetos cruzados

En el intento de sentar las bases para una negociación están trabajando miembros de los diferentes equipos, pero sin conversaciones por el momento entre Díaz y Montero. Su relación se ha deteriorado hasta el punto de que no cruzan llamadas ni se reúnen desde hace semanas. Sí se mantiene una línea de interlocución entre Ione Belarra, secretaria general de Podemos, y la vicepresidenta segunda.

Para Díaz sigue siendo una línea roja que la discusión no se centre en listas electorales, para poner el foco en el proyecto político. De hecho, si a partir de la última discusión que tuvo con el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, se recrudecieron las hostilidades de los morados hacia su persona, fue porque le habría propuesto un intercambio de "paz a cambio de puestos en las listas". Puestos de salida en los que se priorizaba la titular de Igualdad. La número dos de Podemos está potenciando su liderazgo en este contexto, con actos de partido centrados en resaltar su figura y un papel más activo en las batallas políticas con el trasfondo de la bandera feminista.

El proyecto de Díaz de aglutinar a todos los actores a la izquierda del PSOE y dar más protagonismo a la sociedad civil se topa con una suerte de vetos cruzados entre los morados y escisiones de Podemos, principalmente Más País. No tanto en los territorios donde la formación liderada por Íñigo Errejón apenas tiene implantación, como es el caso de Andalucía, pero sí en Madrid donde lideran la oposición o a nivel estatal, por el choque de personalidades como la del exnúmero dos de Podemos e Irene Montero. "Ahora mismo no hay nada claro y no siempre se tiene una solución para todo. Lo único que sí está claro es que esto se tiene que sustanciar pronto", sentencia uno de los actores que está tratando de hacer de enlace.

La espiral de confrontación en el seno Unidas Podemos, derivada de las diferencias a la hora de conformar la candidatura electoral para las próximas generales, entró esta semana en una "fase crítica". Afines a las dos partes en conflicto así coinciden en reconocerlo, aun culpabilizándose mutuamente de haber llegado a este punto. Por un lado, se encuentra Podemos, con la ministra Irene Montero a la cabeza y reivindicando no asumir una posición subalterna en la plataforma electoral de Sumar. Por el otro, Yolanda Díaz, que cuenta con el respaldo de IU y Comunes para liderar y definir la candidatura, además de la legitimidad de las encuestas. Tras una semana de golpes en la mesa y mensajes claros de Podemos, trasladando hasta dónde están dispuestos a llegar para no perder su rol hegemónico en el espacio a la izquierda del PSOE, se ha puesto el mes de febrero como límite para clarificar su relación. Acuerdo o ruptura.

Unidas Podemos Yolanda Díaz
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