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El 'fiasco' con la ley de Montero eleva la tensión antes del día contra la violencia de género
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El 'fiasco' con la ley de Montero eleva la tensión antes del día contra la violencia de género

Las detractoras de la ministra, muy enfadadas, esperan un 25-N multitudinario. Por otro lado, las feministas de la Comisión del 8-M han convocado más de 20 manifestaciones "plurales e inclusivas"

Foto: Marchas por el 8-M en Madrid. (EFE/Fernando Villar)
Marchas por el 8-M en Madrid. (EFE/Fernando Villar)

"España tiene que renovar el pacto contra el machismo para acabar con la violencia hacia las mujeres", dijo la ministra de Igualdad, Irene Montero, el 25 de noviembre de 2020, día internacional contra la violencia de género. Todas de acuerdo. Estas palabras definen el punto en común que tienen todas las aristas del movimiento feminista, pero desde los dos últimos años las posturas se han diversificado por otros matices. Ahora, a las puertas de un 25-N marcado por la polémica en torno a la ley del solo sí es sí, las detractoras de la dirigente de Podemos recurren al "¡Montero, te lo dije!". Un argumento que ahonda y profundiza la brecha interna y eleva la polarización.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Mauricio Dueñas Castañeda)
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La tensión y el cabreo vienen de antes. Este último 8-M ya se produjo una ruptura oficial entre las que reconocen el feminismo como "plural e inclusivo" y las que piden la dimisión de Montero desde hace años. Las últimas se desligaron de la marcha oficial en defensa del "abolicionismo" de la prostitución —aunque las cifras apenas sumaron 6.000 asistentes, mientras que la oficial acudieron 50.000, según Delegación del Gobierno—. El fenómeno se produjo en varias ciudades de España. Las posiciones discrepan, pero no todas toman esas ramificaciones como algo negativo porque "20 cabezas piensan más que una" y "la clave es que dialoguemos todas".

Desde que la ministra ascendiese a la cartera de Igualdad, las aguas han estado cada vez más revueltas dentro del feminismo y la instrumentalización del movimiento comenzó a resquebrajar las partes. La reducción de condenas por la puesta en marcha de la ley de Libertad Sexual es el último incendio que aviva las llamas de las discrepancias, pero subyacen los debates en torno a la ley trans y otras cuestiones sumergidas como el proxenetismo.

Foto: Manifestación por el Día Internacional de la Mujer en Madrid. (EFE/Miguel Osés)

"Teníamos la intención de hacer un acto en el Congreso el día 25 de noviembre, pero nos dijeron que no encajaba. Este 25-N pedimos la dimisión de la ministra de Igualdad y su gabinete", explica Elena Ramallo, doctora en Derecho y experta en violencia de género. "Estoy indignada con lo de la ley porque lo advertimos", apunta. Este argumento retumba como un trueno entre juristas, académicas y el sector más clásico del movimiento. La Asociación de Mujeres Juristas Themis también presentó alegaciones al respecto, al igual que las juristas de la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres. Las sensaciones de este sector es que el feminismo no está más dividido porque tiene una agenda estricta y no de libre elección. "Es abolicionista con la prostitución, vientres de alquiler y el género", sentencian. Es así y punto y se acabó, básicamente.

"Cabemos todas"

No todas lo sienten así. En el otro lado, quienes mantienen la idea de que "cabemos todas", han convocado, por el momento, 25 manifestaciones en los barrios y pueblos de la Comunidad de Madrid. Llevan así tres años. Discrepan con la deriva de la convocatoria del centro organizada históricamente por el Foro de Madrid contra la Violencia Hacia las Mujeres y reconocen que lo de la ley de solo sí es sí "tiene sus carencias", pero saben dónde estaban y hacia dónde van.

"La ley es un avance en materia de derechos para las mujeres, especialmente en prevención"

"No vamos a entrar en la eterna batalla con el feminismo institucional. Somos un movimiento feminista autónomo del Estado y, por tanto, nuestras tareas van en paralelo. No nos metemos a pedir su dimisión. Creemos que con esta polémica se está utilizando para decir 'las feministas ya lo advertimos', y no. La ley es un avance en materia de derechos para las mujeres, especialmente en prevención. Yo lo que quiero es que no me violen, no tener siempre que enmendar el problema después. También en tema de reparación de la víctima después del delito, algo que antes no se contemplaba. Parece que ahora veníamos de un paraíso feminista y no… esta ley no es perfecta, nos gustaría que incluyera educación sexual, por ejemplo, pero no venimos de un mundo ideal", apuntan.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)

Pero las críticas a la ministra hacen mucho ruido y la "chapuza" con el coladero de la ley —como lo denominaron las detractoras de Montero— es la excusa perfecta para alzar la legitimidad de su argumento entre la sociedad. "Ya lo dijimos", "ya lo advertimos", "este ministerio es misógino" son algunas de las frases más repetidas en los últimos días. El lema es claro: "El machismo mata, viola, explota y borra a las mujeres". Una de las portavoces del Foro de Madrid (convocante de la marcha del centro) Lola Venegas, explica el matiz de la última palabra: "Las mujeres han sido siempre borradas de la historia, y ahora se seguirán borrando con leyes de autodeterminación de género".

Quienes llevan años peleando por la aprobación de la ley trans esperan que nada de esto repercuta en su tramitación

Venegas se refiere a ley trans, un elemento clave entre las partes: ellas denuncian que la norma solo perjudica a las mujeres. Exponen que el movimiento feminista en España, uno de los más fuertes de Europa, está padeciendo "una intromisión de otras agendas que no tienen nada que ver; esta agenda es muy precisa". Cabe destacar que este sector solo congregó a 6.000 personas en su convocatoria de marzo, un número reducido si se compara con la manifestación oficial. Las que se reconocen como más inclusivas argumentan que "hablan de lo trans desde lo etéreo sin bajar a la tierra a ver cómo les afecta a las personas trans. El feminismo es de todas. Por eso hablamos de feminismos, en plural. Ojalá hubiese uno solo y tuviésemos la misma capacidad de pensar lo mismo y no habría ningún debate, pero no es así, nosotras queremos avanzar todas juntas".

Quienes llevan años peleando por la aprobación de la ley trans esperan que nada de esto repercuta en su aprobación: "Lo nuestro es un cambio administrativo de nombre y sexo, no debería afectar", asegura Eugenia Sangil, al frente de la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGT).

Foto: Manifestación del Orgullo en Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)

La clase política ha tenido multitud de encontronazos por esta norma, especialmente después de que las asociaciones denunciasen la controvertida posición de la por entonces vicepresidenta y feminista de España, Carmen Calvo, una de las caras más visibles del movimiento en el socialismo español, alineándose con las posturas de la exdiputada Ángeles Álvarez. La sensación de traición fue tal que, con la paralización de la ley por quinta vez para estudiar el plazo de las enmiendas, que la socialista y activista transexual Carla Antonelli solicitó su baja de la militancia del partido.

En la misma línea se aborda la cuestión del proxenetismo, que lleva años larvada. El PSOE presentó una proposición de ley que actualmente se está tramitando y a Podemos le genera dudas. Tanto en así que la votación en el Congreso dividió al partido en dos: en En Comú Podem votó en contra por "punitivista, moralista y paternalista", mientras que Podemos e IU sí dieron luz verde. Las feministas clásicas se consideran abolicionistas de todo y rechazan cualquier posición que discrepe, mientras que la percepción de la Comisión del 8-M es más amplia. De hecho, en la última manifestación de marzo, este periódico lanzó esa misma pregunta a las participantes del recorrido oficial de Atocha.

PREGUNTA: ¿Es incompatible ser abolicionista y transincluyente?

RESPUESTA: No. El feminismo es muy grande, muy plural, y estamos en la búsqueda de consenso constante. Hay mujeres de todo tipo de ideología y pensamiento, incluidas las abolicionistas.

Paralelamente, el sentimiento de quienes no van a degüello contra la ministra, pero no participan en movimientos feministas como tal, es de cierta "tristeza", asumiendo un error en la ley que implica a víctimas y que "hay que modificar". Fuentes de la Comisión, sin defender los argumentos de Podemos de "justicia patriarcal", sí recuperan el caso de la Audiencia Provincial de La Rioja, quien ha rechazado la reducción de condenas a quienes lo solicitaron. No obstante, esto no impide que puedan hacerlo. "La división es más discursiva que material, hay otro sector con otra estrategia extraña que se tira piedras contra su propio tejado, pero son minoría", señalan las más inclusivas.

Lejos de los colectivos y organizaciones formales, de lo académico y de lo institucional, hay mujeres en las casas de su barrio preguntándose qué está pasando. Sara Martínez tiene 25 años, es psicóloga y está terminando el doctorado. Desde el 2018 ha estado involucrada en el feminismo sin pertenecer a ningún colectivo oficialmente. Lleva días dándole vueltas a lo de la ley de solo sí es sí. "Honestamente, creo que el movimiento está dividido hasta un punto en el que cada parte está enrocada en sus posiciones. No creo siquiera que ahondar más sea posible".

"España tiene que renovar el pacto contra el machismo para acabar con la violencia hacia las mujeres", dijo la ministra de Igualdad, Irene Montero, el 25 de noviembre de 2020, día internacional contra la violencia de género. Todas de acuerdo. Estas palabras definen el punto en común que tienen todas las aristas del movimiento feminista, pero desde los dos últimos años las posturas se han diversificado por otros matices. Ahora, a las puertas de un 25-N marcado por la polémica en torno a la ley del solo sí es sí, las detractoras de la dirigente de Podemos recurren al "¡Montero, te lo dije!". Un argumento que ahonda y profundiza la brecha interna y eleva la polarización.

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