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Los 'fantasmas' del Ateneo aplauden a Nùria Espert, Lucero Tena e Isabel Penagos en el 8-M
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Los 'fantasmas' del Ateneo aplauden a Nùria Espert, Lucero Tena e Isabel Penagos en el 8-M

La Academia de las Artes Escénicas homenajeó a las tres artistas en el Día Internacional de la Mujer

Foto: Acto del 8-M en el Ateneo (Paloma Alberti)
Acto del 8-M en el Ateneo (Paloma Alberti)

Son todos hombres y todos están ya muertos, pero este 8M no les quedó más remedio que aplaudir silenciosamente a tres mujeres: la actriz Nùria Espert, la bailarina Lucero Tena y la soprano Isabel Penagos. Desde los marcos que ocupan en el Ateneo de Madrid, estos “fantasmas”, como les denominó Lluís Pasqual, tuvieron que asistir “bien dispuestos” al homenaje que la Academia de las Artes Escénicas brindaba a las tres artistas por el Día Internacional de la Mujer. “¡Quién se lo iba a decir!”, recalcó el director teatral. Hubo risas y algún aplauso.

Y, después, mucha emoción. Era la que se palpaba ya desde minutos antes en el vetusto edificio -comenzó su andadura en 1835- con todo el salón de actos lleno a la espera de la entrada de las artistas. Cuando lo hicieron acompañadas de Cayetana Guillén Cuervo -presidenta de la Academia- y Pilar Jurado -miembro de la directiva-, y con todas ya visiblemente emocionadas, el público se puso en pie y no dejó de aplaudir. Y todavía nadie había abierto la boca.

El homenaje a Espert, Tena y Penagos en el Día de la Mujer "dignifica la institución que pone en valor las artes escénicas en nuestro país"

“Nos va a costar contener las lágrimas”, dijo para abrir el acto Guillén Cuervo, quien también manifestó que el homenaje a Espert, Tena y Penagos en el Día de la Mujer “dignifica la institución que pone en valor las artes escénicas en nuestro país”. Por ello recordó que la junta directiva, constituida hace poco más de un mes, era paritaria y que ya había echado andar el Gabinete de Igualdad para trabajar en defensa de los derechos de las mujeres en el ámbito de los escenarios. Una idea que le transmitió su madre, Gemma Cuervo, que siempre luchó por “dignificar su oficio”.

El “milagro” Nuria Espert

Pasqual fue el encargado de dirigir las primeras palabras a Nùria Espert (Hospitalet de Llobregat, 1935), actriz con la que ha trabajado en clásicos como ‘Medea’ y Lorcas como ‘La casa de Bernarda Alba’ o el más reciente ‘Romancero gitano’. Y la definió directamente como “milagro” porque tiene algo “que va más allá del noble arte de la interpretación”. El director buscó metáforas, como la que utilizó en su día Peter Brooks para dirigirse a ella - “actriz de hielo y fuego”- o la palabra que solía usar Lorca cuando hallaba algo que se escapaba a la naturaleza humana: duende. “Tiene la verdad de la poesía. Es como explicar el mar a alguien que no lo ha visto”, añadió.

"Cuando veo las imágenes [de Ucrania] me hacen pensar en el final de la Guerra Civil española con todas esas mujeres huyendo con niños y viejos"

Y entonces salió ella. Y hubo más aplausos y más móviles encendidos grabando la escena. Y con la voz pausada, tenue, se refirió a lo que estos días está en la cabeza de todos: “Lo que está ocurriendo hace que las palabras se queden pequeñitas para explicar los sentimientos de dolor, pertenencia… Hoy es el día de la mujer que está huyendo con sus hijos y ancianos porque los hombres han sido requeridos para la morir”, manifestó llevando a toda la sala a la guerra en Ucrania. Y se acordó de otro conflicto que ella conoció. “Cuando veo las imágenes me hacen pensar en el final de la Guerra Civil española con todas esas mujeres huyendo con niños y viejos”. No quiso olvidarse de sus compañeras de homenaje. “Somos las tres hermanas de Chéjov”, reclamó. Y volviéndose a Pascual le señaló que lo del milagro “lo guardo para el escenario”. En el que todavía continúa como una de las grandes actrices de nuestro país. Lo que siguió después ya se intuye: riada de aplausos.

Las castañuelas de Lucero Tena

La mexicana Lucero Tena (México D.F. 1938) lleva a España en el sonido de sus castañuelas desde hace más de seis décadas. Y es verdad que cuando se la escucha, emboba. Por eso Pasqual contó una anécdota divertida ocurrida no hace mucho durante el estreno de la zarzuela Doña Francisquita en el Palau de las Arts de València. Las 1500 localidades se habían vendido para un público menor de 28 años. El director pensó que podría mascarse la tragedia, “pero cuando en el tercer acto entró Lucero y movió sus manos y sus pies, en cuanto terminó hubo una explosión. Toda la sala entera en pie. Parecía que habían visto a Mick Jagger. Descubrieron a una artista y un arte antiguo que habla y sonríe desde la pobreza”, contó. Esto le llevó a pensar en las palabras que en su día Carmen Amaya le había dirigido a Lucero: “Mira, Lucero, cuando estás ahí arriba, tú eres la reina, y ahí no hay marido, ni hijos ni deudas. Ahí tú mandas. Y así es”.

placeholder Lucero Tena durante el homenaje (Paloma Alberti)
Lucero Tena durante el homenaje (Paloma Alberti)

Emocionada, Lucero subió al escenario y lo primero fue hacer suyas las palabras de “Doña Nùria Espert” con respecto a la guerra. Después recordó que la zarzuela Doña Francisquita le había dado vida a sus 84 años ya que empezó a trabajar en ella al poco de morir su marido el año pasado. “Era en el Teatro de la Zarzuela, donde yo empecé hace más de cincuenta años”, señaló. Una función cuya gira que le está llevando por toda España y la están descubriendo públicos más jóvenes. No pudo evitarlo y para terminar cogió un par de castañuelas y ofreció un mini recital que cubrió de móviles todo el Ateneo.

La voz de Isabel Penagos

La santanderina Isabel Penagos (1931) se subió por primera vez a un escenario en el Ateneo madrileño para interpretar arias de soprano de 'La Pasión Según San Mateo' de Bach con la Orquesta de Radio Nacional de España. Era 1953. Casi setenta años más tarde, este 8M volvía a subirse para recibir el aplauso de un público que, como contó Pilar Jurado, sabía que ha sido una de las más importantes voces de nuestro país, que ha cantado junto a cantantes de la talla de Teresa Berganza y Alfredo Kraus y que ha actuado en el Teatro Real, la Scala de Milán o la Washington Society. “Me transmitió la búsqueda de la expresividad, que las notas no bastan, que hay que ir más allá”, señaló Jurado, compositora y también soprano.

placeholder Una emocionada Isabel Penagos junto a Cayetana Guillén Cuervo y Pilar Jurado (Paloma Alberti)
Una emocionada Isabel Penagos junto a Cayetana Guillén Cuervo y Pilar Jurado (Paloma Alberti)

Penagos, con los ojos muy abiertos, emocionada, subió a la tarima, y quiso abrazar a todos. Apenas se le escaparon algunas palabras. “Estoy muy feliz por ver a tanta gente a la que le gusta venir a ver algo bonito”, dijo con un hilo de voz quien ha sido maestra de tantas otras voces.

Quedaba poco para que terminara el acto. Lo hizo con el piano de Julio Alexis Muñoz, director de la Escuela Superior de Canto, y la voz de Jurado, que cantó la mítica ‘Casta diva’ de la ópera ‘Norma’ de Bellini. Y tras otro aluvión de aplausos, Guillén Cuervo lo resumió: “Ha sido mágico”.

Son todos hombres y todos están ya muertos, pero este 8M no les quedó más remedio que aplaudir silenciosamente a tres mujeres: la actriz Nùria Espert, la bailarina Lucero Tena y la soprano Isabel Penagos. Desde los marcos que ocupan en el Ateneo de Madrid, estos “fantasmas”, como les denominó Lluís Pasqual, tuvieron que asistir “bien dispuestos” al homenaje que la Academia de las Artes Escénicas brindaba a las tres artistas por el Día Internacional de la Mujer. “¡Quién se lo iba a decir!”, recalcó el director teatral. Hubo risas y algún aplauso.

Ateneo de Madrid Ucrania 8 de marzo