Feijóo y Abascal refuerzan su perfil exterior para competir por el voto emigrante

En la fragmentada realidad política no hay casi ningún asunto que logre atraer a una amplia mayoría parlamentaria. Pero la eliminación del voto rogado es la excepción que rompe la regla. El pleno del Congreso en que se debatió la norma rozó la unanimidad con 339 votos a favor. Once años después de su puesta en marcha, el Senado ratificó el pasado mes de septiembre la reforma con la que se pone fin a las trabas burocráticas de los españoles residentes en el extranjero para ejercer su derecho a voto. El cambio legislativo implica una reapertura de puertas a millones de electores que podrán participar ya en las próximas elecciones autonómicas y municipales sin atravesar una carrera de obstáculos. El nicho no es menor: 2.281.329 papeletas, según la última actualización del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA). Y Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, inmersos en una campaña internacional, lo han situado como una prioridad.

Que el voto emigrante será "decisivo" en el próximo ciclo electoral es un escenario que ya contemplan los grandes partidos. El bipartidismo tiene especial implantación en el extranjero por la red territorial que lograron construir los dos partidos antes de la reforma con la que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero introdujo el voto rogado, por la que la participación electoral de los españoles en el extranjero llegó a caer por debajo del 5%. Su presencia al frente del Ejecutivo le ha facilitado a Pedro Sánchez la construcción de un labrado perfil internacional, al que han contribuido hitos como su candidatura a la presidencia de la Internacional Socialista. Y el PSOE no tiene competidores a su izquierda en la escena internacional.

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EFE

No ocurre lo mismo en el bloque de la derecha, donde ha comenzado una batalla soterrada por los emigrantes conservadores. Tanto Feijóo como Abascal cuentan con fortalezas y debilidades en la escena internacional. El líder popular puede presumir de una red exterior que no tiene Vox, un partido de nueva creación y que nació precisamente como escisión del ala más conservadora del PP. Feijóo viajará a Latinoamérica, en concreto a Uruguay, Argentina, Chile y Ecuador, la primera semana de noviembre. Lo hará por primera vez desde que asumió el rango de líder nacional del partido, pero no es una tierra inexplorada para el dirigente popular. Ni mucho menos.

Durante su etapa al frente de la Xunta, los viajes de Feijóo a Sudamérica eran recurrentes. El voto extranjero siempre ha sido muy importante para el PP, pero tenía especial incidencia en Galicia. En las últimas elecciones autonómicas, las del 12 de julio de 2020, el recuento de las papeletas procedentes del exterior concedió al PP el último escaño por la provincia de Pontevedra, en detrimento del PSOE. Gracias al voto emigrante, Feijóo cosechó su mejor resultado al frente de la Xunta con una mayoría absoluta de 42 escaños.

Galicia cuenta con casi medio millón de residentes desperdigados por el mundo, especialmente en países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Cuba o Chile. En el caso de Madrid superan, por poco, los 360.000 emigrantes. Durante su etapa en la séptima planta de Génova, Feijóo seguirá la misma acción exterior que caracterizó su paso por la Xunta, empezando por el equipo. Antonio Rodríguez Miranda seguirá coordinando la Acción Exterior de su jefe, solo que ahora llevará su labor a la arena nacional. De hecho, el diseño de la próxima gira latinoamericana del jefe de la oposición corre de su cuenta.

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"Es evidente que un candidato político tiene que acercarse a su electorado para explicar su proyecto. Igual que se hace con cada una de las comunidades autónomas, tenemos que hacerlo en el extranjero. De lo contrario, estaríamos dejando de lado a dos millones y medio de españoles. Su voto es decisivo, puede decantar mayorías", analiza Miranda. El dirigente atiende a 'El Confidencial' desde Buenos Aires, lo que da cuenta de que Feijóo "se toma en serio" la construcción de un perfil exterior que le permita afianzar o ampliar su codiciada "mayoría amplia". El voto extranjero, sugiere, puede aminorar su dependencia de otras fuerzas, especialmente de Vox.

"Feijóo solo va a dar continuidad a un trabajo que ha realizado durante años en la Xunta. Siempre hemos tenido grandes vínculos con el extranjero", incide el responsable del PP en el Exterior. Según sus cálculos, el partido cuenta con unos 10.000 afiliados en el extranjero y delegaciones en más de treinta países. Una red que, esperan, sea lo suficientemente fuerte como para beneficiarse de la recuperación del pulso del electorado emigrante tras la eliminación del voto rogado. En su próximo viaje, Feijóo se reunirá, entre otros, con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle; el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y el expresidente de Argentina, Mauricio Macri.

Más allá de la comunidad hispanohablante, Feijóo tiene grandes asignaturas pendientes, entre ellas, el idioma. Como le ocurría a Mariano Rajoy, el actual líder del PP no domina el inglés y se apoya en Esteban González Pons, su 'hombre para todo' en Bruselas, para sus relaciones en la esfera comunitaria.

Abascal se robustece en el exterior

Vox, por su parte, está dispuesto a pinchar el globo de optimismo del PP en la escena internacional. Pese a la crisis desencadenada por el 'huracán Olona', Abascal ha mantenido el timón firme en la esfera internacional y exhibió músculo durante la gran convención política que celebró el partido el pasado fin de semana en Madrid. La ola conservadora que recorre Europa, con la victoria de Meloni en Italia o el triunfo de los conservadores en Suecia con el apoyo de los ultraderechistas del DS, sitúa a Abascal como un valor en alza entre sus colegas internacionales.

Además de la líder de Fratelli d'Italia, los primeros ministros de Polonia y Hungría arroparon al líder de Vox, a los que se unió por sorpresa Donald Trump, que se sumó también a los mensajes de apoyo a Abascal. Pero el partido situado a la derecha del PP sabe que el principal nicho de votantes en el extranjero está en Latinoamérica, y es ahí donde está dirigiendo los últimos esfuerzos. Vox debe su implantación en estos países gracias a organizaciones 'satélite', como la Fundación Disenso, que se encargó, en parte, de la organización de la llamada Cumbre de la Iberosfera junto al Grupo de Conservadores y Reformistas del Parlamento Europeo (ECR).

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Vox citó a ponentes de formaciones 'hermanas' procedentes de Colombia, Chile, Cuba o Brasil. Tampoco faltaron a la cita representantes del Partido Republicano de Estados Unidos. Durante la celebración de 'Viva 22', Abascal trató de afianzar también sus lazos con los conservadores argentinos de la mano de Javier Milei, líder de Libertad Avanza, un movimiento que algunos sitúan como una amenaza tanto para el peronismo como para el macrismo.

A principios de septiembre, Abascal protagonizó también una visita a México para sumar adeptos a su proyecto de la Iberosfera y firmantes de la llamada 'Carta de Madrid', un manifiesto que plantea una cruzada global contra el "avance del comunismo". El líder de Vox se reunió con senadores del Partido Acción Nacional (PAN), principal oposición al Gobierno de López Obrador y socio en México del Partido Popular español. Fuentes del partido de Santiago Abascal se felicitan por las "grietas" que, a su juicio, comienzan a abrirse en el bloque conservador internacional. "Nuestro mensaje cala", subrayan.