Abascal exhibe liderazgo arropado por Trump, Meloni y la derecha dura internacional

Los principales líderes de la derecha mundial han irrumpido en el Viva 22, el macroevento político de Vox, para arropar a Santiago Abascal en un momento complejo, a las puertas del ciclo electoral e inmerso en su primera crisis interna. Donald Trump, Giorgia Meloni, Viktor Orbán o Mateusz Morawiecki han participado este domingo en el acto de la formación, tanto presencial como telemáticamente, con discursos que refuerzan el argumentario del partido en cuestiones como la soberanía energética, la protección de las fronteras ante la inmigración ilegal, la confrontación con el globalismo de Bruselas o la defensa de la tradición y la identidad nacional. Estos temas, precisamente, son algunos de los ejes del programa 'España Decide', presentado por el propio Abascal como la hoja de ruta para "recuperar la democracia". "Debemos conjurarnos aquí para que los españoles decidan en España, porque son mejores que los que nos han robado la soberanía", arengó durante el mitin.

El acto, celebrado en el espacio Mad Cool de Valdebebas, pivotó sobre dos temas. Por un lado, exhibir la red de apoyos internacionales de Abascal, ávido por blindar su liderazgo frente al ruido interno en la formación tras el pulso abierto con Macarena Olona. Por otro, detallar la hoja de ruta ideológica y programática del partido para los próximos meses, a menos de un año para los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo y con las generales ya en el horizonte. "Queremos dar cauce a ideas de sentido común que anidan en la mayor parte de las familias españolas", declaró Abascal, aclamado con gritos de "presidente, presidente". Según fuentes de Vox, la asistencia fue en torno a 15.000 personas, la misma cifra que en la jornada del sábado.

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A. B. Ramos

Si hace un año Vox presentó en el Viva 21 la Agenda España, configurada como una respuesta a la Agenda 2030, este año han hecho lo propio con España Decide. Se trata de la apuesta política y programática para los próximos años, basada en someter a consultas populares temas de especial "trascendencia". Una sucesión de referéndums sobre el futuro de España y todo cuando rodea al país. "El derecho a decidir es todos los españoles sin distinción. Decidir democráticamente y legalmente", añadió el líder del partido, que acto seguido enumeró los temas a tratar al amparo del artículo 92 de la Constitución Española.

"Queremos votar, primero para echar de la Moncloa al falsario que mintió a sus electores. Y después para decidir entre todos el futuro", continuó. Así, repasó las cuestiones que deben ser sometidas a votación, como el "Estado del bienestar sobredimensionado"; la recuperación de las competencias estatales en sanidad, educación y justicia para que "los españoles sean iguales en todo el territorio". También si los sindicatos deben recibir subvenciones, si los españoles quien expulsar a los inmigrantes que llegaron "sin llamar a la puerta y delinquen", si la educación debe limitarse a los contenidos y suprimir el adoctrinamiento o si debe continuar la dependencia energética en lugar de explotar recursos propios. "Habrá que votar si el agua, como la lengua o la historia, debe fluir por todos los territorios. Votar sobre un plan nacional que muchas veces se ha decidido a espaldas de los electores", subrayó.

"Queremos votar, primero para echar de la Moncloa al falsario que mintió a sus electores. Y después para decidir entre todos el futuro"

Santiago Abascal y el resto de líderes europeos concentraron su discurso en cargar contra el "globalismo de las élites", con ataques a Bruselas, las grandes empresas y los medios de comunicación como enemigos de la soberanía de las naciones que ellos representan. En ese espectro, por supuesto, estaba la izquierda y la "dictadura climática" que impone una forma de vida perjudicial para el medio rural y las familias españolas. Aunque hace un año el líder de Vox puso en la diana al entonces líder del PP, Pablo Casado, en esta ocasión no ha hecho ni una sola mención a Alberto Núñez Feijóo.

"A pesar de la aparente distancia ideológica, la mayoría de los partidos políticos han mantenido grandes consensos en las últimas décadas. En aspectos como energía, educación, subvenciones, inmigración, fiscalidad y otras políticas públicas, comprobamos cómo todo el arco parlamentario decide en la misma dirección. En realidad, todo no. Desde la irrupción de Vox en las instituciones, hace cuatro años, nos hemos empeñado en plantear los debates que estaban siendo hurtados a los españoles, sin aceptar ninguna imposición del consenso de los partidos, sobre todo porque ya es evidente que no se corresponde con la voluntad mayoritaria del pueblo español", señala el documento sobre 'España Decide', accesible en la página web del partido.

Eje internacional

El Viva 22 confirma a Santiago Abascal como uno de los principales referentes de la ultraderecha europea aún sin llegar al poder, como sí han hecho el resto de líderes qaue han intervenido. La mayor sorpresa de la mañana la protagonizó el expresidente de Estados Unidos, que en un escueto vídeo desde un avión explicitó su apoyo a Abascal. "Tenemos que asegurarnos de defender nuestras fronteras e impulsar una buena agenda conservadora", dijo Trump, presentado por la organización como un "ejemplo para los patriotas" y de cómo vencer cuando "todo está en contra". Durante su breve intervención, muy aclamada por los asistentes, lanzó otro mensaje que consolida los lazos con Vox: "España es un gran país y queremos que siga siéndolo".

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EFE

Acto seguido hizo lo propio Giorgia Meloni, una habitual en los mítines de Vox y muy bien recibida por el público tras su victoria de hace semanas. Al contrario que el año pasado, cuando asistió presencialmente, esta vez solo pudo hablar a través de un vídeo por cuestiones de agenda. La líder de Fratelli d'Italia, nuevo faro de la derecha más dura en el sur de Europa, reclamó una "Europa valiente" frente al difícil contexto internacional. Meloni, en la misma línea que sus colegas europeos, exigió un programa común para trabajar "por la transición ecológica, pero sin destruir su tejido productivo y entregarse totalmente a China". Esta vez, no obstante, mantuvo un tono más moderado e institucional que en ocasiones pasadas, mucho más radical y encendida. En plenas negociaciones para la formación de su Gobierno, defendió un frente común en la derecha. "No podemos hacerlos solos, necesitamos compañeros de viajes leales y fiables y que desistan de hacer guiños a la izquierda y nos ayuden a organizar la alternativa", aseveró en su mensaje.

El único que intervino presencialmente fue el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki. Santiago Abascal intercambió halagos con él y puso en valor la historia de su país frente a los totalitarismos, con alusiones al nazismo y el comunismo. Viktor Orbán, otro de los pilares del eje internacional europeo, también participó a través de un vídeo. Tanto ellos como Meloni y Abascal lanzaron vivas a la "Europa de las naciones y los patriotas".

Morawiecki reivindicó los valores de su Gobierno, señalado por Bruselas por algunas de sus políticas. "Yo no voy a pedir perdón por ser polaco, soy cristiano y una persona con enlaces a valores como la libertad, solidaridad, justicia y como la ley y el derecho". Orbán, en una situación muy similar y considerado como uno de los presidentes afines a Putin en territorio europeo, mantuvo la misma línea discursiva. "Tenemos que defender los intereses nacionales de los burócratas de Bruselas nuestras costumbres y soberanía. No podemos permitir que millones de inmigrantes invadan los estados de la Unión Europea", declaró.

Momento complicado

El evento ha coincidido con un momento complicado para el partido, inmerso en una crisis interna desde la salida de Macarena Olona, un mes después del batacazo en las elecciones de Andalucía. El ruido interno va en aumento desde entonces y los últimos movimientos han dejado al descubierto que la formación no es el bloque que parecía ser hace solo unos meses. El último ha sido el relevo de Javier Ortega Smith como secretario general, cargo que ocupaba desde 2014.

Ortega Smith ocupará ahora el cargo de vicepresidente, un puesto más simbólico que ejecutivo, además de sus ocupaciones como candidato al Ayuntamiento de Madrid en los comicios del 28 de mayo. Fuentes cercanas al partido señalan que la pérdida de mando en la estructura orgánica se reconoce como un giro de Vox hacia posiciones menos liberales desde el punto de vista ideológico. Así, Santiago Abascal ha entregado el control interno a Ignacio Garriga, portavoz en Cataluña, cercano al portavoz político y eurodiputado Jorge Buxadé, ubicado en la corriente más ultra y conservadora de la formación.

La victoria de Fratelli d'Italia ha inflado las velas de Vox, que encuentra en Meloni el espejo en el que mirarse. El Viva 22, de hecho, ha servido a Abascal para exhibir sus alianzas internacionales en la derecha para intentar dar carpetazo a la crisis orgánica y blindar su liderazgo. Todo, mientras la corriente más crítica con la cúpula actual coge fuerza tras el pulso iniciado por Macarena Olona, movilizándose desde hace meses para crear un nuevo partido.